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Los teléfonos móviles como potencial vehículo de infección en un entorno hospitalario

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Resumen

El objetivo de este artículo es investigar el posible papel desempeñado por los teléfonos móviles como depósitos de colonización bacteriana y los factores de riesgo que ésta conlleva en un ambiente hospitalario. Entre enero de 2013 y marzo de 2014 examinamos a 226 miembros del personal de un hospital regional de Australia (146 médicos y 80 estudiantes de medicina). Los principales resultados de interés se relacionaron con los tipos de microorganismos y la cantidad de contaminación encontrados en los teléfonos móviles. Este estudio mostró la existencia de un alto nivel de contaminación bacteriana (n = 168/226, 74%) en los teléfonos móviles de los funcionarios de un hospital de atención terciaria, aislándose organismos similares en la mano dominante del personal y en sus teléfonos móviles. Mientras que la mayoría de los organismos aislados pertenecía a la flora cutánea normal, un pequeño porcentaje era potencialmente patógeno (n = 12/226, 5%). Además, se encontró que ser miembro subalterno del personal médico constituía un factor de riesgo para un importante crecimiento microbiano (OR 4.00, 95% CI 1.54, 10.37). Sólo 31% (70/226) de los participantes en el estudio informó que limpiaba sus teléfonos regularmente y sólo 21% (47/226) reportó que usa toallitas con alcohol para la limpieza de su teléfono. Este estudio demuestra que los teléfonos móviles son potenciales vehículos de bacterias patógenas en un ambiente hospitalario. Sólo una minoría de participantes informó que limpia su teléfono regularmente. Deberían elaborarse y aplicarse directrices de desinfección utilizando toallitas con alcohol.

Introducción

Las infecciones nosocomiales suponen una grave amenaza para los hospitales de todo el mundo.(Citation1,Citation2) El personal sanitario desempeña un papel crucial en la transmisión de bacterias a pacientes hospitalizados. Ya en 1861, Semmelweis demostró que las manos contaminadas del personal de la salud transmitían bacterias a los pacientes.(Citation3) En los ambientes hospitalarios es de suma importancia contar con estrictas normas de higiene orientadas a prevenir infecciones nosocomiales.(Citation4)

Hasta hace poco, el uso de teléfonos móviles en los hospitales se desaconsejaba, debido a la preocupación que generaba su posible interferencia con el equipo médico.(Citation5) Sin embargo, se ha demostrado que, en gran medida, esas preocupaciones son infundadas(Citation6) y que los teléfonos móviles se han convertido en una herramienta esencial para el trabajo en un entorno hospitalario. La mayoría de los médicos y los estudiantes de los hospitales de todo el mundo dependen hoy de los teléfonos móviles como su principal medio de comunicación y como fuente de información.(Citation7)

Del mismo modo que ocurre con otras superficies ambientales, estudios previos han sugerido que los teléfonos móviles pueden servir como depósito de bacterias patógenas.(Citation8,Citation9) Están en estrecho contacto con varias partes del cuerpo y, por el momento, la mayoría de los hospitales no cuenta con normas de limpieza relativas a los mismos. En nuestro estudio piloto, realizado en una unidad pediátrica, encontramos que 95% de los teléfonos estaban colonizados por bacterias y que 5% contenía bacterias patógenas.(Citation10) También encontramos que ser estudiante de medicina constituye un factor de riesgo independiente para una importante generación de microbios. En Australia aún no se ha determinado el riesgo que supone para la higiene el uso de teléfonos móviles en un ambiente hospitalario.

El propósito de este estudio fue investigar el posible papel desempeñado por los teléfonos móviles como reservorio de la colonización bacteriana y el nivel de crecimiento de microbacterias. También queríamos identificar cualquier factor de riesgo potencial para la colonización bacteriana, el alto crecimiento bacteriano y la presencia de bacterias patógenas.

Métodos

Diseño del estudio y participantes

El estudio se realizó en un hospital regional de Australia. Entre enero de 2013 y marzo de 2014 se examinó a un total de 226 miembros del personal —146 médicos y 80 estudiantes de medicina. Se decidió incluir sólo a médicos y estudiantes de medicina, ya que el resto del personal no usaba sus teléfonos móviles personales en el hospital. Tras obtener su consentimiento informado por escrito, se obtuvieron cultivos de la mano dominante de los participantes y de sus teléfonos móviles.

Cuestionario

Se registraron datos relativos al género, la profesión, la antigüedad, los años de experiencia, la mano dominante, la frecuencia de uso del teléfono móvil, el modelo de teléfono móvil, la presencia de una cubierta y los hábitos de limpieza del mismo. En cuanto al hábito de limpieza, se registró la frecuencia, así como el medio utilizado para limpiar el teléfono. En particular, consideramos que el uso de toallitas con alcohol es el estándar de oro en la limpieza de superficies ambientales como los teléfonos.(Citation11) Con respecto a la antigüedad, los participantes fueron categorizados en cinco grupos: estudiantes de medicina, internos (médicos internos residentes del primer año después de la graduación), médicos internos residentes (MIR), médico especialista en formación y especialistas. Se consideran MIR los médicos subalternos que han terminado su primer año de internado en el hospital y especialistas en formación los médicos que están capacitándose en una especialidad.

Cultivo bacteriano, identificación y pruebas de susceptibilidad

Las muestras se recogieron de forma aséptica empleando hisopos de algodón. El primer hisopo tomó muestras de toda la superficie ventral de la mano dominante y el segundo de ambos lados del teléfono móvil.

Los hisopos se inocularon en un agar dividido de sangre de caballo/MacConkey (Oxoid) y se incubaron en 5% de CO2 a 35 °C durante 24 horas. Posteriormente, se observó el crecimiento ocurrido en las placas y se realizaron recuentos de las colonias. Aquellas que contenían >100 colonias se clasificaron como de alto crecimiento. Los aislados se identificaron o agruparon utilizando la morfología de la colonia, la pigmentación, la tinción de Gram, la oxidasa, la catalasa, Staphytect Plus (Oxoid), placas de ADN, Streptex* (Remel) y 2 Compact (Biomérieux). Para determinar la resistencia a los antibióticos mediante la difusión de discos, se investigaron más a fondo el Staphylococcus aureus, el Enterococcus sp. y los coliformes gramnegativos, de acuerdo con el método de prueba de susceptibilidad a los antibióticos de CDS (Australia). Se identificaron el estafilococo aureus resistente a la meticilina (EARM), el enterococo resistente a la vancomicina (ERV) y las bacterias gramnegativas resistentes a los medicamentos (por ejemplo, las productoras de betalactamasa de amplio espectro).

Análisis estadístico

Las características de los participantes se expresan como porcentajes con valores brutos. Se realizó una regresión logística unívoca para evaluar la presencia de bacterias, la presencia de una alta colonización bacteriana (definida como >100 colonias) y la presencia de bacterias patógenas. A continuación, realizamos una regresión logística multivariable ajustada por género, patrones de limpieza, tipo de teléfono, frecuencia de uso del teléfono y presencia de una cubierta telefónica.

Un valor p inferior a 0.05 se consideró estadísticamente significativo. Todos los análisis estadísticos se realizaron en Intercooled Stata 12.0 para Windows (StataCorp LP).

La investigación fue aprobada por el Comité de Ética de la Investigación en Seres Humanos de Tasmania (Tasmanian Human Research Ethics Committee) y se obtuvo el consentimiento informado por escrito de todos los participantes en el estudio.

Resultados

En un hospital regional se tomaron muestras de 226 teléfonos móviles durante un periodo de 12 meses. Estas se tomaron de estudiantes de medicina (n = 80), internos (n = 28), médicos residentes (n = 24), médicos especialistas en formación (n = 48) y especialistas (n = 46). Los teléfonos inteligentes representaron 94% (213/226) de las muestras; 73% (165/226) de las muestras tenían cubiertas para teléfonos. En cuanto al lugar donde se guardaba el teléfono, 158 participantes (70%) lo llevaban en sus bolsillos, seguidos por 54 (25%) que lo guardaban en sus bolsos de mano y 11 (5%) en sus estuches de cinturón. Entre quienes guardaban el teléfono en sus bolsillos, 16 también llevaban pañuelos. Respecto a los hábitos de limpieza, 6.6% (15/226) informó que había limpiado su teléfono en las últimas 48 horas y 31.0% (70/226) que lo limpiaba regularmente. Entre los que informaron que limpian sus teléfonos regularmente, 67% (47/70) usaban una toallita con alcohol. Asimismo, reportaron que el promedio de frecuencia con que usan el teléfono móvil era de una vez cada 64.5+/63.3 (SD) minutos. Se constató que, de las 226 muestras tomadas de teléfonos móviles, 168 (74%) estaban contaminadas con bacterias (); 130 (58%) con una especie bacteriana, 35 (16%) con dos especies y sólo 3 (1%) con tres especies bacterianas (), IIM.

La muestra los organismos bacterianos aislados de las muestras. Los tipos de microorganismos aislados de los teléfonos móviles y de las manos dominantes eran similares. La mayoría de las bacterias aisladas correspondía a flora cutánea (como los estafilococos coagulasa negativos, diversos bacilos, difteriodes y estreptococos no hemolíticos). No se aisló ninguna bacteria EARM, ERV o gramnegativa resistente a fármacos. Doce (5%) teléfonos móviles estaban contaminados con bacterias potencialmente patógenas ().

Clasificamos a aquellos con >100 colonias como de "alto crecimiento" y realizamos una regresión logística para explorar la relación entre el alto crecimiento y las características de los usuarios de teléfonos. Encontramos que los internos mostraban mayores probabilidades de tener un alto crecimiento en sus teléfonos (OR = 4.00, CI 1.54–10.37, valor p = <0.01). El ajuste por género, frecuencia de uso del teléfono, hábitos de limpieza, limpieza en las últimas 48 horas, tipo de teléfono y presencia de una cubierta de teléfono no afectó significativamente la razón de probabilidades (Odds Ratio, OM) (menos de 10% de diferencia). El género, el dominio de mano, otros niveles de antigüedad (estudiante de medicina, MIR, especialista en formación o especialista), la presencia de una cubierta de teléfono, el tipo de teléfono, la limpieza en las últimas 48 horas, la limpieza de rutina y la limpieza con toallitas de alcohol no mostraron asociaciones significativas con el crecimiento, el alto crecimiento o la presencia de bacterias patógenas (no se muestran los datos). Los teléfonos de quienes los limpiaban diariamente con toallitas de alcohol (n = 11) no mostraron ningún crecimiento de bacterias patógenas.

Discusión

En el presente estudio, los teléfonos móviles de médicos y estudiantes de medicina que trabajan en el ambiente hospitalario mostraron una alta tasa de contaminación por bacterias. Además, se evidenció una tasa de contaminación por bacterias potencialmente patógenas (Estafilococo aureus y coliformes) de 5%. También descubrimos que los teléfonos móviles de los internos presentaban mayores probabilidades de tener un alto crecimiento de bacterias. No se encontraron otros factores de riesgo para la presencia de crecimiento bacteriano, alto crecimiento bacteriano o crecimiento de patógenos. No se registró crecimiento de patógenos en los teléfonos de quienes los limpiaban con alcohol diariamente.

Consideramos que nuestro estudio es el primero en sugerir que puede haber mayor contaminación en los teléfonos móviles utilizados por personal médico subalterno, específicamente internos. Esta vinculación continuó siendo significativa incluso después de ajustar otras variables. En nuestro estudio piloto, realizado en un entorno pediátrico,(Citation10) encontramos que los teléfonos de los estudiantes de medicina tenían mayores probabilidades de mostrar un alto crecimiento. En ambos casos, la vinculación continuó siendo significativa después de ajustar otras variables. Otros posibles factores de riesgo (género, frecuencia de uso del teléfono, tipo de teléfono, patrones de limpieza) no se vincularon con la presencia de bacterias, el alto crecimiento bacteriano o el crecimiento de bacterias patógenas. Esto concuerda con los resultados de la mayoría de los estudios en esta área.(Citation12,Citation13) Lee et al.(Citation14) informaron que, en comparación con los teléfonos no inteligentes, los teléfonos inteligentes tiene mayores probabilidades de albergar bacterias patógenas, mientras que Ustun et al.(Citation15) reportaron que los teléfonos del personal de la UCI tenían mayores probabilidades de contaminación con E. coli. Esto no se vio en nuestro estudio.

Es interesante notar que la limpieza habitual, la limpieza en las últimas 48 horas y la limpieza con alcohol no se vincularon con la ausencia de crecimiento bacteriano, niveles más ligeros de crecimiento bacteriano o la ausencia de bacterias patógenas. Sin embargo, encontramos que no había crecimiento de bacterias patógenas en los teléfonos de quienes los limpiaban diariamente con alcohol. Esto plantea la posibilidad de que, si bien los teléfonos son colonizados rápidamente por bacterias no patógenas como las que integran la flora de la piel, la limpieza diaria con alcohol puede reducir las posibilidades de que alberguen bacterias patógenas. No obstante, dado que el número de participantes que limpiaban sus teléfonos diariamente con alcohol era pequeño, este resultado requiere la realización de un examen más detallado.

Actualmente, no existen directrices basadas en pruebas que regulen el uso de teléfonos móviles en hospitales.(Citation16) El presente estudio se suma al creciente cúmulo de pruebas que sugieren que éstos actúan como vehículo de organismos patógenos.(Citation17–20) Además, la tasa de limpieza regular entre nuestros participantes fue de sólo 31%, cifra consistente con otros estudios en esta área.(Citation21,Citation22) De éstos, aproximadamente dos tercios utilizaban toallitas con alcohol, lo que ha demostrado ser efectivo para la descontaminación de teléfonos móviles en un ambiente hospitalario.(Citation11) Dado que actualmente los teléfonos móviles constituyen una herramienta esencial para la mayoría de los hospitales modernos, deben desarrollarse directrices para su descontaminación con toallitas de alcohol, aunadas a la adhesión a otros procedimientos de control de infecciones (es decir, la higiene de manos).

Nuestro estudio presenta varias limitaciones. En este sentido, se constató la posibilidad de que los teléfonos presentaran organismos viables, pero no cultivables, como virus u hongos. Ello significa que el estudio pudo haber subestimado el potencial de los teléfonos como vehículo de organismos infecciosos. En particular, se sabe que los virus, como el norovirus, colonizan las superficies y sólo necesitan una pequeña dosis para causar infecciones sintomáticas. En el futuro, los estudios podrían considerar la posibilidad de examinar también organismos no bacterianos.

Este estudio sugiere que, aunque las bacterias patógenas son un hallazgo poco común en los teléfonos móviles, éstos siguen siendo una posible fuente de bacterias en un ambiente hospitalario. También sugiere que los teléfonos móviles pertenecientes al personal médico subalterno corren mayor riesgo de albergar un alto crecimiento bacteriano. Teniendo en cuenta su uso generalizado en los hospitales de todo el mundo, debería considerarse la posibilidad de realizar otro estudio de intervención que examine la eficacia de un régimen de limpieza y su posible repercusión en las tasas de infección intrahospitalaria.

Reconocimientos

Los autores quieren agradecer a la Dra. Emily Mauldon y a la Dra. Mhisti Rele por su ayuda.

Financiación

Este trabajo recibió el apoyo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tasmania y Clifford Craig Medical Research Trust. El patrocinador del estudio no desempeñó ningún papel en el diseño del estudio, la recopilación, el análisis y la interpretación de los datos, como tampoco en la redacción del artículo y la decisión de someterlo a publicación. Los investigadores trabajan independientemente de sus patrocinadores.

Tabla 1. Características del participante (n = 226).

Tabla 2. Agentes bacterianos aislados del estudio.

Referencias

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