RESUMEN
El concepto de préstamo lingüístico ha estado siempre expuesto a definiciones vagas de remota comprensión. El contacto y la influencia en el lenguaje han sido tratados a menudo con ligereza y el grado de ansiedad por atribuir desarrollos internos en el lenguaje a factores externos ha sido una tentación resistida por pocos y acogida por muchos. Se habla de influencia en el lenguaje a menudo sin hacer el menor esfuerzo serio por estudiar la estructura del lenguaje al que se cree que influye. A priori se prepara una lista de preguntas seriamente planteadas antes de formular con seriedad los casos de influencia. Además se investiga cuidadosamente el vocabulario de los estudios sobre lenguas en contacto con referencia a las ricas metáforas que imitan las actividades comerciales de ‘prestar’, ‘cambiar’, ‘trocar’, ‘intercambiar’, etcétera. Se ha observado que a menudo tales analogías distorsionan los principios normativos de la dinámica de interacción en el lenguaje, o que los términos son reiteradamente tan vagos e imprecisos, como ‘influencia’, que enmascaran el alcance del impacto de fenómenos muy diferentes.
Desde una perspectiva conceptual, se aduce que las influencias e interacciones específicas no son reducibles a un cálculo de la estructura del sistema original y de su relativa ‘parametria’ opuesta al sistema seleccionador. Si este fuera el caso, entonces los detalles de la interacción serían en gran medida predecibles. Se sostiene que es necesario restringir la aceptación de fenómenos de impacto, limitándola a características o parámetros consecuentes con la orientación del desarrollo del sistema seleccionador. Muchos puntos desarrollados o parámetros serán pre-desarrollados o co-desarrollados en el sistema seleccionador (en razón de la diversidad de posibilidades dialectales). No debe sorprender que elementos y rasgos seleccionados sean frecuentemente ordenados a lo largo del eje diacrónico desde que en cierto sentido el diseño inicial de la pantalla del sistema seleccionador anticipa el perfil o naturaleza de su actual estructura. En consecuencia, el proceso selectivo de los hablantes del sistema seleccionador está sujeto a limitantes relacionadas con las ‘tendencias internas latentes’ del sistema adaptante y deben ser consonantes con la estructura presente y pasada del sistema seleccionador.
Los préstamos suelen definirse y delimitarse sólo respecto a las formas y elementos usados por hablantes monolingües de un sistema primario en un lenguaje dado, cuyos préstamos lingüísticos pertenecen al grupo original del lenguaje. Se concluye que si bien la conducta verbal del hablante bilingüe es la clave obvia para dilucidar los principios que marcan la conducta bilingüe, es el monolingüe el que constituye el foco de la transferencia desde el punto de vista de las lenguas.