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‘Bufonadas vulgares, insípidas y aun soeces’: censura de almanaques y falsificaciones editoriales de Torres Villarroel a finales del siglo XVIII

 

Resumen

A fines del siglo XVIII el impresor Isidoro Hernández Pacheco solicitó reimprimir un antiguo pronóstico astrológico de Diego Torres Villarroel. El censor del Consejo de Castilla emitió una contundente negativa que muestra el cambio de política hacia los almanaques, que habían sido ampliamente tolerados hasta 1767. En realidad, lo que se quería imprimir era un plagio que atribuía a Torres un pronóstico burlesco de Francisco Robles. Se estudia el caso y se interpretan sus diversas ramificaciones, incluida la recepción póstuma de la obra de Torres Villarroel.

Abstract

At the end of the Eighteenth-Century, the printer Isidoro Hernández Pacheco requested to reprint an old astrological prognostication by Diego Torres Villarroel. The Council of Castile censor delivered an overwhelming denial, showing the change of politics towards almanacs, widely tolerated until 1767. Actually, Pacheco intended to print a plagiarism, attributing to Torres a mocking prognostication by Francisco Robles. We study this case in its various ramifications, including posthumous reception of Torres Villarroel’ work.

Notes

1 Sobre dicho modelo, véanse Fernando Durán López, Juicio y chirinola de los astros: panorama literario de los almanaques y pronósticos astrológicos españoles, 17001767 (Gijón: Trea, 2015); y Fernando Durán López, ‘Del tiempo cíclico al tiempo histórico: evoluciones e intersecciones entre almanaques y periodismo en la España del siglo XVIII’, en Periodismo y literatura en el mundo hispanohablante: continuidades—rupturas—transferencias, ed. Hans Fernández & Klaus-Dieter Ertler (Heidelberg: Universitätsverlag Winter, 2020), 15–46.

2 Las citas se modernizan en puntuación y ortografía en cuanto no posea valor fonético. Este documento y los siguientes son del Archivo Histórico Diocesano de Madrid, censuras de libros 1796, caja 9183, sublegajo 2, expediente sin numerar (es el último).

3 El vicario madrileño (en 1796 ocupaba José Pérez García esa delegación del metropolitano toledano) solía usar de censores a párrocos, beneficiados, predicadores y regulares de la densa red eclesial capitalina. Couque consta como párroco de San Ginés en la Guía del estado eclesiástico seglar y regular de España en particular, y de toda la Iglesia católica en general, para el año de 1798 (Madrid: Imprenta Real, [s.a.]), 19. Sobre la Vicaría como órgano censor, véase Fernando Durán López, ‘Regalías, traducciones y devociones indiscretas: una cala en la censura religiosa de libros a fines del XVIII’, en Instituciones censoras: nuevos acercamientos a la censura de libros en la España de la Ilustración, coord. Fernando Durán López (Madrid: CSIC, 2016), 67–111.

4 AHN, Consejos, leg. 5562, exp. 10. D. Isidoro Hernández Pacheco, impresor en esta corte, sobre que se le conceda licencia para imprimir un folleto que escribió Don Diego de Torres titulado El santero de Majadaonda y sopista perdulario, llamándole pronóstico y juicio de los acontecimientos naturales y políticos de la Europa.

5 Escolapio de Ciudad Real, nacido en 1747 y especializado en enseñanza y práctica de la astronomía; en 1776 fue enviado a examinar observatorios europeos para instalar uno en Madrid; tras varios años en el extranjero, regresó de París en 1789 a erigir ese centro, del que fue primer director (Valeriano Rodríguez Sáiz, ‘Salvador Jiménez Coronado’, en Real Academia de la Historia, Diccionario biográfico electrónico, disponible en <https://dbe.rah.es/biografias/57047/salvador-jimenez-coronado> [acceso 26 de mayo de 2023]).

6 La anotación del expediente reza: ‘fho en 3 dho’, es decir, ‘hecho en 3 de dicho mes’, pero el apresurado formulismo no permite saber si se refiere al 23 de diciembre (que es el ‘dicho’ mes) o al 3 de enero del año siguiente, y el oficial escribió la fórmula habitual sin prestar atención a que era ya un mes y año distintos.

7 Fernando Durán López, De las seriedades de Urania a las zumbas de Talía. Astrología frente a entretenimiento en la censura de los almanaques de la primera mitad del XVIII, Anejos de Cuadernos de Estudios del Siglo XVIII, 6 (Oviedo: Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII/Gijón: Ediciones Trea, 2021); disponible en <https://doi.org/10.17811/acesxviii.6.2021.1-202> (último acceso 15 de septiembre de 2023).

8 Véase Fernando Durán López, ‘La “prohibición” de 1767 y el fin de la época dorada del almanaque (1766–1800)’, en Torres Villarroel y los almanaques: literatura astrología y sociedad en el siglo XVIII, ed. Fernando Durán López & Ana Isabel Martín-Puya (Madrid: Visor Libros, 2022), 351–98.

9 Ha estudiado estas censuras Mayte Contreras Mira, ‘La Gran Piscatora Aureliense, una pluma oculta bajo faldas de mujer; y la Pensadora del Cielo, o la piscatora perseguida’, en Torres Villarroel y los almanaques, ed. Durán López & Martín-Puya, 317–50.

10 AHN, Consejos, leg. 50672, exp. sin numerar; RAH, sign. 11/8025(44), con la censura de Juan López Sedano y el manuscrito original, que no se devolvió al Consejo, dejando el trámite sin cerrar.

11 Véase Gabriel Sánchez Espinosa, ‘ “Cada puta hile”: un inesperado tropiezo de Ortiz Gallardo y Gabriel de Sancha con la censura con motivo del Almanak y Kalendario para 1792’, en este mismo número de Bulletin of Spanish Studies. Documentos en AHN, Consejos, leg. 5557, exp. 100. El detonante no fue el residuo de astrología judiciaria que contenía, sino una expresión indecente: ‘cada puta hile, dijo Sancho Panza, y cada uno procure por el virote’, aunque el curso del proceso incide en reforzar la censura de esos almanaques y en la inconveniencia de incluir el juicio del año.

12 Calendario de Madrid para el año de 1799, compuesto en el Real Observatorio en cuanto a la parte astronómica. Con privilegio exclusivo de S. M. ([Madrid]: Imprenta de los señores Torres y Brugada, [s.a.]).

13 Véase Fermín Caballero, ‘La Óptica del cortejo no es obra de don José Cadalso’, Revista de España, XXX (enero–febrero 1873), 5–14.

14 Véase Ana Rueda, ‘Óptica del cortejo: panóptico para una comedia de bastidores’, Dieciocho. Hispanic Enlightenment, 27:2 (2004), 255–76.

15 Laberinto de casados. Diario pasado y presente de gastos para mantener una casa en Madrid, vengan o no los años favorables o adversos, porque lo mismo de ahora se oye en todos tiempos. Por Jacobo Cornejo, vecino de esta corte (Madrid: Imprenta Real de la Gaceta, 1768).

16 En realidad nada sabemos de Jacobo Cornejo, que podría ser un seudónimo. Es la teoría de Antonio Risco, quien ha estudiado el Laberinto de casados y, por similitudes temáticas con una Relación satírica … anónima en verso y dos sátiras poéticas del coplero burlesco José Julián López de Castro (también almanaquero), le atribuye la autoría de las cuatro piezas, cuyo trasfondo económico y crítico estaría en las carestías y problemas económicos inmediatamente anteriores y posteriores al motín de Esquilache. Además de que nada objetivo e indubitable vincula unos escritos con otros, Castro murió en 1762, lo cual desbarata su lectura contextual. Véase Antonio Risco, ‘Mantener una casa en Madrid: modelos familiares y economía doméstica hacia 1766’, en Historia social y literatura: familia y clases populares en España (siglos XVIII–XIX), ed. Roberto Fernández & Jacques Soubeyroux (Lérida: Milenio, 2001), 3756.

17 El original era: El santero de Majalahonda y el sopista perdulario. Pronóstico y diario de cuartos de luna, y juicio de los acontecimientos naturales y políticos de la Europa, para el año de 1766. Por el Gran Piscator de Salamanca, el doct. don Diego de Torres Villarroel, del gremio y claustro de la Universidad de Salamanca, y su catedrático de prima de Matemáticas, jubilado por el Rey N. S. etc. Dedicado a […]. Con licencia (Madrid: Andrés Ortega, 1765).

18 No obstante, en Pamplona se siguió publicando un almanaque abreviado que se le atribuía, como desde antes de muerto. A ese nivel de lectura residual su prestigio de astrólogo sí funcionaba.

19 AHN, Consejos, leg. 50672, expediente sin numerar. Se adjunta ejemplar de la edición original salmantina, sin anotaciones: Auxilios eficaces, remedios poderosos y medicinas felices, breves y baratas para librar el cuerpo y el espíritu de los bodocazos melancólicos y de las porradas espantosas que pueda disparar la negra ojeriza del eclipse del sol del día 13 de junio de 1760. Las que se pueden aplicar también para rebatir los influjos regañones y los soplos desabridos de todos los cometas, fenómenos y otras apariciones aéreas y celestes. Todo se lo da con buena voluntad al público medroso y desvalido el doctor don Diego de Torres, para que se sacuda del horror a este espantajo y se ahorre de las dos gomias de médico y botica (Salamanca: Imprenta de Antonio Villargordo, [1760?]). A este expediente corresponden las citas siguientes.

20 Véase Carlos Collantes Sánchez, ‘Torres Villarroel atacado: historia editorial de una polémica literaria a cuenta del eclipse solar de 1760’, Dieciocho. Hispanic Enlightenment, 44, Anejo 8 (2021), 281–308.

21 Ya señaló la impostura Emilio Martínez Mata, ‘Pronósticos y predicciones de Diego de Torres Villarroel’, en Revisión de Torres Villarroel, ed. Manuel María Pérez López & Emilio Martínez Mata (Salamanca: Ediciones Univ. de Salamanca, 1998), 93–102 (p. 101). La que parece edición original es Calamidades de Francia, pronosticadas por el Dr. D. Diego de Torres. Glosa de una décima en que este autor vaticina las actuales turbulencias que afligen a aquel infeliz reino, con la especificación del año en que tomaron pie, compuesta por P. F. (Barcelona: Imprenta de Manuel Tejero, [s.a.])—añade una octava real que alude a las guerras que cercaron a los revolucionarios; he visto una reimpresión de la Imprenta de Manuel Jiménez Carreño en Cádiz, sin la octava. Otra tirada como pliego suelto, sin introducción ni octava, dice venderse en una librería de Cervera y abrevia el título en Calamidades de Francia, pronosticadas en el año 1756 por el Dr. D. Diego de Torres, empleado el grabado habitual de sus pronósticos.

22 Pacheco no produjo almanaques, pero no andaba lejos de ellos: él fue quien intentó publicar el pronóstico burlesco de Fábrega ya mencionado, bien en su línea de divertimentos jocosos. El expediente citado del AHN adjunta un documento notarial con sucesivas cesiones del derecho de impresión por Ángel de Fábrega a su hermano que vive en Madrid, y luego de este a Hernández Pacheco. Lo que no hay allí es la censura ni ningún decreto sobre ella, porque como he señalado el trámite no se completó en la Academia de la Historia, ignoro por qué motivo y el Consejo no parece que lo reclamara.

23 Este es el impresor de la mayoría de las obras de Robles. Curiosamente, a comienzos de su carrera en 1738, cuando acababa de comprar su imprenta de la calle del Olmo al anterior propietario, fue acusado por Torres Villarroel de reimprimir y vender ilegalmente su pronóstico en complicidad con varios ciegos. Fue encarcelado un mes, aunque lo liberaron sin que conste el resultado final del pleito (AHN, Consejos, leg. 51629, exp. 27). Este caso ya fue citado por Guy Mercadier, Diego de Torres Villarroel: máscaras y espejos, ed. Manuel María Pérez López, trad. Manuel de Lope (Salamanca: Edifsa, 2009 [1ª ed. en francés 1981]), 118.

24 Algunas fuentes bibliográficas, siguiendo a Palau, constatan una reimpresión en Tarragona.

25 Véase Ana Isabel Martín Puya, ‘El pobrecito Manuel Pascual: almanaques burlescos entre el ingenio, la literatura y el negocio’, Cuadernos de Ilustración y Romanticismo, 25 (2019), 251–71.

26 Durán López, De las seriedades de Urania, 64 & ss.

27 Véase Antonio Calvo Maturana, Cuando manden los que obedecen: la clase política e intelectual de la España preliberal (1780–1808) (Madrid: Marcial Pons, 2013).

28 Véanse otras muestras en Ciaran Harty, ‘Un caso de ocultación de autoría en la literatura costumbrista durante el reinado de Carlos IV: la serie en torno a las ferias de Madrid (17911796)’, Cuadernos de Estudios del Siglo XVIII, 30 (2020), 70742.

* Cláusula de divulgación: el autor ha declarado que no existe ningún posible conflicto de intereses.

29 El folleto original de hacia 1760 carece de títulos o divisiones interiores; tras la portada viene la primera página, encabezada con una simple orla tipográfica.

30 Los almanaques incluían una sección de ‘Cómputos del año’ en que el entrante se numeraba en las diferentes eras. Normalmente se empezaba con las cifras del año desde la Encarnación, la Creación del mundo, la exaltación del Papa, la corrección gregoriana, el Diluvio universal, etc., aunque el orden podía alterarse. Por dedicarse al nuevo rey se evita incluir los años transcurridos del reinado en curso, que nunca faltaban. Robles juega a la dilogía de la era de la Encarnación y el madrileño monasterio de la Encarnación, que le lleva así al convento de las Descalzas. Los llamados ‘ingenios’ (esto es, los escritores vanidosos y pobretones) fueron objeto común de sátira en la época, Torres Villarroel dedicó varios pronósticos a ridiculizarlos.

31 Acción aquí en sentido teatral, ‘sin papel que representar’.

32 Así en el original, juego de palabras entre ‘uso’ y ‘huso’.

33 Este pasaje sugiere un cambio general de ministros por Carlos III (el Júpiter que maneja el pandero). La misma esperanza se deposita en que esos nombramientos no serán fruto de la lisonja cortesana y en que se corregirán los vicios, a lo que dedica los párrafos siguientes.

34 El año primero, se entiende, lo que no deja bien parados los reinados precedentes.

35 Logro se usa varias veces con su sentido literal y con el de ‘usura’.

36 Entre las secciones breves que incorporaba todo almanaque no podía faltar una con el anuncio de los eclipses de sol y luna del año próximo, su visibilidad y sus efectos.

37 Aquí aludiendo también a las láminas de vidrio con que se hacían los espejos.

38 Otra sección ineludible indicaba las témporas, ayunos religiosos prescritos para los miércoles, viernes y sábado anteriores a cada estación. En este caso son ayunos forzosos de los desfavorecidos.

39 Con el sentido habitual del verbo, pero también con el de ‘dar pienso a los animales’.

40 Empieza ahora un remedo del juicio del año, con apartados para cada estación. El año astrológico comenzaba con el equinoccio de primavera.

41 Nuevamente se insiste en propugnar un reinado donde se premie el mérito, y no el vicio, el interés o la adulación.

42 Quizá haya que entender una alusión convenientemente vaga al tramo final de Fernando VI, el año sin rey, en que el monarca estuvo aislado y trastornado, y en general a las turbulencias mentales que le aquejaron y dieron pábulo a toda clase de habladurías.

43 Así en el original, para resaltar el juego de palabras.

44 En el original: ‘connexion’.

45 Juega con el sentido de arrimarse a alguien poderoso o a algún pariente y de quedar arrimado, esto es, abandonado y marginado.

46 La parodia incluye ahora sin seguir un orden aparente explicaciones de la posición e influjo de los signos zodiacales, que formaban parte del ‘juicio del año’.

47 Así en el original por retrógrado (es decir, que retrocede en contra del orden natural de los signos); la forma disimilada es frecuente de encontrar en almanaques y similares.

48 Las chanzas con los nombres de los signos no son muy originales: las puntas de los cuernos cabríos en las cabezas de los cornudos, que reciben las picaduras de los chismosos y los enfermos venéreos (sifilíticos en particular) que toman mercurio como medicina. La perennidad de los vicios morales no cesará en el nuevo reinado, por más venturas que se prometan.

49 Saturno equivale en la mitología romana a Cronos, uno de los titanes primigenios, quien para evitar ser derrocado por sus hijos los devoraba.

50 Las fiebres cuartanas repetían cada cuatro días. El león alude a Carlos III, en calidad de rey y porque ese animal simbolizó al reino de España hasta bien entrado el XIX.

51 La cabeza y la cola del dragón era términos de la astrología para referirse a los puntos norte y sur respectivamente en que la luna corta el plano de la elíptica.

52 Llevar la cola o ser cola: ‘obtener solo el último e inferior lugar en el juicio de exámenes u oposiciones públicas el que respecto de los demás coopositores fue tenido por de inferior ingenio y doctrina’ (Diccionario de Autoridades).

53 Romanear: ‘Pesar con la romana. / Por extensión vale hacer alguna cosa más contrapeso al lado que está colocada’ (Diccionario de Autoridades).

54 Jerónimo de Cáncer (muerto en 1655) fue un célebre poeta satírico y dramaturgo.

55 Los dominguillos eran monigotes de trapo y paja usados en las corridas para que los corneasen los toros. Todo este párrafo juega con el doble sentido de términos taurinos. A plomo significa de modo recto, como cuando se echa una plomada para marcar una línea recta.

56 La alusión a los grandes ha de evocar también a la alta nobleza, que había ejercido importante papel en el reinado de Fernando VI.

57 Ahora imitará el juicio de cosechas, temporales y enfermedades que solía formar parte de la predicción del año en los almanaques, en su segmento final.

58 En el entonces municipio de Vallecas se concentraba en el siglo XVIII mucha de la producción de pan que abastecía Madrid.

59 Era creencia popular que las lechuzas chupaban el aceite de las lámparas en las iglesias; como en realidad eran los sacristanes y otros aprovechados los que a menudo lo robaban para sí mismos, lechuza vale para referirse a esa otra clase de ladrones.

60 Dilogía de materia con su sentido general y el particular referido a las sustancias purulentas que los cirujanos hallaban al curar heridas o infecciones; y lo mismo luego con grano, que aludía a cualquier pústula en la piel, en especial las de las viruelas.

61 Lado también alude, además de a los costados del cuerpo, a ‘la persona que asiste y acompaña a otra’ y ‘la facción y partido de alguno’ (Diccionario de Autoridades).

62 Se bromea con el inexcusable cierre de todo almanaque, el ritual ‘Dios sobre todo’. En este caso, el sobretodo es el abrigo que se requiere en invierno por su frío clima. Frente a este, en verano se usa mejor la principela, una tela fina de lana procedente de Inglaterra de la que solían hacerse capas.

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