Abstract
El autor propone un enfoque para la evaluación de los candidatos que está basado en un esquema relacionado a la competencia del candidato. El protocolo se basa en una noción central por la cual al conocer las competencias que deberían esperar un buen funcionamiento nos deja bien ubicados par conocer qué capacidades y, lo que es más importante, qué capacidades potenciales, deberíamos buscar en nuestros postulantes. El autor está preocupado por los métodos de la entrevista tradicional que se usaron porque son individualistas y que no pueden ser abarcadores, con lo cual no es fácil enseñar. Destaca que el protocolo descripto tiene ventajas distintas como si una evaluación dominara la tradicional, en tanto tome criterios claros, consistentes, así como una metodología con la que se puede trabajar. El autor destaca, como ventaja especial, la flexibilidad del protocolo en que puede moverse fluidamente desde funcionar como un instrumento para la selección hasta ser un instrumento para el candidato. Esto permite, en situaciones de duda, para competencias particulares en un candidato que será evaluado y seguido en su trayectoria mientras “esté en el campo”.