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No al concertado son, sino al ruido: la acústica ruidosa en la ‘Canción desesperada’ de Grisóstomo

 

Notes

1 Véase Niall Atkinson, The Noisy Renaissance: Sound, Architecture, and Florentine Urban Life (University Park: The Pennsylvania State U. P., 2016). Sobre los ruidos en el campo, el pueblo y la ciudad en la antigüedad y temprana edad moderna, véase R. Murray Schafer, The Soundscape: Our Sonic Environment and the Tuning of the World (Rochester, VT: Destiny Books, 1977), 43–67.

2 Miguel de Cervantes, ‘El casamiento engañoso’, en Novelas ejemplares, ed., prólogo & notas de Jorge García López (Barcelona: Crítica, 2001), 521–35 (p. 525).

3 Cervantes, ‘El amante liberal’, en Novelas ejemplares, ed. García López, 109–59 (p. 114).

4 Miguel de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, ed., intro. & notas de Juan Bautista Avalle-Arce (Madrid: Castalia, 1970).

5 Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, ed., prólogo & notas de Francisco Rico, 2 vols (Madrid: Instituto Cervantes/Barcelona: Crítica, 1998), I, XX, 207–22. Todas las citas provienen de esta edición y se indicará en el texto el volumen, el número del capítulo y el número de página entre paréntesis. Para un análisis de la aventura de los batanes y los efectos del ruido en los personajes, véase Luis F. Avilés, ‘En el límite de la mirada: el espectador en Don Quijote’, en Cervantes y su mundo, ed. Kurt Reichenberger & Darío Fernández Morera, 3 vols (Kassel: Reichenberger, 2005), II, 1–22.

6 Ver Renato Poggioli, The Oaten Flute: Essays on Pastoral Poetry and the Pastoral Ideal (Cambridge, MA: Harvard U. P., 1975), 168–80; Javier Herrero, ‘Arcadia’s Inferno: Cervantes’ Attack on Pastoral’, BHS, LV:4 (1978), 289–99; Alban Forcione, ‘Cervantes en busca de una pastoral auténtica’, Nueva Revista de Filología Hispánica, 36:2 (1988), 1011–43; y Stephen Rupp, ‘True and False Pastoral in Don Quijote’, Renaissance and Reformation, 16:3 (1992), 5–16.

7 Ver Herman Iventosch, ‘Cervantes and Courtly Love: The Grisóstomo-Marcela Episode of Don Quijote’, PMLA, 89:1 (1974), 64–76; Antonio Cortijo Ocaña, ‘Acerca del episodio de Grisóstomo y Marcela (I, 12–14): la porfía airada’, eHumanista/Cervantes, 1 (2012), 514–36, <https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/cervantes/volume1/30%20cortijo.pdf> (acceso 27 de junio de 2020); y Joan Cammarata & Ana María Laguna, ‘Egocentricity versus Persuasion: Eros, Logos, and Pathos in Cervantes’s Marcela and Grisóstomo Episode’, en Goodbye Eros: Recasting Forms and Norms of Love in the Age of Cervantes, ed. John Beusterien & Ana María Laguna (Toronto: Univ. of Toronto Press 2020), 35–52.

8 Véanse Yvonne Jehenson, ‘The Pastoral Episode in Cervantes’ Don Quijote: Marcela Once Again’, Cervantes. Bulletin of the Cervantes Society of America, 10:2 (1990), 15–35; Ruth Anthony El Saffar, ‘In Marcela’s Case’, en Quixotic Desire: Psychoanalytic Perspectives on Cervantes, ed. Ruth Anthony El Saffar & Diana de Armas Wilson (Ithaca: Cornell U. P., 1993), 157–78; y Emilia Navarro, ‘Manual Control: “Regulatory Fictions” and their Discontent’, Cervantes, 13:2 (1993), 17–35.

9 Ver Juan Bautista Avalle-Arce, ‘La Canción desesperada de Grisóstomo’, Nueva Revista de Filología Hispánica, 11:2 (1957), 193–98; y en general sobre el suicidio en Cervantes, Adrián J. Saéz, ‘Un pecado tan malo y feo: variaciones cervantinas sobre el suicidio’, Iberoromania. Revista Dedicada a las Lenguas, Literaturas y Culturas de la Península Ibérica y de América Latina, 82 (2015), 202–17.

10 Aunque no faltan sus fuertes detractores, tal y como documenta El Saffar, ‘In Marcela’s Case’, 158–59, notas 2 & 4. Véase también Cammarata & Laguna, ‘Egocentricity versus Eros’, 36.

11 Mary Malcolm Gaylord, ‘Voces y razones en la Canción desesperada de Grisóstomo’, en Silva: studia philologica in honorem Isaías Lerner, ed. Isabel Lozano Renieblas & Juan Carlos Mercado (Madrid: Castalia, 2001), 287–300 (p. 289).

12 Álvaro Alonso Miguel, ‘La Canción desesperada de Cervantes: cancioneros, modelos italianos y sensibilidad romántica’, en Cervantes y su tiempo, ed. Juan Matas Caballero, José María Balcells Doménech & Desirée Pérez Fernández, 2 vols (León: Univ. de León, 2008), I, 109–21.

13 Gaylord, ‘Voces y razones’, 290.

14 Alonso Miguel, ‘La Canción desesperada de Cervantes’, 120. Sobre la estética de la aspereza en Garcilaso (con alusión a Cervantes y la ‘Canción desesperada’), véanse Luis F. Avilés, ‘Las asperezas de Garcilaso’, Calíope. Journal of the Society for Renaissance and Baroque Hispanic Poetry, 11:1 (2005), 21–47; y también Antonio Gargano, ‘Parlar aspro: la canción IV de Garcilaso y la tradición petrosa’, en Cánones críticos en la poesía de los Siglos de Oro, ed. Pedro Ruiz Pérez (Vigo: Editorial Academia del Hispanismo, 2008), 19–46. Para los orígenes y características principales de la disperata en Italia, véase Gabriella Scarlatta, The ‘Disperata’ From Medieval Italy to Renaissance France (Kalamazoo: Medieval Institute Publications/Western Michigan Univ., 2017).

15 Sebastián de Covarrubias Horozco, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Ignacio Arellano & Rafael Zafra (Madrid: Iberoamericana/Frankfurt am Main: Vervuert, 2006), 1418.

16 Aristóteles, Acerca del alma, trad., intro. & notas de Tomás Calvo Martínez (Madrid: Gredos, 1999 [1a ed. 1978]), II, 8, 194–95.

17 Greg Hainge, Noise Matters: Towards an Ontology of Noise (New York: Bloomsbury, 2013), 1–2.

18 David Novak, ‘Noise’, en Keywords in Sound, ed. David Novak & Matt Sakakeeny (Durham, NC/London: Duke U. P., 2015), 125–38 (p. 125).

19 Hillel Schwartz, Making Noise: From Babel to the Big Bang & Beyond (New York: Zone Books, 2011), 20–21. Para la importancia de las asociaciones y relaciones de sujetos y objetos acústicos en lo que se ha llamado el campo de la ‘acoustemology’, véase Steven Feld, ‘Acoustemology’, en Keywords in Sound, ed. Novak & Sakakeeny, 12–21. Este campo representa una evolución crítica de los estudios dedicados al ‘soundscape’, concepto desarrollado por Schafer, The Soundscape.

20 Schwartz, Making Noise, 21.

21 Real Academia Española, Diccionario de Autoridades (1726–1737), 3 vols (Madrid: Gredos, 1990), III, 652–53.

22 Hainge, Noise Matters, 9–11.

23 Jacques Attali, Ruidos: ensayo sobre la economía política de la música, ed. & trad. Federico Álvarez (México D.F./Madrid: Siglo XXI, 1995 [1ª ed. en francés 1977]), 44.

24 Schafer, The Soundscape, 273.

25 Attali, Ruidos, ed. & trad. Álvarez, 54. Para otras consideraciones positivas sobre el ruido, consultar Hainge, Noise Matters, 11–23; y Novack, ‘Noise’, 130–31.

26 Sobre la dificultad de proveer una definición conceptual de ‘ruido’, véase Hainge, Noise Matters, 5–6; y también Schwartz, Making Noise, 858.

27 Véase Cervantes, Don Quijote, ed. Rico, I, XIV, 146, nota 2.

28 Para las posibilidades dialógicas de los poemas citados por Cervantes en sus obras como práctica radical de escritura, véase Mercedes Alcalá Galán, Escritura desatada: poéticas de la representación en Cervantes (Alcalá de Henares: Centro de Estudios Cervantinos, 2009), 179–96.

29 Alcalá Galán, Escritura desatada, 194–95, hablará de ‘resonancias’, de ecos y de una ventana que se abre en el texto narrativo debido a la incorporación de un poema en la narración.

30 Quizás podamos intuir un esfuerzo de parte de Cervantes por aminorar esta disonancia al incluir los celos como parte del discurso de Marcela: ‘si alguno por mí muere, no muere de celoso ni desdichado, porque quien a nadie quiere a ninguno debe dar celos’ (I, XIV, 155).

31 Iventosch, ‘Cervantes and Courtly Love’, 68. Es muy probable que el juicio de Iventosch esté influenciado por la valoración negativa que ha sufrido la figura de Cervantes como poeta por parte de múltiples críticos. Para una perspectiva mucho más positiva y con la cual estoy de acuerdo, véase Alcalá Galán, Escritura desatada, y también Pedro Ruiz Pérez, ‘Contexto crítico de la poesía cervantina’, Cervantes, 17:1 (1997), 62–86.

32 En resumidas cuentas, Iventosch parece rescatar lo que considera un poema malo al decir que parece prosa y, al mismo tiempo, parecería que lo celebra precisamente por este movimiento que lo aleja de la lírica hacia la prosa. Tal es el efecto desconcertante que afecta al crítico cuando el ruido es incorporado al texto poético.

33 Saéz, ‘Un pecado tan malo y feo', 213.

34 Véanse Alonso Miguel, ‘La Canción desesperada de Cervantes’, 110; y Scarlatta, The ‘Disperata’, 1; en este último libro (pp. 49–80) se pueden ver múltiples ejemplos de voz femenina en la tradición de la disperata italiana.

35 Varios críticos han mencionado el paralelo con otra canción de Garcilaso de la Vega, la Canción IV, cuyo comienzo es muy parecido: ‘El aspereza de mis males quiero / que se muestre también en mis razones, / como ya en los efetos s’ha mostrado’ (Garcilaso de la Vega, Obra poética y textos en prosa, ed., prólogo & notas de Bienvenido Morros [Barcelona: Crítica, 1995], 76).

36 Por razones de comodidad usaré el nombre de Marcela para referirme al sujeto femenino dentro del poema. No por ello se debe perder de vista que ese nombre, como ya he indicado, es una invención que se incorpora en el marco narrativo.

37 Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 698.

38 En el Diccionario de Autoridades, ‘torcer’ trae el significado siguiente: ‘Metaphoricamente vale desviarse, ò apartarse del camino recto de la virtud, y de la razon’ (Diccionario de Autoridades, III, 300).

39 Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 589.

40 Diccionario de Autoridades, I, 473.

41 Diccionario de Autoridades, I, 473.

42 Para la relación de la Canción IV y V de Garcilaso con la aspereza, remito nuevamente a Avilés, ‘Las asperezas de Garcilaso’, y Gargano, ‘Parlar aspro: la canción IV de Garcilaso'.

43 Garcilaso de la Vega, Obra poética, ed. Morros, 87.

44 Garcilaso de la Vega, Obra poética, ed. Morros, 90–91.

45 Garcilaso de la Vega, Obra poética, ed. Morros, 86.

46 Schwartz, Making Noise, 46.

47 Algunos adjetivos asociados con los sonidos de animales ya aparecen como ruidos debido a su impacto en el oyente, como por ejemplo el ‘temeroso aullido’, el ‘silbo horrendo’, el ‘espantable baladro’, o el ‘estruendo del viento’. Aquí el ruido se define como un sonido desagradable y negativo.

48 Alonso Miguel, ‘La Canción desesperada de Cervantes’, 115.

49 Alonso Miguel, ‘La Canción desesperada de Cervantes’, 116.

50 Estos son también los lugares idóneos para la existencia real del eco como manifestación sonora. Covarrubias, en su Tesoro, dice sobre el eco: ‘fórmase en los valles hondos y en las cuevas cavernosas, en algunas torres que tienen bóvedas adonde hiriendo el aire sinificado por Juno, se multiplican las voces por la repercusión’ (Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 741). El Diccionario de Autoridades añade que, metafóricamente, el eco es ‘memória confusa de lo que passó’, corroborando la lectura de una sobrevivencia precaria de la voz (II, 367).

51 Sobre la retórica inapropiada e inefectiva de don Quijote en este parlamento, véase Mary Mackey, ‘Rhetoric and Characterisation in Don Quijote’, Hispanic Review, 42:1 (1974), 51–66 (pp. 61–63).

52 Fernando Romo Feito cataloga la canción como ‘cultísima’ (‘Cervantes ante la palabra lírica: el Quijote’, Anales Cervantinos, 44 [2012], 133–58 [p. 140]).

53 Para Grisóstomo y la importancia de la astrología, véase Rachel Schmidt, ‘El discurso astrológico en el episodio de Grisóstomo y Marcela (Don Quijote I: 12–14)’, eHumanista Cervantes, 1 (2012), 183–97, <https://www.ehumanista.ucsb.edu/sites/secure.lsit.ucsb.edu.span.d7_eh/files/sitefiles/cervantes/volume1/9%20schmidt.pdf> (acceso 3 de julio de 2020).

54 Estos aspectos económicos han sido señalados por Roberto González Echevarría, Love and the Law in Cervantes (New Haven: Yale U. P., 2002), 79–81; y Karina Galperín, ‘Los límites materiales de la independencia femenina en el Quijote I: los casos de Marcela y Dorotea’, en Lecturas del ‘Quijote', ed. Juan Montero, Marta Palenque & Isabel Román Gutiérrez, Philologia Hispalensis. Revista de Estudios Lingüísticos y Literarios, 18:2 (2004), 63–79.

55 Aquí prosaico no tiene que ver con la prosa o la narrativa, sino que define algo de poca importancia. Ver Iventosch, ‘Cervantes and Courtly Love’, 72.

56 Piénsese en las tierras que vendió Alonso Quijano para así poder adquirir libros de caballerías y transformarse en don Quijote.

57 En su artículo sobre la porfía en el episodio, Cortijo Ocaña habla de una ‘dialéctica irreconciliable de puntos de vista’ y de un ‘choque frontal entre los mundos de Grisóstomo y Marcela’ (‘Acerca del episodio de Grisóstomo’, 523 & 526; énfasis del autor).

58 ‘Murmurar’ es ‘decir mal de alguno, medio entre dientes’ (Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 1303).

59 Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 85. Esta definición se expande en el Diccionario de Autoridades: ‘bullício, confusión, y desorden, causado de grande concurréncia de personas, u de cosas a un mismo tiempo, que desassossiegan y alteran la quietud, y ocasionan ruido y desassossiego’ (I, 172).

60 Antonio de Guevara, Menosprecio de corte y alabanza de aldea. Arte de marear, ed., intro. & notas de Asunción Rallo Gruss (Madrid: Cátedra, 1984), 156.

61 La palabra ‘requiebro’ tiene una relación muy estrecha con aquello que se rompe y, como he intentado demostrar, el ruido implica algún tipo de ruptura. Covarrubias menciona la palabra ‘resquebrajo’ que tilda de ‘vocablo bárbaro y aldeano’ para referirse a una ‘hendidura en la pared’, pero también ‘por chocarrería requiebro tosco y avillanado’ (Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 1405). Podría ser que el romance de Antonio tuviera algún recuerdo de estos requiebros villanos.

62 Aparte de la alusión de Pedro a la tierra, hay que tener en cuenta que la palabra ‘peste’ podría tener el significado moral de ‘corrupción de las costumbres, y desórdenes de los vicios, por la ruína escandalosa que ocasiona’, tal y como aparece en el Diccionario de Autoridades, III, 245. Sin embargo, no podemos olvidar la relación estrecha con la enfermedad de los amantes.

63 Un acompañante de Vivaldo menciona la frase ‘pastora homicida’ (I, XIII, 136). Esta acusación es ciertamente compartida por Ambrosio, el amigo más afectado por la muerte de Grisóstomo.

64 Véanse los parlamentos de Ambrosio tanto en el capítulo XIII como el XIV. Es también el que deja en la sepultura el epitafio donde los nombres propios de Marcela y Grisóstomo vuelven a desaparecer en el género poético.

65 Diccionario de Autoridades, II, 501.

66 Hay que recordar que ‘hostigar’ significaba ‘castigar para escarmentar a alguien’, en Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, ed. Arellano & Zafra, 1075. En el Diccionario de Autoridades, III, 183, ‘hostigar’ significa también ‘oprimir, molestar y aburrir a uno’. La palabra tiene su origen etimológico del latín fustigare, ‘azotar’. La exasperación que muestra Marcela es porque la conversación que ella puede sostener con los jóvenes labradores siempre se desvía hacia el amor y el matrimonio. La molestia no es la conversación en sí sino el tema de la misma y, luego, la adjudicación de culpa por la muerte de un amante pertinaz.

* Cláusula de divulgación: el autor ha declarado que no existe ningún posible conflicto de intereses.

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