147
Views
0
CrossRef citations to date
0
Altmetric
Articles

El dispositivo picaresco de Don Quijote y la soberanía anónima: el valor político del ingenio, la contingencia y el anonimato en la España manierista-barroca

Pages 137-159 | Published online: 24 Apr 2018
 

Resumen

La España manierista-barroca da lugar a un género literario –la picaresca – que, al mismo tiempo que funciona como centro de resistencia a la monarquía autoritaria de los Habsburgo y a la Inquisición, revoluciona los paradigmas poéticos europeos, sustituyendo de manera irreversible la figura del héroe clásico por la del contra-héroe y convirtiendo a este en representante de toda una serie de nuevas ansias socioeconómicas. Este artículo propone una lectura de Don Quijote como réplica a la picaresca y explora la importancia de lo que aquí se consideran las categorías más importantes y políticamente disruptivas de la picaresca y del periodo manierista barroco: el ingenio y el anonimato. El ingenio y el anonimato, categorías políticas, éticas y epistémicas, operan en la época sustituyendo a la sangre y al linaje como principios de estructuración social. Estas categorías producen, en su inclusividad radical, una politización de la vida cotidiana que glosa, en paralelo a los tratados políticos barrocos, la libertad radical del individuo, anclada en el derecho a la autopreservación, dando lugar así a lo que doy en llamar “soberanía anónima”.

Disclosure statement

No potential conflict of interest was reported by the author.

Nota biográfica

David Souto Alcalde es Assistant Professor de Estudios Hispánicos en Trinity College, Hartford. Su investigación se centra en la cultura barroca desde una perspectiva global, en cuestiones de teoría política y en explorar las relaciones entre la poética temprano-moderna y la estética moderna. Está terminando la redacción de un manuscrito que analiza la cultura barroca hispana como base cultural de una frustrada conciencia republicana y que llevara por título Republicanismo atómico y barroco hispano: la revolución del ingenio, el anonimato y la caducidad en el mundo temprano-moderno. Su segundo proyecto explora, a partir del materialismo neoplatónico y la literatura barroca, el surgimiento de una conciencia ecológica contra-imperial en los ss. XVI-XVII ante la crisis forestal del imperio español. [email protected]

Notes

1 Tal y como señalan con cierta estupefacción los autores de los mismos ensayos que niegan una relación esencial entre Don Quijote y la picaresca.

2 “La picaresca, en Cervantes, no será nunca una parte esencial o determinante de sus novelas, comedias y entremeses, sino un referente integrante o extensional en sus creaciones literarias, con la finalidad frecuente de subvertir posibles interpretaciones que afectan de forma directa a la complejidad de la vida real, a través de constantes impactos dialécticos sobre los referentes normativos del género picaresco propiamente dicho” (332–333).

3 No en vano la adscripción socioeconómica y étnico-religiosa del pícaro es enormemente variada (vid. los diversos orígenes socio-económicos de pícaros como Guzmán, Pablos, Marcos de Obregón, el soldado Píndaro, Estebanillo González, Gregorio Guadaña, Justina, Onofre, Teresa de Manzanares, etc.), configurándose así como una figura radicalmente representativa del conjunto social del barroco, pese a las lecturas reduccionistas que se han hecho de la picaresca como una ficción relacionada con la pobreza o con la marginalidad en un sentido próximo al lumpen.

4 Es más, solo sería propiamente picaresco aquel que coincidiese con un ideal estilístico controvertidamente realista (esto es, solo el Lazarillo sería picaresca propiamente hablando). Este primer enfoque crítico se caracteriza, por lo tanto, por censurar la picaresca en nombre de la propia picaresca, reduciendo el conjunto de casi treinta textos a un número exageradamente reducido – dos, tres o cuatro, según el caso – y considerando el resto de la producción como valiosa únicamente por su carácter de documento histórico.

5 Transcribo-edito este fragmento desde la edición publicada en 1668.

6 En última instancia, la virtud propia del ingenio depende de la virtù maquiavélica y de su privilegio de la acción y de la experiencia individual: de manera idéntica al príncipe maquiavélico, el hombre ingenioso deberá ser capaz de enfrentarse a todo avatar o contingencial domándolo y haciéndolo funcionar siguiendo la lógica que le sea propicia – esto es, estableciendo correlatos ingeniosos con otros elementos de la realidad que activen una movilización novedosa de la realidad.

7 La categoría de ingenio debe ser desligada de otras categorías hegemónicas en el periodo – y en concreto, en el caso de Giordano Bruno – como la de furor. El furor, sin embargo, como elemento de acción-pasión que provoca conocimiento depende de una epistemología como la manierista-barroca y de su privilegio del ingenio, además de estar relacionado directamente con este. Tal y como indico, el ingenio, en tanto que capacidad de reagrupar la realidad y de proceder a una redescripción de esta que sea coherente con la misma – y con categorías preconcebidas – es un elemento fundamental, no solo en la filosofía de Giordano Bruno, sino también en la reforma del conocimiento impulsada por Francis Bacon: sus “tables of discovery” en tanto que instrumentos para llegar a un conocimiento no viciado de la materia participan de una lógica netamente ingeniosa u conceptista.

8 En todos estos casos, la poesía sería una suerte de philosophia prima y el ingenio la facultad privilegiada de la misma. Todas estas poéticas realizan una defensa de la poesía como modo de conocimiento supremo que responde a los ataques que la poiesis recibe en el periodo desde distintos ámbitos (como la iglesia). Esta defensa de la poiesis como conocimiento supremo la destaca, además, como fuente dispensadora de conocimiento que atraviesa todas las esferas de la sociedad, sin estar confinada, como otros tipos de conocimiento, a un grupo de iniciados.

9 El dispositivo como concepto es una construcción moderna utilizada por Michel Foucault para referirse a “una suerte, diríamos, de formación que, en un momento dado, ha tenido por función mayoritaria responder a una urgencia [y que tiene] una función estratégica dominante”. El dispositivo, según el mismo Foucault, “tendría una naturaleza esencialmente estratégica [que] supone que allí se efectúa cierta manipulación de relaciones de fuerza, ya sea para desarrollarlas en tal o cual dirección, ya sea para bloquearlas para estabilizarlas” por lo que “el dispositivo siempre está inscrito en un juego de poder” (Agamben 250).

10 Especial atención merecería, sin embargo, la pícara conversión de Pasamonte en Maese Pedro e, incluso, en un afuera del texto, su posible autoría del Don Quijote de Avellaneda, ejemplo supremo lógica picaril. Con respecto a lo afirmado en la frase que esta nota glosa conviene decir que la picaresca da lugar al contra-héroe como figura en la que se concentran las ansias de sociedades que aspiran a la instauración u optimización de un sistema republicano (nuestros contra-héroes contemporáneos más pícaros como Dexter, de la serie televisiva homónima, no se presentan como seres virtuosos en un sentido clásico sino como centros de emergencia de una nueva estructuración del poder: es, quizás, esta la razón por la cual sociedades republicanas – o que aspiran a serlo en medio de una crisis imperial – proyectan sus ansias mediante ficciones contra-heroicas mientras que sociedades jerárquicas adoptaron en Occidente en su pasado ficciones heroicas y clásicamente virtuosas que representaba otro orden social). Para las relaciones entre el género picaresco español y la corriente picaresca occidental que da lugar a la literatura moderna vid. Guillén o Garrido Ardila.

11 Cabe decir que esta concepción de la política es doble. Por una parte, entiende la política como una esfera de intervención anónima pero efectiva basada en la politización de la propia vida y en la micro-politizacion de la realidad (insisto, el pícaro, pero también el cortesano para el que Gracián escribe una Agudeza y arte de ingenio, indisociable este último del ethos pícaro). Por otra parte, entiende la política como el arte de hacer visible un estado de cosas, es decir toda una serie de problemas y causas de los mismos, tal y como sucede con la picaresca, que no ofrece una visión altamente politizada de la realidad.

12 Esta auto-posición reduplica la que precede/abre [elegir una de estas dos palabras; son sinónimos en este contexto] la aventura. Es así que el origen de la aventura no es causa de ningún evento ni acontecimiento extraordinario sino de la propia voluntad de Don Quijote que picarilmente dirá a Sancho “La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear” justo antes de comunicarle que ha avistado treinta o cuarenta gigantes. Esta primera auto-posicionalidad de don Quijote es fundamental en tanto que fuerza a un principio trascendente y superior al ser humano como la ventura a aparecer a su antojo para así poder mostrar su habilidad como domador de contingencias. En este sentido, según Covarrubias y su Tesoro de la lengua castellana (1611): “dixose ventura de la palabra latina eventos o del verbo venio, ir, porque su acontecimiento y su venida no la prevenimos, ni esperamos”. La ventura como aquello que no se puede prevenir ni esperar – una entidad providencial y trascendente, aun cuando tenga buen signo – es así creado por don Quijote con el fin de poder domar y reconducir las contingencias que le surgirán al paso.

13 Agradezco la recomendación de este artículo, desconocido para mí en el momento de redacción de este trabajo, a uno de mis lectores. El texto de Vila explora la importancia de aspectos legales y monetarios en la intersección posible entre Don Quijote y la picaresca.

14 Conviene no olvidar el tópico maquiavélico de la fortuna desarrollado en el capítulo 25 de El Príncipe: en este la posibilidad de controlar humanamente la fortuna se asocia precisamente al control humano de la crecida de un río mediante su previsión en forma de distintas construcciones que se anticipen a su desborde.

15 La relación entre el golpe rítmico de los batanes y el cuento de Sancho en tanto que máquina lo marca don Quijote cuando dice a su escudero “quizás estos golpes que no cesan te deben de tener turbado el entendimiento” (235).

Log in via your institution

Log in to Taylor & Francis Online

PDF download + Online access

  • 48 hours access to article PDF & online version
  • Article PDF can be downloaded
  • Article PDF can be printed
USD 53.00 Add to cart

Issue Purchase

  • 30 days online access to complete issue
  • Article PDFs can be downloaded
  • Article PDFs can be printed
USD 411.00 Add to cart

* Local tax will be added as applicable

Related Research

People also read lists articles that other readers of this article have read.

Recommended articles lists articles that we recommend and is powered by our AI driven recommendation engine.

Cited by lists all citing articles based on Crossref citations.
Articles with the Crossref icon will open in a new tab.