85
Views
0
CrossRef citations to date
0
Altmetric
Original Articles

En busca de la sombra y los sueños de Clitemnestra: La revisión del mito en la obra dramática de María José Ragué-Arias y Dacia Maraini

Pages 133-144 | Published online: 21 Jun 2012
 

Abstract

For centuries, the myth of the Oresteia has been one of the pillars of patriarchal cultures. The revisionist trend that has appeared in European literature in the last decades urges the establishment of a new symbolic order that embraces maternal genealogies. I sogni di Clitennestra (1981) by Dacia Maraini and Clitemnestra (1986) by María José Ragué-Arias rewrite the Orestes myth from a feminist perspective, warning about the dangers involved in the perception of the mother as a monstrous and phobic object that must be eliminated. Their works show that psychic matricide is not a viable way to acquire subjectivity, since it is based in masculine anxieties and in absolute identification with the father, which is in turn the base for a society also founded on violence. Maraini and Ragué-Arias vindicate Clytemnestra while denouncing the violence inherent to the patriarchal order of Western societies.

Notes

La Orestíada de Esquilo cuenta la tragedia de la familia de los Atridas. A su regreso de la guerra de Troya, Agamenón es asesinado por Clitemnestra y su amante Egisto. Ayudado por su hermana Electra, Orestes venga al padre, pero la culpa del matricidio le persigue en forma de unos seres monstruosos, las Erinias (las Furias en la mitología romana). Finalmente, Orestes comparece en el Areópago y es absuelto de su crimen gracias a la intervención de los dioses Apolo y Atenea. Las Erinias abandonan su afán persecutorio y se convierten en las Euménides (“las benévolas”), pasando así a ser las protectoras de la ciudad de Atenas.

En el teatro europeo, de hecho, este movimiento revisionista de la saga de los Atridas comienza en los años 40, con Klytämnestra (1947) de Ilse Langner (1899–1987) una obra pionera en que la protagonista es presentada durante su reinado en Micenas, promotora de una sociedad alternativa que rechaza las confrontaciones bélicas y la violencia del patriarcado. Le sigue en los años setenta Entmannung: die Geschichte Ottos und seiner vier Frauen erzählt von Christa Reinig (Castración: La historia de Oto y de sus cuatro mujeres contada por Christa Reinig, 1976) de Christa Reinig. Dentro del teatro experimental norteamericano, Clitemnestra es una de las protagonistas The Daughter′s Cycle Trilogy de Clara Coss, Sandra Segal y Roberta Sklar, estrenada en 1977. En la primera parte de esta trilogía, publicada en Massachussetts Review, las autoras explican que el propósito de su obra es reclamar la herencia matrilineal (141).

Ha publicado además varios estudios sobre la representación de los personajes femeninos de la tragedia griega (Penélope, Ágave, Fedra, Antígona, Clitemnestra, etc.) en las obras de Carmen Resino, Lourdes Ortiz y Griselda Gambaro, entre otras. Para más información sobre la obra creativa y crítica de Ragué-Arias, véase la introducción de Lagartijas, gaviotas y mariposas (17–20). Sobre Clitemnestra, se han publicado varios ensayos entre los que destacan los de Daniela Cavallaro, María Pilar Pérez Stansfield, Iride Lamartina-Lens y Diana de Paco Serrano.

Para una visión panorámica de la obra de Maraini, véanse las monografías de Grazia Sumeli Weinberg (1993) y Maria Antonietta Cruciata (2003), así como la antología de ensayos editada por R. Diaconescu-Blumenfeld y Ada Testaferri (2000).

A pesar de su activismo, Dacia Maraini no usa el calificativo de “feminista” para describirse a sí misma, sino la frase adverbial “dalle parte delle donne” (Diaconescu-Blumenfeld y Testaferri 3). Ciertamente, Maraini ha estado “de parte de las mujeres” desde los inicios de su carrera, y así lo refleja el decálogo feminista que incluye en Il manifesto (1969). En esta obra teatral, Anna, ingresada en un manicomio criminal, dicta antes de morir diez reglas que sus compañeras deben tener en cuenta. Citamos algunos de los puntos de este decálogo: “Tutte le donne devono lavorare … La verginitá é il segno della servitù della donna … La donna deve smettere di ubbidire … La donna deve imparare a protestare” (Fare teatro 226–27)

En dicha fase (conocida como la fase preedípica) predominan unas estructuras psicosexuales inconscientes en las que la madre es la figura central de las fantasías infantiles. En un artículo póstumo, y probablemente inacabado, titulado “Algunas reflexiones sobre la Orestíada”, Melanie Klein explica las semejanzas que hay entre ciertos mitos griegos y las estructuras psíquicas de sus pacientes, confirmando de esta forma cómo sus teorías habían quedado ya plasmadas en la literatura de la Grecia clásica. Seguidora de Freud y una de las pioneras de la teoría de las relaciones objetales, los escritos de Klein han contribuido a un mejor entendimiento de la psique preedípica. Klein distingue dos posiciones que explican el desarrollo psicológico infantil, pero que también se pueden encontrar en algunos adultos: la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva. La primera posición, que normalmente tiene lugar durante los primeros cuatro meses de vida, se caracteriza por la relación del yo con objetos parciales. Así, el pecho materno se halla escindido en un pecho idealizado y un pecho persecutorio. De la misma manera, la escisión y la ansiedad paranoide dominan a este yo primitivo, acosado tanto por pulsiones agresivas como por pulsiones libidinales. Al yo fragmentado y desintegrado le acosa un fuerte temor de muerte. Su ansiedad es de tipo persecutorio y, para combatirla, desarrolla dos mecanismos de defensa (la proyección y la introyección) para poner orden en el caos interno que le domina. Dicho caos proviene del hecho de que tanto el yo como el objeto están divididos en dos partes: una idealizada y otra destructiva. Se establece, por tanto, una disociación paralela. La coexistencia de un yo agresivo y un objeto persecutorio con un yo amoroso y un objeto bueno es, sin duda, conflictiva, pero necesaria para el acceso a la posición depresiva, en la cual el infante reconoce a la madre como objeto total. Al hacerlo, se da cuenta de que el amor y el odio han sido dirigidos hacia el mismo objeto: la madre. Ante el miedo de perderla como objeto externo e interno, inhibe la agresividad y el objeto amado es introyectado con éxito de forma estable.

Véase el esquema presentado por Diana de Paco, para una identificación más precisa de las fuentes (249).

Según Mercedes Madrid la devaluación del componente biológico de la maternidad está presente en la poesía griega desde sus inicios (236). El útero materno, tal y como se expresa en La Orestíada, es considerado mero receptáculo de acogida. Esta devaluación de la maternidad se refuerza por rituales sociales y por las teorías de muchos de los filósofos de la antigüedad. Aunque Anaxágoras, Alcmeón, Parménides, Empédocles, Demócrito, Hipócrates, Epicuro y sobre todo Platón admiten que la mujer tiene una parte activa en la procreación, Aristóteles niega la agencialidad del principio femenino. Desafortunadamente, las teorías de Aristóteles se mantienen vigentes hasta el siglo XIX: “De ahí la razón de ser de la existencia e institucionalización de ceremonias y rituales para la inserción del neonato en la comunidad y para la imposición del nombre por parte del padre, así como la imagen del doble nacimiento” (Madrid 236). El segundo nacimiento (el padre es el dador de la existencia social) se superpone al primero, el cual queda olvidado.

Escrita en 1978, esta obra será llevada por primera vez a las tablas en 1980 por Gian Carlo Sammartano. A esta primera puesta en escena en Prato le siguen otras en Roma, Nueva York y Londres. La obra se publica en 1981 junto con Due donne di provincia, Zena, Una casa di done, Donna Lionora Giacubina y Maria Stuarda, traducida esta última a varios idiomas, adaptada al cine y representada en varios teatros europeos y estadounidenses.

Eugenio Murrali proporciona un detallado esquema de la correlación entre los personajes y los distintos niveles de realidad de la obra de Maraini y los de La Orestíada de Esquilo (77–78).

Gabrielle Cody analiza este consciente proceso de Maraini de alejamiento de la representación mimética: Maraini′s Clytemnestra exposes the power relations and cultural myths implicit in mimetic representation. She performs a subversive, politically motivated form of psychic striptease … the mimetic contract in I sogni di Clitennestra is shown to be a process of seduction that Clytemnestra can stop and resume at any moment, an “intelligent” act of prostitution by one who owns her own theatrical means of simulation; unlike her Aeschylean predecessor, she is entirely self-possessed. (222)

Los nombres de los personajes de I sogni di Clitennestra coinciden con los de La Orestíada: Clitennestra, Agamennone, Elettra, Oreste, Pilade, Ifigenia. En mi análisis utilizo la versión castellana de dichos nombres.

A diferencia de la Diana de los romanos y la Artemisa de los griegos, que son las diosas de la caza y la virginidad, en Éfeso el culto a esta divinidad está claramente ligado a la fertilidad.

Es esta una idea generalmente aceptada y repetida por la crítica feminista, sobre todo en los años 80. Irigaray lo expresa así: “Padres de familia, padres de naciones, padres-médicos, padres-curas, padres-profesores. Morales o inmorales. Siempre intervienen para censurar, rechazar, con todo el buen sentido y la buena salud, el deseo de la madre” (7).

Esta es la lectura que Jacobs hace también de La Orestíada: “She [Electra] acts out for him [Orestes] what is universally irresolvable with regard to the bodily encounter with the mother” (146).

Nghiem Nguyen hace una lectura optimista de este final donde, en su opinión hay mensajes de esperanza en la posibilidad de una reconciliación y unión entre las mujeres (133). Junto con Tony Mitchell, Gabrielle Cody explica que esta obra trasciende el feminismo cultural con el que habitualmente se asocia a Maraini : “Her countermimicry is aimed at a representational economy and symbolic order in which female parts—literally and figuratively—are severed from the body of performance” (Cody 229).

Reprints and Corporate Permissions

Please note: Selecting permissions does not provide access to the full text of the article, please see our help page How do I view content?

To request a reprint or corporate permissions for this article, please click on the relevant link below:

Academic Permissions

Please note: Selecting permissions does not provide access to the full text of the article, please see our help page How do I view content?

Obtain permissions instantly via Rightslink by clicking on the button below:

If you are unable to obtain permissions via Rightslink, please complete and submit this Permissions form. For more information, please visit our Permissions help page.