Abstract
Teacher educators needing to meet requirements of state licensing bodies and accrediting organizations are in a position similar to that of K-12 teachers: they must adhere to externally imposed standards and curricular requirements while keeping their courses rigorous, interesting, and critical. This article reports results from a self-study exploring (1) how a teacher educator used a state-mandated course with prescribed curriculum to model adhering to the curriculum while also challenging it, and (2) how a teacher educator encouraged critical evaluation of state policy while adhering to the prescribed state curriculum. Drawing from data collected during a pre-service ESL methods course, the key assertion of the study is that it is both possible and desirable to model critical teaching in courses that require strict adherence to standards and may include a prescribed scope and sequence, mandated topics, or time allotment requirements.
Los formadores de docentes que necesitan cumplir con los requisitos de las agencias de acreditación se encuentran en una situación similar a la de los profesores en las escuelas: deben adherir a requerimientos curriculares y estándares impuestos externamente, al tiempo que deben mantener sus clases interesantes, críticas y rigurosas. Este artículo muestra los resultados de un self-study que explora: (1) el modo en que un formador de docentes utilizó un curso obligatorio con currículo prescrito para modelar cómo adherir al programa impuesto y desafiarlo simultáneamente, y (2) el modo en que un formador de docentes fomentó la evaluación crítica de la política estatal, al tiempo que se implementa dicho currículo. Utilizando datos recogidos durante un curso de metodologías de enseñanza de inglés como segunda lengua, la idea central del estudio es que resulta posible y deseable el modelar una enseñanza crítica en aquellos cursos que requieren una adherencia estricta a estándares y que incluyen un enfoque y secuencia prescrita, con temáticas y tiempos predefinidos.