Abstract
Los autores presentan dos casos clínicos correspondientes a una crisis existencial que llevó a los pacientes a perder lo que había sido el basamento de sus vidas: su fe. Aunque los encuadres terapéuticos difieren –el primer paciente tuvo algunas sesiones de psicoterapia después de un episodio psicótico con un trasfondo místico, mientras que el segundo estaba en la etapa final de un tratamiento analítico-los autores destacan cómo en ambos casos clínicos la pérdida de la fe se transforma en una total y acuciante crisis del Self. La fractura que resulta de ella parece generar un intenso compromiso del cuerpo que, paradójicamente durante la pérdida de la fe, induce a una experiencia de éxtasis del tipo que las que tradicionalmente se relatan. En el primer caso la experiencia de éxtasis fue vivida directamente por el paciente, que luego redefinió el brote psicótico que había sufrido como un “momento de verdad”. El segundo paciente, a su vez, mediante una profunda identificación proyectiva, provoca un estremecedor sentimiento contratransferencial de carencia ‘metafísica’ en su psicoanalista agnóstico, que desencadena en este último desconcierto, malestar físico y asombro. En ambos casos los autores creen que el notable compromiso somático puede ser el correlato de un contacto potencialmente profundo y sin precedentes con el Verdadero Self.