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Tan a banderas desplegadas: el poder de un comisario inquisitorial en las periferias virreinales del Perú a comienzos del siglo XVII

 

Abstract

En esta investigación se estudia el ejercicio del poder inquisitorial en los territorios virreinales surperuanos, comprendidos por las Gobernaciones del Tucumán y Río de la Plata, durante las primeras cuatro décadas del siglo XVII. En una reducción de la escala de observación, se ha reconstruido la trayectoria de vida del licenciado Antonio Rosillo, primer comisario inquisitorial de Córdoba del Tucumán y dos veces comisario del Río de la Plata. La emergencia de determinados aspectos biográficos de este ministro del Santo Oficio permite vincular, en un juego de escalas, la estructura institucional de la Inquisición y sus mecanismos de control social, con la concreta aplicación de su justicia en la sociedad colonial americana. El estudio de las complejas redes vinculares establecidas por este individuo deja entrever la circularidad de su poder en dinámica relación, de carácter vertical y horizontal, con los principales sectores del poder político y comercial de la época, y a través de la extraordinaria trama formada en el cruce de caminos de innumerables destinos individuales.

Nota biográfica

Federico Sartori es Licenciado y doctorando en Historia y becario del CONICET. Es miembro del Programa de Investigación ‘Estructuras y estrategias familiares’ (CIECS/CONICET-CEA/UNC), y del Centro Paraquaria (UCC).

Archivos históricos consultados

AAC=

Archivo del Arzobispado de Córdoba, Argentina. Fondo: Inquisición, tomos 1, 2 y 3.

AHPC=

Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba, Argentina. Fondos: Escribanía. Protocolos Notariales.

AHNC=

Archivo Histórico Nacional de Chile. Fondo: Inquisición de Lima.

AGI=

Archivo General de Indias, España. Fondos: Casa de Contratación. Charcas.

AHN=

Archivo Histórico Nacional de Madrid, España. Fondo: Instituciones de la Monarquía, Inquisición.

Notes

1. Entre los principales autores consultados, podemos citar a Alberro Citation1988, Greenleaf Citation1995, Cevallos Gómez Citation1994, Enciso Patiño Citation1995 y Millar Carvacho Citation1998b.

2. Sobre este abordaje, véase Wachtel Citation2007.

3. Esta situación fue advertida por Boleslao Lewin, quien asimismo retomó una confusa incógnita dejada por José Toribio Medina en 1889 acerca del primer comisariato de Córdoba. Habiendo recorrido gran parte de los reservorios archivísticos inquisitoriales americanos, Medina afirmó que en 1579 se había ‘estrenado el primer comisario de Córdoba’, aunque tal afirmación no fue acompañada por referencia a documento alguno. En razón de lo que expondremos aquí, ésta sería no obstante una fecha demasiado temprana para su establecimiento.

4. La documentación inquisitorial del comisariato de Córdoba, cuya identificación topográfica general en el Archivo del Arzobispado responde a: Legajo n°18, fue encuadernada con posterioridad a su génesis documental en tres volúmenes que responden sólo a una organización cronológica a saber: Vol.1: 1610–1667. Vol.2: 1668–1710. Vol.3: 1711–1827. Y cuya cantidad de fojas es, para cada uno de 303, 249 y 310 respectivamente. De esta masa documental se corresponden a la administración del comisariato de Rosillo, las primeras 96 fojas del Vol.1. La razón de su conservación puede deberse al hecho de que, desde 1699, la ciudad de Córdoba del Tucumán fue cabecera obispal y, por tanto, a que desde esta época se produjo asimismo la centralización archivística de sus fondos documentales.

5. He tratado la cuestión de los archivos inquisitoriales de los comisarios tucumanos en otra investigación (Sartori Citation2014, 49–65).

6. Ginzburg y Poni Citation2004, 61.

7. Para referirse a este método de investigación, Ginzburg y Poni utilizan como referencia metafórica el mito del ‘hilo de Ariadna’ (Citation2004, 62). Obsequio otorgado por la princesa cretense a Teseo y con cuya madeja el héroe ateniense logró guiar sus pasos a través del fabuloso laberinto de Creta. Ginzburg retoma esta bella imagen en las primeras líneas de su obra titulada, precisamente, ‘El hilo y las huellas’ (Citation2010).

8. Ginzburg y Poni 2004, 61. Sin embargo este método de ‘rastrillaje’ archivístico no es nuevo y ha sido utilizado en numerosos trabajos de corte microanalítico. Entre ellos, puede citarse el extraordinario trabajo de fuentes en una de las obras pioneras de la microhistoria italiana, como lo es ‘La herencia inmaterial’ de Giovanni Levi (Citation1990).

9. La limitación del alcance biográfico no está sólo condicionada por el acceso a fuentes que permitan su reconstrucción sino que obedece también a lo que Bourdieu llamó ‘la ilusión biográfica’, es decir, la falacia de otorgar una inexacta ‘coherencia a la experiencia de los actores’ (en Revel Citation2005, 222).

10. En dos documentos de 1618 Rosillo declara tener 50 años de edad (AHPC, Esc.1, L. 49, Exp. 1, f. 960, y L. 44, Exp. 1, f. 58v).

11. AHPC, Prot. Not. Reg. 1. T. 51. f. 124r.

12. AGI, Contratación, 5234B, N.2, R.74 - 1/18. En la carátula del permiso de Aguado para el paso a las Indias puede leerse: ‘Año 1591. Alonso Aguado, mozo soltero, como de 25 años de edad, natural y vecino de la Villa de Cienpozuelos. Hijo legítimo de Miguel Aguado y de María Luenga. Nieto por la línea paterna de Miguel Aguado y de María Chamorra y por la materna de Alonso Luengo y de Catalina García, todos vecinos de la misma Villa, cristianos viejos, limpios. Pasó a las Provincias del Perú por criado del Bachiller Antonio Rosillo. Abogado’. Antonio Rosillo presentó la Real Cédula que lo autorizaba a él a realizar el viaje y que fue incorporada en ‘traslado’ al documento en cuestión. Luego de este pase a América Alonso Aguado desaparece de nuestros registros.

13. Así es tratado en las Actas del Cabildo de Buenos Aires de la época y que estudiamos más adelante.

14. Su casa quedaba a una cuadra de distancia de la Plaza Mayor de la ciudad. Se la había comprado a Jerónimo L. de Cabrera por 2.000 pesos (véase Luque Colombres Citation1980, plano: Casa1-Manzana g-v). En su testamento Rosillo dejó una descripción de los objetos que tenía allí y de su uso personal: ‘Dos pailas de cobre, una grande y otra mediana y unos tapiales y dos cedros que tendrán a dos tirantes y algunos tablones y palos. Tres cofres de Flandes nuevos, con sus llaves, una caja grande sin llave cerradura, una silla brida con sus estribos nuevos. Otra caja grande con su cerradura y un escritorio con sus cajones del Brasil y sillas y otros trastes y bufete y cuja y ropa blanca y vestido negro y otro más’. En el mismo documento Rosillo menciona a sus esclavos: ‘ … chicos y grandes, llamados Duarte y su hijo Duarte y su hija Inés que tiene una cría llamada Inés, Manuel y Juana su mujer, Gaspar soltero, Sebastián Yuto, Susana su mujer, con sus hijos, María, Pedro, Antonio, Gregorio y Juan, que es casado con una negra de Doña Petronila de la Cerda, que llevó don Jerónimo de Villarreal y se fue el negro tras la negra según tengo noticia’. Disponiendo asimismo de la libertad de dos de ellos ‘ … por el buen servicio que me han hecho Duarte el mozo y Sebastián Yuto mis esclavos en aquella vía y forma que más haya lugar en derecho, después de mis días los dejo libres y horros de todo cautiverio para que como tales puedan hacer todo aquello que una persona libre puede hacer, gravamento y condición al dicho Duarte que cerrándose la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes por ser oficial acuda a ayudar a lo que se ofreciere del tejar, dándose por su trabajo cosa moderada que taso en 4 reales cada día que se le ha de dar por el convento’ (AHPC; Prot. Not. Reg. 1. T. 51. f. 124r).

15. Juan Rosillo de Ávalos era natural de San Clemente, España. Hijo legítimo de Alonso Rosillo e Isabel de Ávalos, muertos ambos para 1624. Adquirió el cargo de Regidor en remate público efectuado en la Villa Imperial de Potosí por 420 pesos (AGI, Charcas, 68, n.34. 13/9/1630). En 1624 tuvo un hijo natural con Magdalena Martínez, a quien llamó Alonso (AHPC, Reg. 1, L. 39, f. 347, y Reg. 1, L. 38, f. 174).

16. Una se refiere al servicio realizado por Juan Rosillo para Antonio Rosillo en 1632, cuyo objetivo era recibir en su nombre un pliego en Potosí de manos del Licenciado Antonio de Torres Treviño, Comisario del Santo Oficio en dicha Villa, para hacérselo llegar a Córdoba (AAC, Inq., Tomo 1, f. 51r/v: ‘Recibo que hizo Juan Rosillo de un fardillo [ … ] aforrado en cañamazo y liado con lías de cabuja intitulado al licenciado Antonio Rosillo [ … ] que envié al comisario de la ciudad de Córdoba’). También, en la Carta de Finiquito, elaborada de común acuerdo entre Antonio Rosillo y el mercader lusitano don Diego De Vega y Pobeda. En ella se menciona a Juan Rosillo en una transacción por demás sugerente. Antonio Rosillo le había otorgado una libranza para que cobrase en su nombre 1.296 pesos al capitán Joan de Tapia. Es decir que no sólo confiaba en él para el buen destino de su correspondencia sino que además lo hacía partícipe de sus transacciones comerciales. Un dato interesante resulta de la cercanía, al sureste de Madrid, de los lugares de origen de Antonio Rosillo, Alonso Aguado y Juan Rosillo de Ávalos; esto es Provencio, Ciempozuelos y San Clemente respetivamente.

17. La fundación de Córdoba de la Nueva Andalucía fue realizada por Jerónimo Luis de Cabrera el 6 de julio de 1573, pero su emplazamiento efectivo y definitivo se realizó cuatro años después. Hasta las Reformas Borbónicas del siglo XVIII, Córdoba perteneció a la Gobernación del Tucumán. A pocos años después de su fundación, se convirtió en una de las principales ciudades de ésta, cruce de caminos entre el puerto de Buenos Aires, el Alto Perú, Chile y el Paraguay y centro de producción agrícola-ganadera con una importante participación en el comercio interregional.

18. Defensor General de Menores en la sucesión de Juan de Soria (AHPC, Reg. 1. Leg. 3, 24/7/1601). Testigo de dote en casamiento de Sebastián de Tejeda (AHPC, Esc.1, L.46, 1, f. 126. 28/5/1618). Testigo de información por José de Quevedo (AHPC, Esc.1, L.64, 5, f. 11, 23/6/1618).

19. Por ausentarse a España da poder especial ‘para poder cobrar y recibir cobros necesarios de Castilla y de la tierra y asimismo para que puedan rendir cierta cantidad de mulas y machos de su propiedad al contado o fiado y reciban su procedido y lo entreguen’, a Lucrecia de Villalba, al Lic. Antonio Rosillo, al capitán Juan de Ávila y Zárate, al alcalde Miguel Cornejo y al cirujano Martín de Fonseca. Entre los testigos de este documento se encontraba, Duarte Juan Moreyra, portugués criador de mulas en la Estancia De Punilla y socio, como veremos, del propio Rosillo (AHPC, R1, Tomo 1, 161, ff. 335r–55v). Agradezco a Kris Lane y a María del Carmen Ferreyra, quienes oportunamente me señalaron la existencia de estos documentos que vinculan a Antonio Rosillo con Gabriel García de Frías.

20. En 1618 Gabriel García de Frías, vecino de Córdoba, otorga poder especial a Francisco García de Frías, su hermano, vecino de Potosí, para que reciba ‘mulas, esclavos, indios y otras cosas que envía de esta ciudad a Pedro Casero y Juan Bernal de Mercado. Luego la venderá y también para que Casero y Bernal puedan pasar a Potosí en caso necesario 96 mulas a venderlas de lo procedido se pague a estos dos y se cobre Francisco al resto lo envíe a Santiago del Estero a su nombre o del Lic. Antonio Rosillo y por ausencia de ambos a Miguel Álvarez de Ávila, vecino de esa ciudad y en su ausencia a Antonio Ferreyra, mercader’. El testigo de la transacción fue Francisco Fuensalida Meneses, y el escribano Alonso Nieto de Herrera, ambos hombres muy vinculados a Antonio Rosillo (AHPC, R. 1, 1618/19, ff. 98r–150r).

21. Antigua merced de B. Gallegos de 1579. Quedaba junto al Río de Nogomiel, a 16 leguas del camino de la sierra. Al poco tiempo vendería estas tierras a Alonso Díaz Caballero (AHPC, Esc. 1, L. 128, 2, f. 95).

22. Rosillo la compró en abril de 1620 a Rodrigo Guzmán Carnado, hijo de Leonor Ponce de Gallegos y de Juan de Molina. Y la vendió 17 años después a Lázaro del Peso. En su testamento, Rosillo dejó constancia de una deuda que tenía aún con él el Licenciado Luis del Peso por su hijo Lázaro, del resto de la venta de la Estancia y ganados de ella, que le había vendido en 525 pesos y del que restaba de pagar 110 pesos.

23. Sempat Assadourian Citation1983.

24. Sobre las vinculaciones entre el tráfico esclavista del Brasil y su zona de influencia con el poder político colonial, se destacan los pioneros trabajos de Charles R. Boxer (Citation1975).

25. Moutoukias Citation1988.

26. Wachtel Citation2007. Ello explicaría el intento del Santo Oficio en controlar toda esta amplia jurisdicción, con el fin de perseguirlos y secuestrar sus bienes; y que llevó incluso a proponer en repetidas oportunidades la instauración de un Tribunal en Buenos Aires, pero que nunca se efectivizó.

27. En apéndice de Bischoff Citation1995, 752.

28. La primera mención de su cargo de Comisario de la Santa Cruzada se encuentra en una carta de agosto de 1619, enviada a él por su par en Santiago del Estero, el también Comisario inquisitorial doctor don Fernando Franco de Rivadeneyra (AAC, Inq., Tomo 1; ff. 9r–10v).

29. Los subdelegados debían pertenecer al clero secular, mientras que los tesoreros y receptores podían ser laicos, a la vez que estos dos últimos cargos recaían frecuentemente en una misma persona. Por último había otro cargo, más de tipo formal, que era la figura del notario, con jurisdicción notarial sólo para la Santa Cruzada y también nombrado por los delegados.

30. AHN, Inq., Lib. 352. Esta Real Pragmática fue la que estableció también la creación del Tribunal limeño.

31. Estas cartas trataban de la propia postulación de Antonio Rosillo como Comisario inquisitorial de Córdoba, pues sabemos que en 1617 envió a Bartolomé Ximénez, Comisario inquisitorial de Potosí, 200 pesos para la averiguación de su limpieza de sangre.

32. Alonso Sotelo, franciscano. Diego de Alfaro, jesuita.

33. Rosillo no se estableció en un edificio particular para llevar adelante las acciones del Comisariato inquisitorial, sino que para ello utilizaba su propia casa; donde conservaba asimismo lo que nosotros hemos llamado el Archivo del Comisario, cuyo fondo documental habría de ser legado a su sucesor, el Doctor Adrián Cornejo (Sartori Citation2014).

34. ‘ … título de familiar de esta Inquisición al señor don Álvaro Pérez de Sotomayor, contador y secretario real, a quien mandará vuestra merced se le dé, y recibir de él juramento de fidelidad ordinario que se acostumbra [ … ] A su merced se paga por cada título de familiar diez ducados’ (AAC, Inq., Tomo 1; f. 63r). Otro caso registrado es el del capitán don Luis Ordóñez, quien compró en remate público la vara de alguacil mayor del Santo Oficio de Córdoba en 1649 y a un valor de 2.415 pesos de a ocho reales, luego de reconocerse su ‘limpieza de sangre’ (AAC; Inq., Tomo 1, f. 132r). Pero terminó de pagarla 7 años después y luego de admonitorias cartas de los Inquisidores de Lima y luego de Pedro Carminatis Jover, comisario de Santiago del Estero y en quien puso el Santo Oficio la responsabilidad de cobrarle (AAC, Inq., Tomo 1, 1652: f. 132v; 1652:f. 133r; 1653: f. 138r; 1656: f. 134r; 1656: f. 134v; 1656: ff. 135r–37r).

35. En razón de estas circunstancias, veremos más delante la manera en que el Tribunal limeño intentó tener un mayor control de su Hacienda en estas regiones con el envío de Visitadores inquisitoriales.

36. Otros fueron Lorenzo Román, Francisco Luján de Medina, el Licenciado Joseph de Fuensalida Meneses y Alonso Pérez de Sotomayor.

37. Durante el Comisariato de Rosillo hubo otros dos Inquisidores en la jerarquía del Tribunal peruano con quienes, al parecer, sólo los vinculaba la relación de subordinación dentro de la institución; nos referimos a los Inquisidores Gutiérrez Florez, cuyo mandato colegiado ocupó el período comprendido entre 1625 y 1631, y Castro y del Castillo, asimismo Inquisidor entre 1631 y 1648.

38. Fechada en Lima el 1° de septiembre de 1619 y recibida por Rosillo seis meses después, Gaytán le pide: ‘[ … ] asegurarme su venida de vuestra merced a esta corte donde su persona podría tener el lugar que merece que para persona tan entendida juzgo muy corta esa tierra, yo siempre deseo servir a vuestra merced y lo haré con muy gran voluntad’ (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 11r–12v). A partir de este viaje, ambos hombres mantuvieron una comunicación epistolar, aunque interrumpida, durante más de veinte años.

39. No se han conservado cartas entre Juan de Robles y Rosillo, pero aquél es mencionado en otras numerosas cartas al Comisario de Córdoba, pues era él a quien Rosillo remitía el dinero de las cobranzas, embargos y secuestros realizados en su Comisariato. Pero mientras que de Osorio del Odio también se observan menciones del mismo tenor, de él si se ha conservado una carta escrita a Rosillo en enero de 1636 en calidad de Receptor General (AAC, Inq., Tomo 1, f. 77r/v).

40. El fiscal Don Gaspar Valdespina escribió a Rosillo en julio del año 1626 desde Lima una carta privada sobre estos negocios (AAC, Inq., Tomo 1, f. 24r).

41. Los fiscales realizaban las indagatorias en los procesos de fe, así como en las causas por limpieza de sangre.

42. Por ambos cargos su sueldo era de 1.000 pesos (Castañeda Delgado y Hernández Aparicio Citation1989, 22–26.

43. Las cartas enviadas por el Secretario a Rosillo que se conservan son 16 en total y van desde 1621, es decir desde la vuelta de Rosillo a Córdoba luego de su viaje a Lima, hasta 1633, poco tiempo antes de que Díaz de Contreras abandonara el Tribunal. En sus cartas el Secretario siempre menciona a su esposa Doña Catalina, quien le pidió a Rosillo en repetidas oportunidades y a través de su esposo diversas encomiendas de bienes de consumo que no se conseguían en el Perú, tales como ámbar gris y martinetas, almizcle e incluso ‘algunos regalitos con bálsamo’. En uno de estos envíos, Rosillo mandó a Doña Catalina una ropa ‘[ … ] que luego se la puso por ser la cruz del Santo Palo de Carabuco’, con lo cual, según palabras de Díaz de Conteras, ‘Rosillo actuaba honrando a [su] casa y favoreciendo a doña Catalina’ (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 26v, 29v, 34v, 63r).

44. Como en la carta del 1 de febrero de 1630, donde le escribió sobre los nuevos nombramientos de los Inquisidores, de los cuales le cuenta que ‘el uno es visitador de esta Real Audiencia, llámase Juan Gutiérrez [Flores], y el otro dicho visitador de la Audiencia Real de Quito llámase licenciado Juan de Mañozca, el otro es el conocido Andrés Joan Gaytán y el otro el licenciado don Antonio de Castro y del Castillo, que fue vicario de Potosí, y Secretario el Oidor don Manuel de Castro … ’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 40r/v).

45. Carta escrita el 1 de abril 1626 por Gaitán y recibida por Rosillo en Córdoba nueves meses después: ‘Hoy hace dos años y medio que el tribunal eligió la persona de vuestra merced en comisario de este Santo Oficio en la ciudad y puerto de Buenos Aires, y toda su provincia, y ni él ni yo hemos tenido carta de vuestra merced y como [es] importante que allí no falte comisario me hallo obligado por mi oficio a escribir a vuestra merced la falta que hace la ausencia de vuestra merced’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 18r/v).

46. Al irse Verdugo, Gaitán quedó solo al mando del Santo Oficio limeño durante un año, hasta que llegó Mañozca. Gaitán se llevó mal también con Mañozca y peor con Juan Gutiérrez Florez, quien fuera designado también como Inquisidor. Cuando llegó Gutiérrez Florez, ‘la mayoría de los oficiales eran afectos a Gaitán, y para alargar a este hicieron vacío al nuevo ministro … ’ (Castañeda Delgado y Hernández Aparicio 1989, 15), el edificio de la Inquisición eran una ruina y las cuentas un desastre. Pero Gutiérrez Florez fue conciliador con Gaitán, lo complació en todo y dejó que gobernase el Tribunal, pero mientras tanto logró que éste se reconciliase con el Virrey y con las autoridades civiles. Desde 1625 a 1636 Gaitán pide insistentemente ser relevado del puesto y ser enviado a España, pero no se lo permiten sino hasta 1636, cuando decide no hacer uso del permiso.

47. Sobre la trayectoria del Inquisidor Mañozca, ver Lynn Citation2013, 238–93.

48. El 1 de agosto de 1628, Gaytán escribió a Rosillo para contarle cuestiones de índole personal, como lo era el viaje a España que el Inquisidor deseaba hacer desde hacía tiempo pero que, según sus palabras, ‘después que escribí a vuestra merced tenía licencia para irme a España y que lo impidiendo [sic] alguna causa superior hacía viaje en la primera armadilla por poca salud no lo he continuado. En la armada pasada impidieron mi embarcación navíos de corsarios que se vieron en este mar’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 32r).

49. La primera carta fue escrita por el Inquisidor en Lima el 10 de junio de 1630 y en ella vuelca información que nos habla de otros contactos hechos por Rosillo en sus viajes por las ciudades del Perú, como ‘la buena relación que siempre he visto hacer de su persona de vuestra merced como por la que me dio el Señor Arzobispo del Reino en el tiempo que nos vimos y comunicamos en Quito’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 42r).

50. En Santiago de Chile se encontraba a cargo del comisariato el dominico Fray Martín de Salvatierra, quien aparece mencionado en los documentos a partir de 1619 (AAC, Inq., Tomo 1, f. 39r/v); y luego el Maestro Don Thomas de Santiago, comisario de Santiago de Chile en 1630. Junto a este último Rosillo realiza diligencias para atrapar al reo Gaspar Hernández (AAC, Inq., Tomo 1, f. 38r). De Mendoza en Cuyo el comisario era fray Juan de Ahumada, quien escribe a Rosillo sobre diversos asuntos en 1633 (AAC, Inq., Tomo 1, f. 62r/v).

51. Rosillo tuvo una fluida correspondencia con los cuatro Comisarios que se sucedieron en el ministerio de Potosí durante el tiempo que duró su cargo: En 1619 Bartolomé Ximénez Vela era Comisario del Santo Oficio en Potosí y, según su propia firma, también ‘familiar propietario’ (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 7r–8v); Francisco Guerra, Comisario por un corto período, sólo tenemos noticia de él en una breve carta enviada a Rosillo en 1624 (AAC, Inq, Tomo 1, f. 17v); El Doctor Francisco Jiménez y Herrera, mencionado en un documento del archivo de Rosillo con fecha de 1627 (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 26r–27v). Y, por último, el Licenciado Antonio Torres Treviño, quien aparece mencionado por primera vez como Comisario de Potosí en 1632, y luego en cartas y documentos en los años de 1634, 1636 y hasta 1641 (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 51r/v, 65r, 80r–82v y 102r). Más el Licenciado Alonso Escobar y Loaysa, Comisario en 1636 de la localidad de Chocaya en la Provincia de los Chichas, cercana a la Villa Imperial. En los documentos relativos a él aparece mencionado también el escribano de su Comisariato, Antonio Leal de Sotomayor (AAC, Inq, Tomo 1, f. 90r/v).

52. El interés de Rosillo en cuestiones atinentes a la política del virreinato se muestra en una carta enviada a Rosillo por el Comisario de Potosí, el Capellán Francisco Guerra, en diciembre de 1624 y en donde hace mención del conflicto histórico conocido como la guerra entre ‘Vicuñas y Vascongados’, escribiendo, ‘ … por acá no hay cosa de nuevo más de estas inquietudes de naciones aunque habrá diez días que parece duermen; Dios aumente el sueño en los vicuños para que jamás se despierten’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 17r).

53. Como los establecidos por Rosillo con el Licenciado Francisco de Trejo y el Capellán y Canónigo catedralicio Licenciado Martín Martínez de Eulate, antecesor y sucesor respectivamente en su cargo de comisario de Buenos Aires (Trejo, 1614–1623; Martínez de Eulate, 1632–1639). (AAC, Inq., Tomo 1, f. 4r/v; AAC, Inq., Tomo 1, f. 34r/v; AAC, Inq., Tomo 1, ff. 91r, 54r, 66r/v, 67r, 72r, 80r/v, 83r/v, 93r, 97r). La relación entre estos comisarios los vinculó comercialmente con la Compañía de Jesús y los contrabandistas del puerto de Buenos Aires en los sucesos que tratamos más adelante.

54. Como ya hemos mencionado, este viaje llevó a Rosillo a Buenos Aires, donde sus negocios se mantenían a ritmo continuado y se afianzaban sus relaciones comerciales y personales con los más ricos mercaderes del puerto. Sin descontar los vínculos estrechos que habrían de formarse para esta época entre él y la Compañía de Jesús.

55. En carta de Rivadeneyra a Rosillo (AAC, Inq., Tomo 1, f. 33r/v).

56. Juan Acuña de Noroña fue acusado de haber mantenido relaciones sexuales con un esclavo suyo, y con confesión bajo tortura fue sentenciado por el Gobernador Luis de Quiñones Osorio a muerte. Gracias a sus contactos, Noroña logró apelar al Tribunal de la Real Audiencia de La Plata y fue absuelto cuatro años después. Sin embargo, el mismo día de su liberación en Charcas, fue tomado prisionero por la Inquisición por sospecha de judaizante, y finalmente muerto en la hoguera en 1625. Caso estudiado y presentado evento científico (Sartori Citation2011).

57. Algo que, a pesar de este recaudo, no habría de cumplirse (AHPC, Prot. Not. Registro I, Legajo 35, f. 55r).

58. En una carta enviada por Alfaro desde Paraguay a Rosillo en ese mismo año de 1629, se percibe que ambos habían comenzado a tomar las medidas necesarias de tal modo de evitar Santiago del Estero en las rutas de la correspondencia, pues sospechaba que éstas eran abiertas allí por Rivadeneyra: ‘ … este pliego para el Doctor Pascual Perodes, que vaya con toda brevedad que son papeles de su mucha importancia para el Santo Tribunal y no querría que se detuviese en Santiago del Estero [ … ] que es lástima la disolución que hay en abrir pliegos en estas tierras … ’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 35v).

59. ‘Por parte de las justicias reales se me avisa que las causas de su jurisdicción no hallan en vuestra merced el favor que los casos piden, para que se castiguen los delitos y como estas dos jurisdicciones como vuestra merced sabe se debe dar la mano la una a la otra para este intento, me ha parecido suplicar a vuestra merced esté muy advertido en este punto, favoreciéndolas en todo lo que precisamente no fuere de la nuestra inexcusable porque de esta manera se vive en las repúblicas con paz y seguridad. Y de su prudencia de vuestra merced fío deseará conservar ésta y estar muy en filo, de manera que no se quejen de nosotros pues es una de las cosas que su majestad más nos encomienda’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 46r).

60. ‘Listado de causas que su paternidad fray Martín de Aróstegui dejó al lic. Antonio Rosillo, comisario de Buenos Aires que lo sustituyó como juez del Paraguay, Tucumán y Río de la Plata.' Causas inscriptas en el Listado: Francisco de Puelles por deudas a Noroña, Rui de Sosa y Antonio de Rivera por deudas a Noroña; de Santa Fe, Pedro Tello de Sotomayor, Juan de Escobar, Francisco de Lugones (AAC, Inq., Tomo 1, f. 156r). ‘Memoria de las cobranzas de plata hechas por Aróstegui en las provincias de Tucumán, Paraguay y Río de la Plata.' Santiago del Estero: 14 personas, 2112 pesos. Salta: 5 personas, 1869 pesos. ‘Por cobrar en Santiago del Estero: Del licenciado Diego Fernández Andrada [notario del Sto. Oficio en tiempos de Rivadeneyra] por cuenta del libro reconocido con claridad, de que hay otros papeles para convencerle: 1594 pesos. De Francisco de Acuña, mil pesos, da la fianza segura de 1000 pesos. De Juan de Espíndola 923 pesos con fianza dada: 923 pesos. De Antonio López de Rivera: 400 pesos de fianza pidiéndosele más otros 400 pesos por escritura. Del licenciado don Francisco de Lugones de la rioja: 313 pesos. De Paraguay: de Palomares y sus herederos: 600 pesos. Don Francisco de Mexía: 31 pesos. Francisco de Puelles (que tiene el proceso Antonio Rosillo): 2440. 6 personas más: 2100 pesos’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 167r). ‘Cláusulas de instrucción que dio el P. F. Pedro de Iramain, vice comisario general y visitador de la orden de San Francisco de la Provincia de Tucumán, juez de comisión del Santo Oficio. 1 de diciembre de 1630. Comisión a Rivadeneyra en Santiago del Estero para que cobre las deudas de Acuña. –Comisión al licenciado Antonio Rosillo, comisario de la ciudad de Córdoba’ contra Francisco de Lugones de la Rioja por deudas al fisco de Acuña (AHNC, Inq., Vol. 159; f. 172r).

61. AAC, Inq., Tomo 1, f. 60r.

62. La carta de Sotelo dice así: ‘ … habrá de saber vuestra merced como el Tribunal del Santo Oficio de Lima me despachó comisión haciéndome merced de comisario de la ciudad de Tucumán y de la Rioja y de todas las demás ciudades y juez de todas y de cualesquier escrituras de juegos y cualquier otra hacienda perteneciente al Santo Oficio para que las concluya, y de sentencias definitivas y que no despache ninguna [tachado: sentencia] pleito, y así para saber y acudir a las obligaciones del Oficio lleva mi sobrino Juan Sotelo comisión para notificar a los escribanos de esa ciudad busquen en sus oficios si hay alguna escritura hecha a favor del dicho Santo Oficio y así se servirá vuestra merced de patrocinallo [patrocinarlo] y amparallo [apararlo] y dalle [darle] todo favor para que tenga efecto y se consiga lo que el Santo Tribunal nos manda … ’ 1632–1633 (AAC, Inq., Tomo 1, f. 94r/v, y AAC, Inq., Tomo 1, f. 58r/v).

63. Exceptuando los relacionados con portugueses judaizantes, de los demás casos que pasaron por las manos de Rosillo no se tienen más que desdibujados fragmentos; entre ellos el de fray Tiburcio del Peso, acusado por difundir proposiciones heréticas contra los jesuitas. Éstas eran: ‘1. Que Pedro de Olivera, religioso de Nuestra Compañía, que tenía hechos los votos simples de la Compañía, jamás había sido religioso. 2. Que los que hacíamos los votos simples no éramos religiosos. 3. Que el Papa no podía dispensar en los votos. 4. Diciéndole que podía, y que de hecho por bula de su Santidad absolvía la Compañía de los votos, dijo: qué bula, qué bula, yo mostraré otra. Fuera de éstas, dijo otras proposiciones escandalosas’. Por sí solo este caso abre innumerables interrogantes acerca de la relación entre la Compañía de Jesús y la Inquisición y del complejo marco simbólico otorgado al ejercicio de poder por parte de la Iglesia, temas que será tratado en otro trabajo (AAC, Inq., Tomo 1, f. 94r/v). También es posible que participara de algún modo en la captura de Doña María de la Cerda, de quien Medina escribió, era ‘natural de Buenos Aires, de 40 años, viuda de don Gonzalo Mexia, abogado en el Tucumán. Acusada de brujería y magia con polvos de ara y conjuros a beber en chocolate a diferentes hombres para que quisiesen bien a las mujeres y estuviesen firmes en su amor … ’. Presa en Lima en 1641, salió en auto de fe con insignias de hechicera, abjuro de levi y recibió 100 azotes (1945, 245). Sabemos también que siguió de cerca los movimientos de un fraile carmelita en viaje desde España al Río de la Plata acusado de ‘pecado nefando’ (AAC; Inq., Tomo 1, f. 101r); que amonestó a un jugador reincidente llamado Juan Cabezas (AAC, Inq., Tomo 1, f. 65r), y que hizo público un famoso edicto enviado desde Lima a todas las ciudades del virreinato contra curas solicitantes (AAC, Inq., Tomo 1, f. 48r/v).

64. En el archivo personal de Rosillo se encuentran documentos relativos a su actuación en sólo cinco persecuciones contra portugueses judaizantes: Juan Acuña de Noroña, Diego López de Lisboa, Duarte Juan Moreira, Juan de Morales, Gaspar (o ‘Gaspar Negro’, o ‘Luis Hernández’, o ‘Gaspar Hernández, cantero, molinero’) y Domingo Rivero; pero sólo en este último caso tenemos pruebas de una activa participación de Rosillo en su captura. Rivero había sido acusado de judaizante y estuvo prófugo del Santo Oficio hasta que fuera hecho prisionero en Buenos Aires por Martínez de Eulate y enviado a Lima por la ruta de Córdoba. A lo largo de las casi tres décadas de su comisariato, Rosillo hizo también numerosas tomas de declaraciones a portugueses por pedido expreso del Tribunal limeño, para la averiguación de deudas que pudiesen debérsele a otros portugueses presos por la Inquisición en la capital del Virreinato, pero de cuyos testimonios no obtuvo información significativa que pudiese servir al Santo Oficio. Ellos fueron: Ruy de Sosa Juan Ortega, Domingo Balladares, Benito de Acosta -no el otro, ‘Gómez de Acosta’ (AAC, Inq., Tomo 1, vv).

65. AAC, Inq., Tomo 1, ff. 9r–10v, 39r/v, 51r/v.

66. Padre del escritor Diego de León Pinelo.

67. Carta de Díaz de Contreras a Rosillo en junio de 1633: ‘La carta que vuestra merced me remitió para Diego López de Lisboa, capellán del señor obispo de esta ciudad se le dio luego … ’ (AAC, Inq., Tomo 1, f. 63r).

68. Para la reconstrucción del escenario en el que actuaron los Confederados, entre quienes habría de insertarse el propio Antonio Rosillo, nos hemos basado en los trabajos de Jorge Gelman (Citation1987, 89–107) y Macarena Perusset Veras (Citation2005, 285–304).

69. ‘ … teniendo consideración a que el Licenciado Antonio Rosillo, abogado de la Real Audiencia de la Plata, es persona de calidad y partes, y suficiencia, y que en él concurren todas las demás calidades que en su persona se requiere para semejante comisión, el dicho Teniente General y Capitán Tomás de Garay, Teniente de Gobernador, en nombre de S.M., le nombraban y nombraron para el dicho efecto, y que vayan con él seis soldados, personas que sean de consideración para el dicho efecto y recibimiento de los dichos cuatro navíos, donde así propusieron el dicho Licenciado Antonio Rosillo vaya por Capitán de la dicha gente y navíos con la orden que el dicho Teniente General y Teniente de Gobernador le dieren y carta del Cabildo y Ayuntamiento de esta ciudad … ’ (Libro de Acuerdos del Cabildo de Buenos Aires [1605–1608], f. 13v [citado en Buenos Aires 1861, 2:30–32]).

70. Este auxilio fue requerido para organizar el ejército español en Chile durante la llamada ‘Guerra del Arauco’. El pedido de 1.000 soldados había sido solicitado por el Gobernador Alonso de Rivera al Rey Felipe III (en Fredes Citation2008).

71. Hernandarias se encontraba desde hacía meses en una expedición hacia el sur en busca de la Trapalanda o ciudad de los Césares; búsqueda infructuosa de la mítica urbe indiana que se repetiría en numerosas expediciones al mando de varios gobernadores de las Provincias del Tucumán y Río de la Plata.

72. El documento sólo hace mención de ello de la siguiente manera: ‘ … propusieron y ordenaron, por ser el negocio de tanta consideración, y que no conviene dilación en él, porque de ello podría resultar algunos daños e inconvenientes … ’.

73. Entre las principales mercaderías enviadas se contaron aceite, carne, cebo, y ‘biscochos’, estos últimos elaborados en la ciudad con la harina procedente de las carretas del Tucumán. De acuerdo al documento: ‘ … dijeron y propusieron que todas las carretas que al presente están en esta ciudad, de la gente que ha venido de Córdoba y otras partes de la Provincia de Tucumán, y las que fueren entrando, se embarguen en el Real Nombre, para el avío de la dicha gente, pagándoles lo justo y conveniente que pareciese debérseles, como es usanza; y así mismo propusieron para el dicho efecto, que todas las harinas, carnes, tocinos y demás comidas que al presente se hallaren en esta ciudad, de las que han traído de la dicha ciudad de Córdoba y gobernación del Tucumán, y las que llegaren a este puerto, y los que hubiere de lo suso declarado en esta ciudad, de los vecinos de ella, y de los que no lo fueren, estantes y habitantes, se tomen y embarguen para el dicho efecto, pagándoles lo que justamente y moderadamente pareciere valer; y que se nombren dos personas de confianza y experiencia y solicitud, para que la harina que se tomase para hacer vizcochos entre en su poder y la repartan con cuenta y razón … ’.

74. Resultado de las cobranzas efectuadas por Rosillo en nombre de De Vega y Pobeda: ‘ … de manera judicial y extrajudicialmente por escrituras, conocimientos, libranzas, cartas, misivas, cuentas, mandamientos y otros recaudos y sin ellos’. Es decir que Rosillo habría actuado en todos esos años como agente comercial del mercader lusitano. Por otra parte, porque se aclaraba en el documento que estos negocios y cobranzas habían sido efectuados sobre una multiplicidad de bienes, tales como ‘plata, reales, mercaderías, esclavos y bienes muebles y semovientes como otras cosas … ’. Cuyo balance ambos habían hecho ya hacía tres años en la ciudad Córdoba (en 3 de Abril de 1623), y ‘sacado de un cuaderno de cuartilla de papel que para el dicho efecto escribió el dicho licenciado Antonio Rosillo … ’. Carta de pago y finiquito de cuentas y cobranzas de 1626 entre el Licenciado Antonio Rosillo y el capitán Diego de Vega y Pobeda (AAC; Inq.; Tomo 1; ff. 20r–23r).

75. En 1614 Rosillo escribe al Comisario inquisitorial de Buenos Aires, el licenciado Francisco de Trejo, avisándole de su viaje (AAC, Inq., Tomo 1, f. 4r/v). Sabemos que Rosillo estaba de vuelta en Córdoba en 1617, pues firma en ella, de puño y letra, el recibo de un pliego para ser enviado al Perú (AAC, Inq., Tomo 1, f. 5r/v).

76. De este viaje da cuenta la carta enviada por Rivadeneyra a Rosillo en 14 de agosto de 1619, ya citada.

77. Más datos sobre las gestiones del Padre Lope de Mendoza en todo el Virreinato del Perú (Piana y Sartori Citation2012).

78. Para la trayectoria de Rojas y Acevedo véase también Moutoukias Citation1988, 201.

79. La posición de la Compañía de Jesús, aunque en clara defensa de los Confederados, es ciertamente ambigua; pues mantenían asimismo una profunda relación de mutuo beneficio con el propio Hernandarias. Los vínculos entre los jesuitas y Hernandarias se observan en sus relaciones políticas dentro de la ciudad Santa Fe para la misma época. Para un análisis pormenorizado de estos vínculos, ver Barriera Citation2013, 268–77).

80. Los vínculos de parentesco entre los socios Confederados se muestran como una de las estrategias de consolidación en la red de relaciones que los unían; como en el caso del casamiento de Juan de Vergara con María Freire, sobrina de Diego de Vega y Poveda; quien era como señalamos, suegro de Rojas y Acevedo.

81. Salvo un corto período de pocos meses, en que volvió a Córdoba para recuperarse de una enfermedad entre 1624 y 1629, ocupó la misma función pero para Buenos Aires (AAC, Inq., Tomo 1, f. 34r/v). Auto firmado por Rosillo en Córdoba (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 73r–74r).

82. ‘En lo demás que hizo de los negocios en la prisión de Juan de Vergara en nombre de los negocios de este Santo Oficio, ya se le ha escrito en otra cómo estos tales ministros no gozan del fuero de la Inquisición y así se ha dejado estos días de hallar en esto porque la cosa desfogara y se fuese aplazando. Estará advertido en todas ocasiones de procurar acomodar las cosas y negocios sin llegar a rompimiento y porque no se puede hacer otra cosa, mientras los ministros no son seglares’ (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 36r–37r).

83. En el verso del pliego de Díaz de Contreras a que hacemos referencia, Rosillo escribió de su puño y letra, la respuesta que daría carta y que dice: ‘Al señor Martín Díaz de Contreras, sobre los negros que pasaron en Buenos Aires con el gobernador don Francisco de Céspedes’.

84. Juan de Vergara actuaba como notario del Santo Oficio nombrado por Rosillo pero sin haber sido confirmado por el Tribunal y sin otorgar las probanzas de sangre requeridas para el cargo. En la carta subyace otra oposición del Tribunal contra Vergara, enmarcada en las palabras del Secretario, al escribir que no debía ayudársele no sólo por no ser titular sino también por haber actuado ‘contra un inquisidor en tiempos antiguos’.

85. AAC, Inq., Tomo 1, ff. 34r–34v bis.

86. AAC, Inq., Tomo 1, f. 44r.

87. La historia del contrabandista no acaba aquí, en 1650 el gobernador Lariz logró incautar sus bienes y lo desterró a Chile. Pero Vergara testó y murió en Mendoza en octubre de 1650.

88. Documento firmado por Rosillo en Córdoba el 14 de enero de 1631 (AAC, Inq., Tomo 1, f. 47r/v). A partir de este momento se suceden documentos, cartas y recibos de pliegos firmados por Rosillo en la ciudad de Córdoba. Razón por la que creemos que Rosillo residió en esta ciudad hasta su muerte.

89. AHPC, Prot. Not. Reg. 1. T. 51, f. 124r.

90. Francisco de Villafranca, Francisco Ferreyra, Cristóbal Cuevas, Bernabé Calderón, Miguel de Ardiles, Cristóbal de Torres y Alonso Nieto y Herrera.

91. Primeramente al Padre Rector y, si éste faltase, a Alonso Nieto y Herrera. Las únicas disposiciones dejadas por Rosillo sobre sus bienes se refieren a la mencionada ut supra sobre la manumisión de esclavos, y dos otorgamientos que eran de uso común en la época, a saber: ‘Mando para la fábrica de Nuestra Señora de la Candelaria de la Iglesia de la Isla de Tenerife en las Canarias, doce pesos. / Mando a las mandas forzosas y acostumbradas a cada una un peso corriente con que parto de mis bienes’.

92. Dos años y cuatro meses después, el 16 de mayo de 1640, el Doctor Adrián Cornejo se presentó ante el Capitán Don Nicolás de Valdivia y Brizuela, Justicia Mayor de Córdoba, trayendo consigo el testamento de Antonio Rosillo, junto a la noticia que éste ‘había muerto’ (AHPC, Prot. Not. Reg. 1. T. 51., ff. 122v–23r).

93. La cobranza que hizo Rosillo a la Compañía de Jesús se encuentra en la ‘Carta de finiquito’ con el mercader de la Vega y Pobeda, cuyo monto pagado por los jesuitas fue de 6.000 pesos (AAC, Inq., Tomo 1, ff. 20r–23r).

94. AHPC, Esc. 1, Leg. 7, Exp. 10 (1598); ff. 254r–60v.

95. Como se ha visto, asimismo socio de Rosillo y quien le compra su hacienda de Saldán.

96. 1623 (AHPC, Legajo 1, Exp. 14. ff. 95r–100v).

97. En la carta de Alfaro a Rosillo, se observa una relación triangular entre ambos hombres junto al Padre Diego de Torres (Inq. Tomo I, f. 55r/v).

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