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La modernidad del Lazarillo de Tormes

 

Abstract

Recent literary scholarship has revisited and reassessed the modernity of Don Quixote and, to a lesser extent, of Lazarillo de Tormes. This article substantiates Lazarillo’s place as a modern text in Spanish literature by means of a textual analysis in relation to the historical and philosophical contexts in which it was composed. This analysis of Lazarillo’s historical modernity examines the contemporary setting of the plot, the satire of institutions and of new legislation, and the insightful depiction of social classes and their lifestyles. The present study of Lazarillo’s philosophical modernity critiques its post-Medieval Weltanschuung, the modern subjectivity of its point of view, and the narrator’s acute disenchantment with the world. In conclusion, Lazarillo is presented as a literary masterpiece characterized by its portrayal of the post-Medieval society and philosophy that define modernity, and as a central milestone in the history of European literature published some five decades before Don Quixote.

Notes

Notes

1 La denominada primera modernidad forma parte del periodo moderno conforme a las clasificaciones de la historiología. A esa primera modernidad me referiré aquí como Siglo de Oro. Para una revisión reciente de estos conceptos véase Greer (220–21).

2 Sobre las complejidades de la calidad realista del Lazarillo véanse Smith y Garrido Ardila (La novela picaresca 57–72).

3 Recordemos que modernidad procede de la voz latina modernus, y esta, de modo (que significa “actual” o “contemporáneo”).

4 Las dos expediciones castellanas a los Gelves se produjeron en los años 1510 y 1520. Carlos V hizo cortes en Toledo en 1525 y en 1538. Estima Rey Hazas: “‘La de los Gelves’ . . . debió de ser la ambiciosa expedición militar de 1510, al mando de Don García de Toledo, que pretendía iniciar la conquista de África y fue un desastre total, tristemente famoso por ello, como cree M. J. Asensio [1960], y no la de 1520, como pensaba Bataillon, simple operación de limpieza de piratas. En consecuencia, las cortes de Toledo deben ser las de 1525, verdaderamente victoriosas y festivas, tras la triunfal batalla de Pavía sobre los franceses, con el propio rey Francisco I de Francia preso en Madrid, que además accedieron a las peticiones económicas de Carlos V; y no las de 1538, tras la paz de Niza, que no suponían éxito alguno para España” (Deslindes 40).

5 Al respecto ha reflexionado Víctor García de la Concha (Nueva lectura 29). Benjamín Torrico ha señalado también la incorporación de referencias jurídicas en el tratado II.

6 González Echevarría describe el Lazarillo como “a deposition written for a judge” (7) y lo contempla como ejemplo del pesado aparato burocrático de su tiempo (10).

7 Maticemos en este aparte dos cosas. Primero, que el Lazarillo adopta la forma de esas declaraciones, como también adopta otras formas en cuanto que se construye como texto híbrido en e que se puede percibir el proceso de “novelización” descrito por Bajtín (cf. Garrido Ardila, “Origins” 9). Segundo, que la sátira del Lazarillo reside, en buena parte, en denunciar que esos casos continuaban dándose y que el marido ha de cargar con la ignominia de los cuernos por cuanto que declarara en contra de su esposa implicaba su condena (del esposo) por consentido.

8 Por ejemplo por Marcel Bataillon, Maxime Chevalier (“Des contes au roman”; “Folklore y literatura”) o Agustín Redondo.

9 Afirma Friedman que “What is remarkable about the prologue is its concise summary of class consciousness” (Cervantes in the Middle 45).

10 Sobre la relación con El caballero Zifar y con Tirante el Blanco véase Navarro Durán.

11 Tanto para Adrián Sáez como para Felipe Ruán, la ciudad ofrece al pícaro la posibilidad de culminar lo que Sáez explica como “una nueva concepción de la identidad” (866).

12 Al crecimiento demográfico de las ciudades habríamos de añadir asimismo la internacionalización de la vida en el siglo XVI. Si bien Aragón había extendido sus territorios hacia el oeste, la expansión de Castilla no se produce hasta el siglo XVI, en que bajo Carlos V el reino castellano se hermana políticamente con los estados Habsburgo de Centroeuropa. El reciente descubrimiento (Alfredo Rodríguez López-Vázquez y Arturo Rodríguez) de la existencia de dos ediciones del Lazarillo aparecidas en 1553 en Amberes así como la posibilidad de que la edición príncipe apareciese en Estrasburgo en 1550 ponen de manifiesto, según argumenta Alfredo Rodríguez López-Vázquez, que “la difusión primer del Lazarillo no se llevó a cabo en el territorio peninsular, sino entre Flandes y la zona geográfica que engloba Basilea, Estrasburgo y Amberes” (121). Para ese crítico, tal circunstancia ubica esa primera difusión “claramente en territorio de la Reforma Protestante” (121), que fue, digamos ahora, un fenómeno esencialmente moderno; mas, sobre todo, da fe de que Castilla era parte de una Europa en que, a diferencia de en siglos anteriores, los libros y las ideas corrían a alta velocidad.

13 Sobre la picaresca ha observado Edward Friedman: “Picaresque narrative originates, at least in part, as a reaction against the elevated style, diction, and circumstance of idealistic literature. Viewed from the lower depths, social phenomena such as lineage, rank, love, honor, and respectability lose their purity and elegance of expression. Because the intertextual identity signals a reversal of norms and expectations, as well as of linguistic pretensions, the effect is ironic, satirical” (The Antiheroine’s Voice 15).

14 Acerca de la racionalización en el Lazarillo ha escrito Eduardo Guízar que, por influencia del movimiento ilumisnista, la voz narrativa se desdobla en dos como consecuencia del desplazamiento de Dios en las reflexiones del narrador-protagonista. De ese modo, estima Guízar que en el Lazarillo se prescinde de la autoridad divina para enhebrar un discurso en el que se impone la “racionalización” tiempo antes de que esta fuese teorizada por Descartes.

15 Otro ejemplo de esa subjetividad lo constituyen los “adjetivos subjetivizadores” señalados por Blecua (170).

16 Para una aproximación marxista al subjetivismo del Lazarillo véase Windler.

17 En su análisis del Lazarillo, Beek ha reparado asimismo en las “tensions between individualism and communalism in the context of modernity” (36).

Additional information

Notes on contributors

J. A. Garrido Ardila

J. A. Garrido Ardila’s publications on early modern Spanish fiction include, as author, the books El género picaresco en la crítica literaria (Biblioteca Nueva, 2008), La novela picaresca en Europa (Visor, 2009), Cervantes en Inglaterra (Centro de Estudios Cervantinos, 2014) and, as editor, The Picaresque Novel in Western Literature (Cambridge UP, 2015).

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