La Virgen como territorio: los títulos primordiales de Santa María Nueva España

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Notes

1. Para esta interpretación de las imágenes sagradas como ‘presencias’ neoplatónicas, véase Brading (2001), 13–200).

2. Información que agradezco a mi amigo el Dr. Mario Ramírez Rancaño, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

3. En los ciclos murales de sus capillas dominicas se le exaltaba como campeona, en medio de una lucha marítima contra ‘el Turco.’ Tal como vemos en su capilla del santuario de Atotonilco, Guanajuato, o en tantas otras imágenes votivas en que los almirantes españoles daban gracias por la intervención de María como una Stella Maris, que guiaba a las huestes imperiales hasta alcanzar destino o el triunfo.

4. Palabras del libro de la Sabiduría (9,8), fundadoras para este tipo de encomiendas mariales: ‘Tú me has ordenado construir el Templo en tu Santísimo Nombre, / así como un altar en la ciudad donde tú habitas, / según modelo de la muy santa tienda / que había preparado desde el principio.’

5. Agradezco a Flora Elena Sánchez Arreola, la muy cuidada transcripción paleográfica de este breve documento y, gracias a su experiencia y profesionalismo, me asegura que el ‘7’ ha sido mal leído como ‘1.’ Es entonces el año de 1672 y no 1612.

6. Conviene averiguar con más profundidad la promoción de una imagen inmaculista cuyo título era igualmente territorial y político: ‘Nuestra Señora de la América,’ la cual se veneraba en un retablo lateral de la iglesia de monjas cacicas de Corpus Christi, en la ciudad de México, desde su estreno en 1724 en concordancia con el momento en se juraba al nuevo rey Luis I. La noticia de un título tan sugerente, seguramente promovido por la abadesa y nobleza indígena, viene consignada en López (1727, 20).

7. La ausencia de documentos era aún notoria en la segunda mitad del siglo XIX, cuando se redactó otra cédula manuscrita en pergamino para colgarse en algún lugar visible del santuario y que dice a la letra: ‘Nuestra Señora de Loreto. La aparición de Loreto tiene su origen en la gloriosa traslación de la Santa casa de Nazareth por ministerio de los ángeles. Desde el año 1295 se conserva milagrosamente en la ciudad de Loreto, Italia, después de cuatro traslaciones en su suntuosísimo templo que le han edificado los Sumos Pontífices. Desapareció de Nazareth el año de 1297. Cuando apareció en el pueblo de San Andrés Atzatzacuala (hoy Españita) manifestó al indio Simón de Mesa debía llamarse desde el 12 de marzo de 1612, fecha de aparición, Santa María Nueva España y por eso la reconocieron en la advocación de Loreto. Hoy santuario de Nuestra Señora de Loreto, Tlax.’

8. Don Luis Xicoténcatl fue gobernador en 1538 y murió en 1544.

9. Archivo General del Estado de Tlaxcala, Fondo Colonia, año 1773, caja 148, expediente núm. 32 bis.

10. Puede verse el número monográfico de la revista Relaciones dedicado a los títulos primordiales y coordinado por Roth (2003).

11. Una razón más para pensar que la fecha de 1612 es una manipulación de la memoria resulta del hecho que para 1609 no había curas diocesanos en Hueyotlipan, según la visita que hizo ese año al convento de franciscanos el obispo de Puebla-Tlaxcala (Mota y Escobar 1987, 84).

12. Archivo General del Estado de Tlaxcala, Fondo Colonia, año 1773, caja 148, expediente núm. 32 bis.

13. Sobre el significado de estos ritos políticos en la figura de Moctezuma, puede verse Cuadriello (2009), 119–51).

14. Véase el reciente estudio de Martínez Baracs sobre la complejidad del sistema de poder tlaxcalteca representado por su cabildo indígena (Martínez 2008, 321–502).

15. Hallado por Edmundo O'Gorman y publicado por primera vez por Maza (1964), 5–21).

16. Por entonces fue una lástima que no haya hecho tomas fotográficas de este curioso hallazgo, o de un registro tan elocuente e intencionado, puesto justo al revés del cuadro principal y fundacional. Pero hace cinco años tuve la fortuna, en compañía de mi amigo y colega Mario Ramírez Rancaño de acudir a su tierra natal, Españita, para realizar estas fotografías y comprobar, fehacientemente, tan contundente aserto.

17. Incluso, para los frailes mendicantes algunos de sus santuarios serían, a la postre del reformismo borbónico y las secularizaciones de las parroquias, el último bastión para resistir su merma de poder. Conviene estudiar el caso de los franciscanos como administradores de los santuarios marianos de Zapopan, Izamal, Celaya y El Pueblito, o los agustinos con sus santuarios cristológicos de Chalma o Totolapan.

18. Más datos sobre este fraile que se hacía llamar ‘esclavo de María’ y que en plena guerra de la Reforma e Intervención levantó tres templos en Puebla, entre ellos una nueva santa Casa con las medidas de la original de Italia, puede verse en Leicht (1934), 93–94 y 211).

19. Mi agradecimiento a Eumelia Hernández (Laboratorio de Diagonístico de Obras de Arte, IIE, UNAM) por la toma y procesamiento de las imágenes.