Abstract
Ambitious and complex constitutional and political reform projects have swept Latin America in the past decade. Aimed at building more democratic and inclusive states, these reforms have been undertaken in the historically unprecedented context of rapid advances in global communications. New media have changed how text is used to coordinate collective action, placing new stresses on republican institutions that never managed to fully include indigenous peoples as citizens. Building new patterns of democratic responsiveness and accountability, particularly in the context of new technologies of communication, requires knowledge and judgement rooted in an ancient source of wisdom. The exercise of what Aristotle called “practical wisdom”—the ability to apply general rules in particular circumstances in order to do what is right for one's self and community in concrete situations—is essential to the achievement of constitutional orders that might provide a legal framework within which diverse societies can flourish.
Resumen
Durante la última década, ambiciosas y complejas reformas constitucionales han ocurrido en América Latina. Con el fin de construir estados más democráticos e incluyentes, estas reformas han sido llevadas a cabo en un contexto histórico sin precedentes debido a los rápidos avances en las comunicaciones globales. Nuevos medios de comunicación han cambiado la manera en que se usa el lenguaje escrito para coordinar actividades colectivas, generando nuevas tensiones en las instituciones republicanas que nunca lograron incluir a los pueblos indígenas como ciudadanos plenos. La construcción de nuevos patrones de rendición de cuentas y de la capacidad para responder a las demandas sociales requiere conocimientos y juicios anclados en antiguas fuentes de sabiduría, en especial en el contexto de las nuevas tecnologías de comunicación. El ejercicio de lo que Aristóteles llamó “juicio práctico”—es decir, la capacidad de aplicar reglas generales en circunstancias concretas para hacer lo correcto para uno y los demás—es esencial para lograr órdenes constitucionales que podrían servir como marco jurídico donde sociedades diversas puedan florecer.