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Los tejidos y la sociedad colonial andina

Pages 115-149 | Published online: 05 May 2010
 

Agradecimientos

La investigación de archivo sobre la que se basa este artículo fue posible gracias a la beca 6338 de la Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research. Agradezco a Natalia Majluf, Susan Deans-Smith, y Sophie Desrosiers por sus comentarios a las versiones anteriores de este trabajo, y a los dos lectores anónimos de CLAR por sus críticas y sugerencias.

Notes

1. Murra (Citation1962); Rowe (Citation1979); Desrosiers (Citation1992); Conklin (Citation1996); Rowe y Rowe (Citation1996); Cummins (Citation2007); Stone (Citation2007); y Pillsbury (Citation2002).

2. Cereceda (Citation1986); Conklin (Citation1996); Frame (Citation1994); Desrosiers (1992); Franquemont (Citation1996); Franquemont et al. (Citation1992); Rodman y Cassman (Citation1995); Zuidema (Citation1991); Pillsbury (Citation2002, Citation2006); Cummins (Citation2007); Stone (Citation2007); Young-Sánchez y Simpson (Citation2006).

3. Allman (Citation2004); Comaroff (Citation1994); Comaroff y Comaroff (Citation1991).

4. Rowe (1996); Phipps (2008); Stone (Citation2007); Cummins (Citation2007).

5. Rowe (Citation1951); Cummins (Citation1993, 2007); Iriarte (Citation1993); Wuffarden (Citation1996); Dean (Citation1999); Phipps (Citation2005); Zuidema (Citation1991, Citation1994); Pillsbury (2002, 2006).

6. Contamos con un amplio y creciente repertorio de estudios de tejidos procedentes de sitios que anteceden al surgimiento del estado inca. Véase por ejemplo Conklin (1979); Paul (Citation1990, Citation1996); Frame (Citation1994), Rodman y Fernández López (Citation2005); Rowe (Citation1984).

7. Puede encontrarse una descripción sobre la técnica empleada para hacer estos tejidos en Rowe (1996).

8. Murra (Citation1962); Schneider (Citation1987, Citation1994); Weiner y Schneider (Citation1989); Bowie (Citation1993).

9. Murra (Citation1962); Zuidema (Citation1991); Niles (Citation1992); Costin (Citation1998); Stone (Citation2007).

10. Rowe (Citation1978, Citation1996); Zuidema (Citation1991, 1994); Rowe (Citation1979); Desrosiers (Citation1992); Phipps (Citation2003, Citation2004); Phipps et al. (Citation2008); Frame (Citation2007).

11. La información que ofrece Acosta (Citation2002 [1590]) contradice este punto de vista. Al referirse a los tejidos de cumbi, Acosta sostiene que todos, hombres y mujeres, de distinto rango social, estaban capacitados para tejerlos.

12. Tomando en cuenta que la movilidad de las tejedoras era tan restringida y que sus mismos productos circulaban muy limitadamente, es posible que estas mujeres se dedicaran a hacer el tipo de cumbi más fino que, según Garcilaso (1945 [1609], 1:lib. V, cap. VI, 234–35), estaba destinado a los incas de sangre real.

13. Véase también por ejemplo una referencia del cronista Juan de Betanzos sobre cómo Ynga Yupangue ordenó a los caciques que dispusieran el tejido de ropa para ser puesta en los depósitos de la ciudad del Cuzco. Estas ropas debían hacerse según medidas que se les había especificado (Betanzos Citation2004, 100).

14. Tanto Garcilaso como Murúa sostienen que había más de un tipo de cumbi y artesanos especializados en su tejido (Garcilaso 1609 [1945]; Murúa (Citation2001 [1613]).

15. Véase por ejemplo Molina (Citation1989 [1575?], 51, 56); Cobo Citation1956 [1653], lib. XIII, cap. II, 151).

16. Se trata de un diseño geométrico que caracteriza algunos elaborados textiles incas. Véase González Holguín (1989 [1608], 344). Una detallada discusión y bibliografía puede encontrarse en Costin (Citation1998, 126–27). Algunos de los estudios más recientes son Cummins (Citation2007), Frame (Citation2007) y Stone (Citation2007).

17. Murúa (Citation2001 [1613]), Libro Primero, cap. IV, 48; cap. XXII, 74; Libro Segundo, cap. XV, 369.

18. Por ejemplo, Huayna Capac entregó a los embajadores de la isla de la Puná ropa de cumbi del Cuzco a cambio de los tejidos de algodón y otros regalos que recibió de ellos (Murúa Citation2001 [1613], Libro Primero, cap. XXXVII, 124). Para otras referencias similares, véase también Niles (Citation1992, 53). Ella sostiene que el ‘estilo Inca’ no puede asociarse con un grupo étnico o una época específicos (1992, 56). Desde este punto de vista, el ‘estilo Inca’ sería suprarregional.

19. Rowe (Citation1979); Zuidema (Citation1991); Cummins (Citation2007); Stone (Citation2007); Frame (Citation2007).

20. Según el diccionario de González Holguín, ‘Kassana uncu’ es una camiseta ajedrezada de cumbi. Véase por ejemplo Guaman Poma (Citation1989 [1615] 98, 226, 344).

21. Véase a este respecto la interesante discusión de Cummins sobre el concepto incaico del objeto (Cummins Citation2002, 56; 2007).

22. Julien basa su argumento principalmente a partir de la comparación de las características físicas de los uncus o túnicas masculinas prehispánicas y coloniales, contrastando estos datos con los de las tasas de tributo del período colonial temprano.

23. Pero nótense en fecha temprana las quejas de las autoridades étnicas de Chucuito sobre las ventas forzadas de paños que hacían algunos mercaderes españoles en Diez de San Miguel (Citation1964 [1567]).

24. Un análisis crítico de las consecuencias que esto tuvo sobre la división del trabajo según género puede verse en Graubart (Citation2000).

25. Cobo (Citation1956 [1653]); Pizarro (Citation1978 [1572]); Cieza de León (Citation1984 [1553], 1985); Zárate (Citation1995 [1555]); Murúa (Citation2001 [1613]); Betanzos (Citation2004 [1551]).

26. Molina (Citation1989 [1575]); Albornoz (Citation1989 [1583?]); Murúa (2001 [1613]); Betanzos (Citation2004 [1551]).

27. Para un ejemplo de cómo los curacas solicitaron a las autoridades coloniales que tomasen el lugar del Inca para nombrarlos en sus cargos, entregándoles las insignias correspondientes, que incluían ropa, véase el auto del virrey Conde de Nieva en Levillier (1935–42, 2). Nótese la interpretación de Cummins (1998, 2002) sobre esta aparente paradoja.

28. Aunque por lo general, en las tasas de tributo, los tejidos de cumbi representan la mitad de lo que se entrega en los de menor calidad, conocida como avasca.

29. La Real Cédula exhortaba a los encomenderos a inhibirse de introducir cambios y admitir los tejidos que la población local entregaba como tributo (Espinoza Soriano Citation1972, 392–93). Agradezco a Juan Carlos Estenssoro por llamar mi atención sobre esta referencia.

30. Estos pueblos pertenecen el día de hoy al departamento de Arequipa, en el sur del Perú.

31. ‘Expediente sobre el pleito seguido entre Cristóbal Luna Atoc, gobernador del pueblo de San Juan de los Reyes (Junín) y los yndios de dicho pueblo. Santiago de Carhuamayo, agosto 18 de 1599.’ Biblioteca Nacional del Perú, BN-A249 1599.

32. La tasa del tributo fijada en 1549 establecía que los pobladores de Chinchaycocha debían entregar cien vestidos de cumbi al año (Rostworowski Citation2005a, 312).

33. Este pueblo está situado en el actual departamento peruano de Apurímac, al oeste del Cuzco.

34. Archivo Arzobispal de Lima, Apelaciones del Cuzco, legajo 8. En su obra escrita cincuenta años antes, Guaman Poma (Citation1989 [1615], 563) señaló el arraigo de esta práctica entre el clero.

35. ‘… y esta se llama propiamente grangería, y de allí se estendió a qualquier género de trato, del qual se saque alguna ganancia y provecho …’ (Covarrubias Citation2003 [1611], 656).

36. Julien (Citation1999) ha observado en su trabajo de campo la persistencia de este tipo de trabajo.

37. Un vestido de mujer a la usanza indígena, consistente en una pieza rectangular con la que se envolvía el cuerpo. La pieza se sujetaba luego con una faja o chumpi.

38. El trabajo fue pactado en 14 pesos. Posiblemente tocaban 7 pesos a cada uno.

39. Unos cinco pesos con dos reales en 1611, según la tasa de tributo publicada por Rostworowski (Citation2005).

40. Garcilaso de la Vega afirma no obstante que los Incas no tejían ni hilaban (1945 [1609], 1:lib, V, cap. VI, 235), pero esta afirmación es tan escueta y posiblemente sesgada que debe tomarse con cuidado. El testamento de doña Ana Quispe Asarpay en: Archivo Histórico del Cuzco, Protocolos Notariales (en adelante AHC-PN) siglo XVII, Francisco de la Fuente, 107, ff. 155–162v.

41. Testamento de Ana Visacarua, AHC-PN, siglo XVI, Pedro de la Carrera Ron, 4, f. 863.

42. Por ejemplo, en 1589, Isabel Ullcama, una mujer que vivía en la ciudad del Cuzco, notó en su testamento que había dado 3 pesos a un hombre para que buscara quién le tejiera una lliclla de cumbi. AHC-PN, siglo XVI, Pedro de la Carrera Ron, 4, f. 846. En 1600, María de Contreras, una mujer mestiza residente en el Cuzco listó entre sus pertenencias un acso de cumbe que estaban ‘terminando de tejer.’ AHC-PN, siglo XVII, Diego Gaitán, 110, f. 282.

43. AHC-PN, siglo XV, Pedro de la Carrera Ron, 4, f. 849.

44. El inventario de bienes incluye una cantidad inusual de prendas de cumbi y otras telas, muchas nuevas, lo que sugiere que estaban destinadas a la venta.

45. AHC-PN, siglo XVI, Antonio Sánchez 18, f. 910.

46. Manto que usaban las mujeres sobre los hombros.

47. Grupo étnico originario del territorio actualmente perteneciente a la república del Ecuador. En su estudio sobre la religión inca, Cristóbal de Molina (1989 [1575?], 56) refiere de manera muy escueta un mito de origen de los cañaris, mencionando—aunque sin describirlo—el atuendo que les era particular. Con el propósito de proseguir con un tema central de su narrativa, que la civilización en los Andes se inició con los Incas, Garcilaso de la Vega escribió que luego de conquistar a los cañaris, los Incas les dieron de vestir (1945 [1609], 2:lib. VIII, cap. V, 165).

48. Posiblemente un tejido vistoso y elaborado. ‘Palla: Muger noble adamada galana. Pallapalla llappachallicuni. Vestirse pulida y galanamente.’ González Holguín (Citation1989 [1608], 273).

49. Rowe ha comentado una túnica de algodón procedente de la costa que lleva el mismo diseño (Rowe 1979, 261). Véase también Frame et al. (2004), quien describen y analizan una túnica de algodón pintada con este mismo motivo encontrada en un fardo funerario hallado en la costa central del Perú.

50. En su estudio sobre los uncus o túnicas masculinas incas, Phipps (Citation2005) sugiere que los tejedores copiaron las prendas incas teniéndolas a la vista. Pillsbury (Citation2002, Citation2006) ofrece estudios pormenorizados de uncus coloniales con la finalidad de establecer su singularidad.

51. Un ejemplo de cómo una túnica que se aseguraba perteneció al Inca fue desplegada como símbolo de autoridad en la audiencia de Quito puede verse en Espinosa (Citation1990). Un caso similar en la sierra de Lima puede verse en Duviols (Citation2003).

52. La distancia que separa ambos puntos es de unos 25 kilómetros a vuelo de pájaro. AHC-PN, siglo XVI, Pedro de la Carrera Ron, 4, f. 666.

53. ‘Almoneda de bienes de Diego Payco yndio.’ Cuzco, Febrero de 1586. Archivo Histórico del Cuzco, Protocolos Notariales, siglo XVI, Pedro de la Carrera Ron, 4, f. 658v.

54. Los pedidos para que los cumbicamayos produjeran piezas de gusto europeo debieron hacerse por intermedio de comerciantes, doctrineros y caciques. En vez de un modelo cuyo diseño y tamaño debían ser copiados, los tejedores debieron recibir instrucciones específicas sobre las medidas de la pieza y un dibujo en papel del motivo a reproducir en el telar, de manera similar a como se hacían los tapices en Flandes u otros puntos de Europa. En 1611, por ejemplo, el inquisidor Pedro Ordóñez Flores, residente en la ciudad de Lima, listó entre sus posesiones una pieza de cumbi. Se trata de un repostero—o tapiz que solía desplegarse sobre el balcón de la casa en celebraciones públicas o sobre las cabalgaduras—y que llevaba por diseño su escudo de armas. Era un distintivo personal, que denotaba su rango y procedencia, una pieza que no era anónima y que difícilmente podía pasar a poder de terceros. Véase la referencia en Ramos (Citation1989). Sobre la difusión de la heráldica hispánica entre la población andina y la incorporación de símbolos andinos en ella, véase Cummins (Citation1998, Citation2005); Estenssoro (Citation2005).

55. Estos patrones ‘tradicionales,’ como ha demostrado Cummins (Citation1998, 2003), no se mantienen inalterables, sino que al inscribirse en otros materiales y ser representados junto con otros motivos y composiciones, son también profundamente dinámicos.

56. Postulo aquí una interpretación algo diferente de la que ha propuesto Cummins (1998, 94), quien sostiene que los objetos que encarnaban y simbolizaban el pasado podían indistintamente someterse al papel de reliquia, don, trueque, o mercancía.

57. Sobre el mandato para que la gente llevase las insignias y vestimentas que indicaban su procedencia véase Cieza de León (1986 [ms.1554a], cap. XXIII, 68); Cobo (Citation1956 [1653], lib. XII, cap. XXIV, 113); Sarmiento de Gamboa (Citation1960 [1572], 44, 249). La vida ritual fue ocasión privilegiada para el despliegue de vestimentas locales y distintivos regionales. Por ejemplo, al término de la Citua, fiesta en la que se realizaban largos y elaborados rituales de purificación, hacían su ingreso en la ciudad ‘todas las naciones que el Ynca avía sujetado … venían con sus huacas y vestiduras a uso de sus tierras, las más ricas que podían haver …’ (Molina Citation1989 [1575], 94).

58. Puede tratarse de la fiesta que, según Cristóbal de Molina, se conocía como Aymoray (Molina Citation1989 [1575], 121).

59. Sobre los tejidos chachapoya, véase el libro editado recientemente por Lena Bjerregaard (Citation2007) y Bjerregaard y von Hagan (2007). Agradezco a Christine Desrosiers por esta referencia.

60. El tema de los conflictos étnicos en los Andes centrales y del sur en el período colonial temprano es prácticamente desconocido. Para una referencia sesgada pero de primera mano, véase por ejemplo lo que escribe Guaman Poma al explicar por qué el inca no dio cargos de confianza a los chachapoyas y cañaris (Guaman Poma 1989 [1615], 345). Sobre los conflictos entre cañaris e incas en el Cuzco, véase Dean (Citation1999).

61. Guaman Poma (Citation1989 [1615], 98, 149, 157, 194, 250, 252, 256, 281, 344, 352).

62. Vasos ceremoniales de madera.

63. Se trata de don Cristóbal Concha Auqui Inga, quien, dado el apelativo Concha Auqui, pudo ser un hermano menor o sobrino de don Carlos Inca, descendiente de Huayna Capac (González Holguín 1989 [1608], 67).

64. Otro cliente, para quien Guatoco había tejido una manta de cumbi, le debía todavía los dos cestos de coca que habían acordado por el trabajo. AHC-PN, siglo XVI, Pedro de la Carrera Ron, 4, f. 647.

65. La camiseta caxana que compró Caillagua es el único artículo cuyo precio no figura en el acta del remate.

66. A juzgar por el inventario de sus bienes, Utulu estaba lejos de ser pobre, pero es claro también que aunque seguramente era un ‘notable’ por su posición económica, no era un noble. Un rasgo excepcional de su inventario de posesiones es que todos los objetos tienen un precio, lo que refuerza la idea que su intención fue destacar cuánto apreciaba los objetos que poseía antes que proporcionar un dato contable. Su testamento en AHC-PN, siglo XVII, Francisco de la Fuente, 106, f. 252v.

67. Guaman Poma (194–95) representa a un aucacamayoc vestido con un uncu caxana y escribe lo siguiente: ‘hombres valientes soldados de guerra … questos dichos yndios se sacaba para la batalla y guerra que tenia el ynga y se sacaba destos vallentones yndios mitimays estrangeros en otras provincias ….’

68. Los incas de privilegio eran grupos con quienes los incas establecieron alianzas en fechas relativamente tempranas de su proceso de expansión. Vivían fuera de la ciudad del Cuzco. Su condición era superior en comparación con otras etnías en el imperio, pero conseguida a costa de la pérdida de territorio y el desplazamiento masivo de sus miembros a regiones que los incas conquistaron. Véase Bauer (Citation1992).

69. Al momento de escribir este trabajo no tuve a la vista el artículo de Mary Frame sobre los tocapos en la obra de Guaman Poma (Frame Citation2007). El análisis que presenta es muy interesante, aunque presenta una visión estática de esos motivos y de la obra de Guaman Poma. Sobre este punto véase el comentario de Holland en la discusión que sigue al artículo.

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Franklin Pease Memorial Prize – Honorable Mentions

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