Frente a la enigmática realidad: Juan Benet y el articulismo de opinión

ABSTRACT

Juan Benet’s image as a public intellectual in Spain during the final years of the Franco Regime and the transition to democracy is due in large part to his collaboration in the opinion section of the El País, the daily national that sympathized with this political process. The present study will center on how Benet as a writer of literary texts addresses similar aesthetic concerns in his newspaper writings. It will be shown that a large part of his columns, published in El País over two decades, focuses on the mysterious condition of the surrounding world. As in his fiction, Benet writes opinion pieces to explore the enigmatic and unexplainable nature of reality. In this fashion, as public intellectual, the author employs a national forum to address his readers while presenting his unique vision of a world shrouded in mystery and uncertainty.

KEYWORDS:

• intelectual público
• enigma
• tribuna
• articulismo de opinión
• Transición española
• El País

Notes

¹ En su ensayo, “Entre tinieblas”, Benet reconoce esta peculiaridad un tanto enigmática para un escritor de ficción: “Pero no creo que sea conocido por mis libros; más bien lo soy por algunos artículos periodísticos y por haber salido alguna vez en la televisión” (1997d: 257).

² Abundan los estudios teóricos sobre el articulismo periodístico y sus distintas modalidades – la tribuna, la columna, el ensayo – entre los cuales destacan los de González Reyna (1991), López Pan (1995), Armañazas y Díaz Noci (1996), Hernando Cuadrado (2000) y Castellani (2009). Para una colección de ensayos críticos sobre el columnismo de escritores españoles contemporáneos, véase Grohmann y Steenmeijer (2006).

³ Para un estudio de la historia del articulismo de opinión, en especial la columna, véase López Pan (1995), especialmente pp. 12–19. Discute, además, la literariedad del género ya que este, como todo género, se caracteriza por su movilidad e historicidad (12).

⁴ España disfruta de una larga tradición articulista. Para un estudio panorámico sobre el articulismo, consúltese Barrera (2000).

⁵ Una selección de cincuenta y dos tribunas benetianas publicadas en este diario nacional se recoge póstumamente en Páginas impares (1996c).

⁶ Cabe, además, insistir en la tradicional centralidad de la tribuna en la jerarquía estructural del periódico. Aparece frente a los editoriales y cumple la función primordial de la sección de opinión: abrir el debate, influir al público y mantener vivo el interés en problemas actuales de gran alcance y relevancia

⁷ Además de su articulismo de opinión en Páginas impares (1996c), la producción ensayística del autor se reúne en varias colecciones entre las que destacan, Artículos, Volumen I (1962–1977) (1983a) y Sobre la incertidumbre (1982b). Infidelidad del regreso (2007a) reproduce prefacios a libros de amigos (Javier Marías, Rafael Sánchez Ferlosio, Manuel Vicent) además de ensayos – algunos inéditos – sobre la creación española clásica y contemporánea. Una biografía literaria (2007b) agrupa ensayos sobre la literatura extranjera escrita por Faulkner, Melville, Conrad y Beckett, entre otros. La mayoría de estos ensayos no aparecieron en publicaciones de gran tirada nacional como El País sino que se publicaron en su momento en varias revistas, entre ellas, Cuadernos Para el Diálogo, Índice de Artes y Letras, Quimera, Revista de Occidente y Saber Leer.

⁸ Rosa Montero (2 de junio de 1979) encuentra resabios del franquismo en El Naranjito. Tras comparar la vestimenta de la mascota con la del obispo del Palmar de Troya y la de un “futbolista climatérico”, comenta que “los contornos del naranjoide traen ecos precisos a la memoria, ecos de grafía del franquismo tardío, del franquismo en pleno plan de desarrollo, porque la mascota parece una muestra para el stand de Agricultura de la exposición de los Veinticinco Años de Paz…. Quizá sea que El Naranjito no es sólo algo feo, sino que representa a una España subdesarrollista y dolorosa que se quiere olvidar”. Curiosamente, el Naranjito ha vuelto a aparecer con la noticia en marzo de 2015 de que el portavoz del Grupo Popular en el congreso, Rafael Hernando, calificó de “Naranjito” a Albert Rivera, líder de Cuidadanos (Vera 5 de marzo de 2015).

⁹ Además de La inspiración y el estilo (1982a) Benet aborda cuestiones teóricas sobre la producción artística en Puerta de tierra (1970), En ciernes (1976a) y La moviola de Eurípides (1981a).

¹⁰ El autor rechaza esta estética desgastada en La inspiración y el estilo: “Por eso el estilo más irresistible no será nunca el de un costumbrista; el más alto exponente de la expresividad de la lengua no se deberá ir a buscar, en ningún caso, entre las prosas castizas, en las descripciones sazonadas con sabores caseros o en la humilde jerga de los silenciosos monjes, los pícaros de corte o los hidalgos hambrientos” (1982a: 169).

¹¹ Además de su afición a la música clásica, Benet dibujaba y pintaba. Véase su Collages (1996a), una colección de treinta y cuatro obras originales realizadas entre 1976 y 1992.

¹² García Pérez (1997) advierte con acierto que esta novela sigue los mismos patrones artísticos del autor: “El aire de un crimen is not, nor is there any reason why it should be, a Saúl ante Samuel. But it is a Región novel to the core, written in the same style, with the same characteristics” (211). En “Que gane Juan”, Benet explica el aparente cambio de tónica en esta novela como “el resultado de un reto. Una noche volvía yo a casa un poco picado porque un grupo de amigos habían asegurado, ante mí, en una reunión, que yo no era capaz de escribir una novela, digamos, comprensible. Ni era lo mío ni era capaz, decían. Entonces me metí en una novela de acción, cuya longitud me llevó a mecanografiar treinta páginas que, ciertamente, guardé en un cajón. Al cabo de un par de meses, decidí seguirla. Y después creí que esa obra era una prueba de fuego ante el público. Por eso decidí presentarla al Planeta” (1997e: 146).

¹³ Fraser (2013) y Margenot (1988) estudian desde distintos enfoques teóricos la relación entre el discurso científico y literario del autor. Fraser sigue a Henri Lefebvre (1991) y David Harvey (1996) para examinar la relación entre el Benet ingeniero y el novelista desde la perspectiva de la geografía cultural, y Margenot recurre a Linda Hutcheon (1984) para analizar la relación paródica entre el Mapa de Región (1983b) y las novelas regionatas.

¹⁴ Véase Pérez Magallón (1991) para un estudio sobre el tiempo en la obra de Benet.

¹⁵ En “Sorprender”, Benet comenta, “En comparación con cualquier disciplina científica…la literatura a mi entender esconde un secreto que no se revela por el mero hecho de mostrar el lugar donde se halla encerrado, y que reservado y dirigido al lector sólo en parte puede ser compartido ya que para disfrutarlo es preciso pasar a la lectura privada” (1997f: 73).

¹⁶ Para un estudio sobre la historiografía benetiana, véase Herzberger (1995: 87–115).

¹⁷ Véase el libro de Sopeña Monsalve (1994) sobre los efectos de la (des)educación de españoles de la posguerra siguiendo el discurso fascista del nacionalcatolicismo.

¹⁸ En su “Incertidumbre, memoria, fatalidad y temor”, el autor escribe: “De ese hombre surge entonces una literatura que es antagonista con la ciencia, en el sentido que lo es la naturaleza en su acepción más general. Entre el conocimiento y el objeto de conocimiento, opta por lo segundo; lo suyo ya no será investigar y desentrañar, sino arrastrar a la imaginación hacia esa zona de sombra donde otro pensamiento, si así lo desea, puede iniciar la función del conocer” (1976b: 50).

¹⁹ Estos valles se describen detenidamente en Volverás a Región (1981b: 37–51) y Saúl ante Samuel (1980b: 46–50).

²⁰ En La inspiración y el estilo, Benet escribe: “Si el interés de los hechos queda para el historiador, existe en contraste, en el hombre, un interés por la segunda realidad que inventa el poeta y a la que nadie es capaz de llegar si no es por la taumaturgia del estilo” (1982a: 168).