Abstract
Con el uso del material clínico el autor discute la importancia de un modo de atención ‘bi-ocular’, un polo de lo que descansa ene el proceso psíquico de reverie y que el otro sobre ‘analizar’. Esto es necesario para promover el desarrollo de un espacio psíquico en el cual las experiencias estaban ‘en la sombra’ o no representadas, pueden tener éxito y que se les de forma primero con ilustraciones y luego ideacionalmente. Esto requiere permanecer y promover la ambigüedad de los diferentes tiempos y espacios sin colapsarlas en lo claro, lógico y explicativo. Requiere que el psicoanalista haga lugar para lo que es ‘el otro’, otro que solo sea más que aparentemente aquí y ahora y otro que más que solo’ tú y yo’, manteniendo el ‘fuego’ analítico en una situación en la que no hay ‘ningún modelo en la vida real’, un lugar principalmente adaptado a lo que no es aparente.