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Addressing the gender construct in occupation-based research: A scoping review / Abordaje del constructo género en investigación basada en la ocupación: Un estudio de alcance

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ABSTRACT

In the context of a critical and transformational agenda, there is a need to discuss the relationship among social categories–including gender and occupation–in occupational therapy and occupational science-related research. This scoping review aimed to address how the concept of gender has been dealt with in scientific publications in order to provide a vision of how it has been used, defined, and explored throughout the history of this discipline and practice. Arksey and O’Malley’s (2005) scoping review methodology was used, as it allows for the synthesis of diverse qualitative data and facilitates the exploration of studies according to their relevance, paying attention to how they shape and inform a research corpus. Fifty-five articles were included in the analysis, leading to two main categories. The outcomes reveal how gender has been mainly associated, on the one hand, to a singular or gender binary category and, on the other, to a situated category that results in occupational opportunities. Additionally, the development of the concept of gender is introduced in association with the establishment of the discipline from a feminist and critical standpoint. The results clearly reveal the importance of introducing a critical perspective on the concept in order to clarify some of the strategies that can lead to both occupational possibilities and inequalities.

RESUMEN

En el contexto de una agenda crítica y transformadora, se plantea necesario analizar las relaciones entre categorías sociales -incluyendo el género y la ocupación- en la investigación de terapia ocupacional y ciencia de la ocupación. Esta revisión de alcance tuvo como objetivo examinar cómo se ha abordado el constructo de género en publicaciones científicas para proporcionar una visión de cómo este ha sido utilizado, definido y explorado a lo largo de la historia de la profesión y disciplina. Se utilizó la metodología propuesta por Arksey y O’Malley (2005) ya que permite la síntesis de datos cualitativos diversos y facilita la exploración de estudios según relevancia, prestando atención a cómo estos dan forma e informan a un cuerpo de investigación. Se incluyeron 55 artículos en el análisis, el cual resultó en dos categorías principales. Los resultados presentan cómo el concepto de género ha sido principalmente asociado por una parte a una categoría singular o de binarismo de género y por otra parte como categoría situada produciendo oportunidades ocupacionales. Además, se presenta el desarrollo del género como concepto en relación con los cimientos de la disciplina desde una perspectiva feminista y crítica. Los resultados ponen de manifiesto la importancia de incluir una mirada crítica respecto al concepto de género para esclarecer algunas de las estrategias a través de las que se pueden generar tanto posibilidades como desigualdades ocupacionales.

在批判性和变革性议程的背景下,有必要讨论在生活活动治疗和生活活动科学相关研究中社会类别(包括性别和职业)之间的关系。该范围审查旨在澄清科学刊物中如何处理性别概念,以便提供有关在该学科和实践的整个历史中,它是如何被使用、定义和探索的。使用了 Arksey 和 O'Malley (2005) 的范围审查方法,因为用它可以综合各种定性数据,并根据研究的相关性促成研究的探索,注意它们如何塑造研究语料库提供并为其信息。该分析涉及 55 篇文章,分为两个主要类别。其结果揭示了,一方面,性别如何主要与单一或性别二元类相关联,另一方面,性别如何与导致生活活动机会的定位类别相关联。此外,从女权主义和批判性角度出发,性别概念的发展与学科的建立相关联。结果清楚地揭示了对该概念引入批判性观点的重要性,以澄清一些可能导致生活活动可能性和不平等的策略。

RÉSUMÉ

Dans le contexte d'un programme critique et transformationnel, il importe de discuter des liens entre les catégories sociales - y compris le genre et l'occupation - dans la recherche en ergothérapie et en sciences de l'occupation. Cette étude de la portée vise à explorer la façon dont le concept de genre a été traité dans les publications scientifiques. Cela permettra de présenter la façon dont le concept de genre a été utilisé, défini et exploré au cours de l'histoire de cette discipline. La méthode de l'étude de portée d'Arksey et O'Malley (2005) a été retenue, car elle permet de faire la synthèse de diverses données qualitatives et facilite l'exploration des études en fonction de leur pertinence, en prêtant attention à la manière dont elles façonnent et informent un corpus de recherche. Cinquante-cinq articles ont été inclus dans l'analyse, puis classés en deux catégories. Les résultats révèlent comment le genre a principalement été associé, d'une part, à une catégorie de genre unique ou binaire et, d'autre part, à une catégorie située qui définit des possibilités occupationnelles. En outre, cette étude présente le développement du concept de genre en association avec l'établissement de la discipline d'un point de vue féministe et critique. Les résultats révèlent clairement l'importance d'introduire une perspective critique sur ce concept, de façon à clarifier certaines des stratégies qui peuvent mener aussi bien à des possibilités occupationnelles qu'à des inégalités.

Desde su surgimiento, la ciencia de la ocupación se ha enfocado a entender y estudiar la ocupación humana prestando atención a las particularidades sociales, culturales e históricas que la configuran (Dickie et al., Citation2006). Uno de los constructos claves, que ha contribuido a avanzar en las discusiones sobre estos elementos ha sido el marco de justicia ocupacional (Wilcock y Townsend, Citation2000) cuyo desarrollo ha colaborado en la profundización del estudio de la ocupación desde una perspectiva crítica, enfatizando la importancia del contexto social, político, histórico, cultural y económico en la (re)producción de injusticias ocupacionales (Gerlach et al., Citation2017; Rudman, Citation2018). Asimismo, varias investigadoras promueven perspectivas ideológicas, geográficas y disciplinares diversas, y rechazan del individualismo en favor de las perspectivas colectivas (Rudman, Citation2018). Esta expansión teorética y pluralista ha colaborado en la emergencia de una agenda crítica y transformadora en la disciplina resaltando la responsabilidad social de la misma y el abordaje de situaciones de desigualdad a nivel global y local para aportar a una sociedad más justa (Farias y Rudman Citation2016; Gerlach et al., Citation2017; Whiteford y Hocking, Citation2012).

El desarrollo de esta agenda crítica y transformadora se ha materializado en los últimos años a través de estudios que han destacado la relación entre la ocupación, categorías sociales (raza, clase, género, estatus social, orientación sexual, edad, entre otros) y cuestiones de poder en relación a la participación en ocupaciones significativas (Angell, Citation2014; Rudman, Citation2013). En concreto, Farias y Rudman (Citation2016) aseveran que es fundamental la desnaturalización de los fundamentos de la ciencia de la ocupación para visibilizar y transformar las situaciones de injusticia ocupacional en consonancia con esta agenda crítica. Sin embargo, exploraciones que permitan tener una visión panorámica acerca de cómo se han abordado estas categorías sociales en investigaciones sobre la ocupación aún no han emergido. Para contribuir a la profundización de esta línea de conocimiento en ciencia de la ocupación, exploramos el rol de una de estas categorías, el género, en la literatura que aborda el estudio de las ocupaciones.

El Constructo de Género y el Estudio de la Ocupación Humana

Durante los últimos años, múltiples teóricas feministas críticas (Acker, Citation2004; Butler, Citation2007; De Lauretis, Citation1987; Haraway, Citation1984; Preciado, Citation2009; Witting, Citation1992) han problematizado la idea de reconocer a “la mujer” como sujeto universal del feminismo ya que esta categoría es difícilmente universalizable y estática. Esta corriente de pensamiento entiende que el género no es un atributo esencial de las personas en función de su sexo sino más bien el resultado de los diversos significados materiales y simbólicos que son producidos y reproducidos continuamente a través de la agencia social bajo la influencia de un conjunto complejo de relaciones culturales e históricas (Acker, Citation2004; Butler, Citation2007). Basadas en esta corriente, las autoras entienden que el constructo de género como una configuración de múltiples versiones de género en distintos momentos y localizaciones influidas por la intersección con otras categorías tales como la raza, la etnicidad, la religión o la clase social (Acker, Citation2004). Tal como expresa De Lauretis (Citation1987) “la construcción de género es tanto un producto como el proceso de su representación” (p. 5) siendo el producto, el género con el que las personas se identifican en sociedad y el proceso, todos aquellos actos que lleven a cabo para representar dicho género.

Esta aproximación al constructo de género rechaza por lo tanto el binarismo tradicional hombre/mujer reconociendo que esto es un hecho social y no natural (Witting, Citation1992). No obstante, es necesario mantenerse consciente de que la realidad histórica e inclusive la situación actual todavía está muy influida por esta interpretación en la que se jerarquiza a lo masculino sobre lo femenino dando forma a numerosas injusticias que suceden en la cotidianeidad de la población (de Miguel, Citation2003). Por esta razón resulta interesante el planteamiento que realiza De Lauretis (Citation1987) en relación a la situación de géneros en el momento actual en el que aun rechazando la asociación sexo-género destaca que la categoría mujer como sujeto histórico es una realidad que ha sido y sigue siendo construida a través de relacionales sociales. Por eso reconoce que hoy en día tanto el discurso hegemónico como los discursos en los márgenes de los géneros coexisten y este es el lugar en el que se establecen las resistencias y los espacios de auto representación.

En base a lo anterior, se utiliza el término “género” en este estudio para denominar a las múltiples versiones de género influidas por otras categorías tales como la raza, la etnicidad, la religión o la clase social, cuyas intersecciones tienen el potencial de generar desigualdades y resistencias a nivel global (Solar y Irwin, Citation2010). De modo que entendiendo que los géneros se construyen a través de la participación en acciones y espacios socialmente valorados queda clara la importancia de las ocupaciones como mediadores de este. En este sentido, las ocupaciones están atravesadas por esta categoría social ya que determinan el lugar que ocupa cada persona en la sociedad y a qué oportunidades puede acceder, produciendo numerosas injusticias ocupacionales basadas en asuntos de género (Angell, Citation2014). Sin embargo, generalmente estas diferencias y desigualdades de género son naturalizadas en las sociedades todavía patriarcales, por lo que es necesario tomar conciencia de su existencia como primer paso para su transformación (Cantero-Garlito et al., 2012).

El desarrollo teórico de la ciencia de la ocupación y terapia ocupacional como parte de la realidad social, no queda exento de la influencia de estas nociones y roles asociados al género que perpetúan las desigualdades (Crasnow et al., Citation2018) lo cual es extensible al estudio de la ocupación humana, como parte de los esfuerzos científicos globales. Si bien cada vez son más los estudios que aproximan el género como mediador de las ocupaciones en colectivos específicos o bajo perspectivas concretas (Angell, Citation2014; Huff et al., Citation2018; Sakellariou & Pollard, Citation2008), es esencial examinar como el constructo de género se han empleado en la investigación de terapia ocupacional y ciencia de la ocupación. Para ello, proponemos abordar cómo han entendido el concepto género las y los investigadoresFootnote1 en sus estudios sobre la ocupación a lo largo de la historia y los significados que le otorgan a esto como mediador de la ocupación. Con este estudio, buscamos contribuir al diálogo global sobre las distintas formas de injusticia ocupacional y alternativas de cambio, a través de la identificación y desnaturalización del género en la literatura.

Metodología

Se realizó una revisión de alcance de la literatura siguiendo la metodología propuesta por Arksey y O’Malley (Citation2005). Esta metodología es llevada a cabo especialmente en áreas que son complejas o no han sido revisadas exhaustivamente ya que permite identificar material relevante para proporcionar un marco de muestreo, en lugar de centrarse en búsquedas de relevancia altamente estructuradas. Permite revisar la generación de conocimiento hasta el momento en relación al constructo de género, desde qué perspectivas y visiones, cómo está organizada la información y qué es lo que no se ha desarrollado aún, en este caso identificar de forma situada/contextualizada las distintas concepciones empleadas por investigadoras sobre el concepto de género. En nuestro caso nos centramos en revisar los usos que se le ha dado al constructo de género y las percepciones respecto a la relación género-ocupación en diferentes investigaciones de ciencia de la ocupación y terapia ocupacional existentes en bases de datos seleccionadas hasta el 2019. Además, se eligió esta metodología ya que se preveía que los artículos relevantes tendrían un enfoque y diseño diverso, permitiendo enfocar la búsqueda en función de la centralidad del constructo de género dentro del mismo y no en relación al diseño de los estudios. Con el fin de incluir la mayor diversidad posible de trabajos, buscamos material en inglés y español. Empleamos la combinación de los siguientes descriptores en inglés y español para las bases de datos Pubmed, Web of Science, Scopus y CINAHL: ciencia de la ocupación o terapia ocupacional (como descriptores del estudio de la ocupación humana), y género, feminismo o mujeres. Siguiendo con el propósito de Arksey y O’Malley (Citation2005), de mantener un enfoque amplio en la búsqueda y ya que se pretende hacer un análisis acerca de cómo han evolucionado estas interpretaciones a lo largo de la historia de la investigación basada en la ocupación no se establecen límites temporales en la búsqueda, recogiendo todos los artículos disponibles en las bases de datos hasta el 2019. Es por esta misma razón por la que se decide emplear los descriptores terapia ocupacional y ciencia de la ocupación, considerando a la terapia ocupacional como la primera disciplina que se enfoca en la ocupación en sus investigaciones y que influencia el surgimiento a posteriori de la ciencia de la ocupación.

En la búsqueda inicial, detectamos que literatura producida en América del Sur y España no era recuperada por las bases de datos seleccionadas. Por ello, empleamos los mismos descriptores para buscar en las cuatro revistas más relevantes que publican estudios sobre ocupación humana en estas localizaciones (Cuadernos Brasileños de Terapia Ocupacional, Revista Ocupación Humana, Revista Chilena de Terapia Ocupacional, Revista Terapia Ocupacional Galicia). Una vez realizada la búsqueda se detectaron múltiples resultados en portugués, idioma que dos de las autoras tienen capacidad para comprender, por lo que se decidió abrir la inclusión a artículos en este idioma con el objetivo de garantizar la representatividad más amplia de perspectivas.

La selección de artículos se realizó en dos etapas: 1) lectura de título, resumen y palabras clave, y 2) lectura de texto completo. Como criterio de inclusión los artículos debían abordar el concepto de género como un aspecto relevante para la ocupación humana, poniendo de manifiesto los vínculos entre el constructo de género y ocupación bajo cualquier perspectiva conceptual y a cualquier nivel. Es decir, serán incluidos todos aquellos artículos que elaboran las imbricaciones entre los géneros y diversas ocupaciones, así como aquellos que hiciesen una aproximación teórica a las conceptualizaciones del género en relación a la ocupación. A la vez, se excluyeron los artículos en los cuales sólo se mencionaba el género como variable demográfica, sin profundizar en él.

La búsqueda () reportó un total de 1525 artículos, de los cuales 752 fueron excluidos por tratarse de duplicados. De los 773 artículos restantes incluidos en la primera etapa del análisis, 657 fueron excluidos después de aplicar los criterios de inclusión y exclusión a través de cotejar el título, resumen y palabras clave. Es así como para la segunda etapa se utilizaron un total de 116 artículos, de los cuales 55 (Apéndice 1) fueron seleccionados para análisis.

Figura 1. Resultados de la Búsqueda y Selección de Artículos

Figura 1. Resultados de la Búsqueda y Selección de Artículos

El proceso de análisis de los datos se realizó utilizando el método de análisis de contenido (Krippendorff, Citation1990) el que propone enfocarse en los contenidos de la comunicación humana para inferir las relaciones entre ellos, creando un sistema de códigos y categorías a partir del cual se pueden crear diversos niveles de jerarquía e interconexiones. Para ello se localizaron inicialmente los fragmentos de texto denominados “unidades de análisis” en los que se incluían definiciones, roles y/o ocupaciones asociadas a los géneros, así como contradicciones entre posturas teóricas y aplicaciones en la investigación. Por ejemplo, en algunos casos, se afirmaba que el “género es una construcción sociocultural que establece lo que es ser hombre y mujer” pero en la propia investigación se naturaliza que las mujeres tengan una predisposición natural a cuidar de sus maridos o que los hombres delegan el cuidado en otras personas o servicios (Corcoran, Citation1992, p. 1007). Una vez extraídas las “unidades de análisis” se identificaron en cada artículo los contenidos que establecen relaciones géneros-ocupación estableciendo una clasificación a través de códigos. Una vez identificados los códigos, se buscaron las conexiones/resonancias entre los modos de entender la relación “géneros-ocupación” (o “códigos”), siempre atendiendo al contexto en el que estos conceptos se daban. Una vez localizados los códigos se procedió a su agrupación de acuerdo con sus similitudes estableciendo las “categorías” de conocimiento. Esta categorización resultó en 2 categorías interrelacionadas siendo la primera: principales aproximaciones al constructo de género en la investigación basada en la ocupación en la cual se integran dos subcategorías: a) abordaje de las ocupaciones desde el binarismo de género en el que se reflejan perspectivas que contraponen ocupaciones para hombres y ocupaciones para mujeres desde una perspectiva dicotómica y patriarcal; y por otra parte, b) oportunidades ocupacionales situadas en las que se recoge aproximaciones que resaltan el carácter contextual, dinámico e interseccional de los géneros y sus efectos sobre la ocupación. Por otra parte, la segunda categoría explica el constructo de género para entender los cimientos y desarrollo de una mirada feminista en los estudios de la ocupación. Ambas categorías se solapan y retroalimentan, dibujando una perspectiva comprehensiva del abordaje del género en el estudio de la ocupación.

El proceso de selección y análisis de artículos se llevó a cabo empleando el método de triangulación de investigadoras (Patton, Citation2002), para hacer notar y minimizar los sesgos que se pueden producir al realizar el análisis por una sola investigadora. De esta manera se buscó aumenta la fortaleza y calidad del análisis cualitativo. La selección de los artículos y análisis fue liderada por la primera autora con la discusión constante con el resto de las autoras, en los que se cuestionaron las distintas decisiones e interpretaciones, hasta llegar al acuerdo entre al menos dos de las autoras.

Resultados

Principales aproximaciones al constructo de género en investigación: el binarismo de género y oportunidades ocupacionales

En los artículos examinados se aborda el constructo de género, principalmente de dos modos diferentes. Por un lado, algunos estudios describen las diferencias en las ocupaciones de hombres y mujeres, sin profundizar en los motivos que las generan, mientras que, en otros, se aborda el género y su relación con la ocupación, de forma situada, dinámica e interseccional, profundizando en distintos grados, en el peso de las sociedades patriarcales en el origen de estas diferencias.

Abordaje de las ocupaciones desde el binarismo de género: construcción dicotómica y patriarcal del género

Esta primera categoría se conforma únicamente a partir de 3 investigaciones que abordan los géneros como determinante de las ocupaciones, dándole forma y estableciendo las diferencias entre la existencia, dada por sentado, de dos géneros sin cuestionar las razones por la que estas diferenciaciones surgen. Así se identifican diferencias entre las ocupaciones de hombres y las ocupaciones de mujeres (Agulló-Cantós et al., Citation2019; Corcoran, Citation1992; Leufstadius et al., Citation2013). En estos estudios, no se abordan o cuestionan las razones de esta diferenciación o las estructuras que sustentan dichas dualidades. Por ejemplo, Corcoran (Citation1992) desde EE. UU. hace un análisis acerca de las estrategias que emplean personas cuya pareja sufre demencia para desempeñar el rol de cuidador/a. La autora detectó diferencias en la forma en que los esposos y las esposas ejercen este rol: los cuidadores hombres suelen utilizar una actitud orientada a la tarea delegando acciones en otras personas y contratando servicios y en cambio las mujeres suelen usar una actitud centrada en el cuidado directo. De modo similar en una investigación desarrollada en España (Agulló-Cantós et al., Citation2019) las investigadoras analizan los roles e intereses de hombres y mujeres cuidadoras e identifican que son las mujeres las que valoran más los roles de cuidadoras mientras los hombres aportan más valor a los roles vinculados con el trabajo y las relaciones sociales. Ambos trabajos analizan un rol ampliamente discutido por la teoría feminista debido a las implicaciones que acarre para las mujeres, cuestión que no se pone de manifiesto en ninguno de los textos.

Otro ejemplo de cómo esta conceptualización está inmersa también en una investigación acerca de los intereses y ocupaciones que desempeñan personas dentro de una unidad de salud mental lo aporta el texto de Leufstadius y colaboradoras (Citation2013). Estas autoras detectan que las ocupaciones que consideran significativas los hombres y mujeres encajan con ocupaciones asociadas a los géneros, por ejemplo, las mujeres escogían actividades de costura y los hombres otras como la carpintería. Las autoras etiquetan estas ocupaciones de tradicionales, pero no se cuestionan las razones por las que son escogidas ni el espectro de ocupaciones de ocio disponibles en comparativa.

Oportunidades ocupacionales situadas: construcción dinámica, situada e interseccional del género

La segunda aproximación existente en la literatura revisada se corresponde con un espectro amplio en el que las investigadoras contextualizan y sitúan las ocupaciones, y en el que los géneros son una categoría social fundamental que las atraviesa y da forma remarcando la influencia que la participación en ocupaciones tiene sobre los géneros. Si bien estos estudios (34 artículos) se caracterizan por compartir una epistemología crítica o teoría crítica-feminista, existen diferencias en la profundidad con que estas posiciones son abordadas en los textos.

Por una parte, existe un grupo de autoras que reconoce la influencia estructural que la categoría de género tiene sobre las ocupaciones, aunque esta idea no forme parte de los temas centrales del estudio o de su articulación teórica. Estos análisis si bien no llevan a cabo una articulación explícita acerca de la posición epistemológica de género que emplean, sí que permiten detectar que existe una vinculación entre el género de los/as sujeto/as del estudio y las ocupaciones sobre las que se discute (Dehays et al., Citation2012; Esteban-Gálvez, Citation2016; Ferreira-Marante et al., Citation2017; Fonseca et al., Citation2018; Gutman, Citation1998; Maceira-Dominguez et al., Citation2018; Martínez y Vergara, Citation2016; Pedraza, Citation2014; Pollard y Walsh, Citation2000; Torrico-Mayol et al., Citation2008). Un ejemplo de esto se identifica en el texto de Fonseca y colaboradoras (Citation2018) donde elaboran como idea central de su investigación cuál es el significado que se le otorga al comer en compañía. Tras su análisis hacen referencia al modo en que las diferencias de género influyen en una de las ocupaciones implicadas en este proceso como es la preparación de los alimentos la cual se ha asociado tradicionalmente a las mujeres bajo el amparo del sistema patriarcal. Similarmente, en un estudio centrado en el colectivo de mujeres camareras de piso (personal de limpieza de habitaciones), las autoras tras presentar un análisis acerca de cómo este trabajo impacta en la salud de las participantes, articulan un argumento que presenta el rol del género como un elemento importante en que las mujeres sean las que se ocupen de un trabajo poco valorado socialmente y ligado a los cuidados (Ferreira-Marante et al., Citation2017). En ambos casos las autoras no elaboran de forma explícita ninguna articulación acerca del porqué cuestionan estas situaciones, pero se puede extraer que están siendo conscientes de la diferenciación tradicional por géneros que existen entre las ocupaciones.

Otro foco de interés en relación con al constructo de género como determinante estructural se centra en entender el modo en el que éste impacta directamente en las ocupaciones asociadas al género femenino como por ejemplo el trabajo doméstico, la maternidad o la discapacidad (Cortina-Roa, Citation2018; Dos Santos et al., Citation2019; Ferigato et al., Citation2018; Gutierrez et al., Citation2015; Jones et al., Citation2015; Nahmias y Froehlich, Citation1993). Las autoras de estos estudios explican que las mujeres se ven expuestas a determinadas ocupaciones y situaciones por el hecho mismo de ser mujeres dentro del orden social tradicional. Por ejemplo, un estudio realizado en Brasil (Dos Santos et al., Citation2019) analiza la feminización de los trabajos de cuidados para entender cómo haber nacido mujer, con pocos recursos y sin acceso a la educación es un factor fundamental para acabar desempeñando este rol, resaltando también la influencia de otras categorías sociales. Asimismo, Ferigato y colaboradoras (Citation2018) analizan las posibilidades de intervención ocupacional con mujeres embarazadas a través de la corporalidad entendiendo que el embarazo conlleva ocupaciones únicas para las mujeres y está cargado de significados a distintos niveles (ocupacional, emocional, social, físico, cultural, económico o fisiológico).

Por otra parte, existen un grupo importante de investigaciones que explicitan los modos en los que los géneros son determinantes estructurales que influyen sobre las elecciones ocupacionales de las personas actuando como mediadores en la elección de ocupación en función de los géneros con los que se identifican las personas (Angell, Citation2014; Aravena-Arroyo et al., Citation2019; Avillo et al., Citation2015; Avrech et al., Citation2016; Beagan y Saunders, Citation2005; Cortina-Roa, Citation2018; De Melo, Citation2016; Dos Santos et al., Citation2019; Dowers et al., Citation2019; Ferigato et al., Citation2018; Goodman et al., Citation2007; Gutierrez et al., Citation2015; Jones et al., Citation2015; Leite-Junior y Lopes, Citation2017; Nahmias y Froehlich, Citation1993; Phoenix y Ghul, Citation2016; Schneider et al., Citation2019). Esto se aprecia claramente en el artículo escrito por Beagan y Saunders (Citation2005) quienes analizan de qué modo determinadas ocupaciones construyen la identidad de género en hombres jóvenes. En este artículo, las autoras detectaron que estos hombres identifican diversas ocupaciones vinculadas a la masculinidad como el hacer ejercicio y rechazan otras que se alejan de esta ya que son vinculadas con la feminidad como el hacer dieta. También bajo esta perspectiva existen múltiples autoras que elaboran estas ideas en trabajos centrados en la comunidad de personas transgénero prestando especial interés al modo en que se construyen las identidades a través de la ocupación (Aravena-Arroyo et al., Citation2019; Avrech et al., Citation2016; Dowers et al., Citation2019; Leite-Junior y Lopes, Citation2017; Phoenix y Ghul, Citation2016; Schneider et al., Citation2019). Estos estudios ponen de manifiesto las estrategias que emplea las personas trans para transitar hacia el género sentido. Se refleja que muchas de las ocupaciones de este colectivo se relacionan con estereotipos sociales asociados al género con el que se identifican, pero también la pérdida de otras con el objetivo de encajar dentro del género sentido, dando lugar a la reconstrucción de su identidad (Phoenix y Ghul, Citation2016; Schneider et al., Citation2019). En relación con esto se identifica claramente que la ocupación permite a este colectivo construir su propia identidad para integrarse dentro de la sociedad a través de su expresión de género, aunque también destaca que este proceso no es sencillo ya que participar de ciertas ocupaciones puede acarrear discriminación fruto de la transfobia y cisnormatividad (Avrech et al., Citation2016; Dowers et al., Citation2019; Leite-Junior y Lopes, Citation2017). La mayoría de los textos estudian casos en los que las transiciones se dan dentro de las categorías binarias tradicionales, no obstante, todo ellos destacan que estas transiciones no siempre tienen porque encajar dentro de las categorías hegemónicas, si no que la participación de un conjunto significativo de ocupaciones para una persona puede generar espacios para la construcción de identidades de género que se salen de las normas de la tradición.

Por último, se identifica un interés por explicar los géneros como parte de un sistema estructural el que interactúa e intersecta con otras categorías sociales destacando así su carácter situado, múltiple y dinámico (Almeida y Lugli, Citation2018; Angell, Citation2014; Cortina-Roa, 2019; De Melo et al., Citation2014; Dos Santos et al., Citation2019; Dowers et al., Citation2019; Grandón-Valenzuela, Citation2018; Huff et al., Citation2018; Méndez-Montaño et al., Citation2013; Rivas-Quarneti et al., Citation2018; Vidal-Sánchez et al., Citation2018; Waring, Citation2017). Por ejemplo, Angell (Citation2014) detalla en su artículo que desde este punto de vista el constructo de género no puede ser visto independientemente de otras categorías sociales (clase, raza, etnia, sexualidad y otras relaciones de poder) donde los géneros se producen y resignifican constantemente. Vidal-Sánchez y colaboradoras (2018) analizan cómo las ocupaciones de cuidados que desempeñan las mujeres no pueden ser abordadas sin entender los vínculos entre el sistema patriarcal y el sistema capitalista. Esta idea es presentada también por Waring (Citation2017) quien además explica que esto genera situaciones de “sobre-ocupación” (“over-occupation”) cuando la mujer se hace cargo del cuidado doméstico y del trabajo fuera de casa. Lo anterior influye en la posibilidad de estas mujeres de desempeñar ocupaciones significativas y que garanticen sus derechos al ocio y el autocuidado. Cortina-Roa (2019) hace un análisis acerca de las particularidades en las vivencias de madres adolescentes en Colombia en el que articula un análisis de cómo se orquestan las experiencias de estas mujeres en el entramado de diversas categorías sociales como es género mujer, origen rural, migrantes o desplazadas y madre antes de los 18 años de edad. Otro ejemplo se encuentra en la investigación de Rivas-Quarneti y colaboradoras (2018), quienes se enfocaron en estudiar las ocupaciones cotidianas de un grupo de mujeres migrantes en España en el que se pone de manifiesto que las situaciones de vulnerabilidad que estas viven y sus oportunidades de participación, están directamente influidas por tres de estas categorías sociales: género, raza y situación socioeconómica. Un último ejemplo, Huff y colaboradoras (Citation2018) ponen sobre la mesa una forma de entender los géneros que incluye una mirada crítica de los espacios en los que el conocimiento se genera a través de vincular la teoría del “Africana Womanism”Footnote2 con la ocupación. Bajo esta perspectiva las ocupaciones marcadas por los géneros son un acto político ya que explicitan situaciones de opresión, marginalización y exclusión, pero también de poder y oportunidad. Para argumentar esta nueva forma de entender los géneros en contraposición con las perspectivas occidentales estas autoras hacen un análisis de las ideas fundamentales de esta filosofía aplicadas a la ocupación, centrados en sus tres conceptos fundamentales: situacionalidad, holismo y colectivismo. La situacionalidad defiende que el género es un constructo fluido dependiente del contexto en función de las ocupaciones de las que se participe, convirtiéndose en un constructo maleable y dinámico por ejempleo en áreas rurales de Tanzania algunas mujeres mayores económicamente poderosas y sin hijos se convierten en “maridos” para casarse con mujeres jóvenes en edad fértil para vivir juntas y colectivamente criar a la descendencia (Cruz, Citation2015). En cuanto al holismo aplicado a los géneros entienden que esta categoría influencia la totalidad de la vida de cada persona con sus especificidades, de modo que destaparía las formas concretas ser y hacer relacionadas con la mujer desde la interseccionalidad de otros fatores (raza, edad, clase, y/o etnicidad). Para ilustrar esto las autoras refieren como la ocupación de maternidad se convierte en una ocupación colectiva y compartida y es un medio a través del que ganar estatus dentro de la comunidad. Por último, la colectividad es entendida como la noción que valora las capacidades humanas a través de las interacciones con otras personas, en contraposición al individualismo (y a los géneros). Un ejemplo de esto son las asociaciones de crédito rotatorio ideados por mujeres a través de los que generan espacios colectivos para las mujeres a través de los que mantienen su valor social, político y económico.

El constructo de género para entender los cimientos y desarrollo de una mirada feminista en los estudios de la ocupación

Los 18 estudios incluidos en esta revisión han identificado como los géneros han sido un elemento fundamental para el replanteamiento de los orígenes, espacios de poder y configuración de la profesión de la terapia ocupacional, y subsecuentemente la ciencia de la ocupación. Esta categoría social parece ser fundamental para entender el momento presente en relación con el estudio de la ocupación poniendo en valor la importancia que han tenido y siguen teniendo las mujeres para hacer avanzar la profesión. Por ejemplo, a través de poner el foco en sí mismas como colectivo para analizar las situaciones históricas en las que las interpretaciones tradicionales de los géneros han conformado situaciones de limitación, pero también oportunidad.

Se ha identificado un amplio interés por abordar la formación y desarrollo de la disciplina en los Estados Unidos, desde una mirada feminista a partir de los años ‘90 (Frank, Citation1992; Hamlin et al., Citation1992; Loukas, Citation1992; Miller, Citation1992; Reese, Citation1987). Concretamente estas primeras autoras analizan cómo el movimiento feminista impactó en otras disciplinas y cuáles son los paralelismos con la terapia ocupacional, así como su implicancia teórica y práctica con los estudios sobre la ocupación. Frank (Citation1992), Hamlin et al. (Citation1992) y Reese (Citation1987) destacan cómo los fundadores de la disciplina conceptualizaban el trabajo de acuerdo con los roles que las personas tenían en la sociedad. Por ejemplo, las actividades manuales (carpintería, cerámica, trabajo de tejidos, entre otras) y el trabajo directo con personas eran actividades tradicionalmente propias de la mujer, las cuales se asociaban a su rol de cuidadora del hogar y la familia. De acuerdo con Hamlin et al. (Citation1992) es de este modo como surge la percepción de la terapia ocupacional como una disciplina femenina. Las autoras explican que esta percepción se puede entender si se enmarca en el contexto social patriarcal de aquel momento en el cual se esperaba que aquellas mujeres que pasaron a formar parte de la disciplina debían ser atentas, cuidadosas, maternales, entusiastas, con recursos, versátiles, gentiles y dispuestas a ponerse a disposición de sus pacientes (Hamlin et al., Citation1992; Oliveira-Figueiredo et al., Citation2018). Por ejemplo, Fuller (Citation1913) escribía: “La personalidad de la profesora o la enfermera se convierte en un importante factor. Su total entusiasmo y amor por su trabajo influye poderosamente en el paciente” (p. 5).

En cuanto al perfil sociodemográfico de las mujeres que accedieron a la profesión inicialmente, Hamlin et al. (Citation1992) argumenta que los fundadores de la disciplina en 1917 en un primer momento reclutaron mujeres educadas de clase media y alta “dispuestas a darlo todo por la profesión” (p. 1032) ya que en la época solo las mujeres de clase media-alta podían acceder a la educación, a las redes de caridad y formarse en determinadas disciplinas (Frank, Citation1992; Morrison, Citation2011; Oliveira-Figueiredo et al., Citation2018). En relación con esto, se explica que esto provocó que muchas mujeres pertenecientes a grupos étnicos minorizados o de clases sociales menos favorecidas no pasasen a formar parte de la disciplina debido a la segregación racial y de clase establecida en aquel momento (Angell, Citation2014; Frank, Citation1992). De nuevo esto pone de manifiesto las múltiples imbricaciones existentes entro los géneros y otras categorías sociales estableciendo barreras y oportunidades para la participación para unos u otros grupos de personas.

Continuando con esta argumentación Frank (Citation1992) explica que la mayoría de las mujeres que en un primer momento fundaron la terapia ocupacional y comenzaron a trabajar como terapeutas ocupacionales estaban solteras o viudas, ya que el modelo cultural patriarcal entendía que trabajar y estar casada eran dos cuestiones incompatibles en la clase media-alta de la sociedad. No es hasta alrededor de los años 1950, gracias a la lucha de los movimientos feministas, que comenzó a aceptarse que las mujeres comenzasen a trabajar fuera del hogar (Loukas, Citation1992; Oliveira-Figueiredo et al., Citation2018). Loukas (Citation1992) en su texto expresa que a partir de esta época se solía incentivar a las terapeutas ocupacionales a trabajar a media jornada ya que esto les permitiría trabajar y cuidar de su hogar simultáneamente con el beneficio además de que el trabajo les aportaría habilidades útiles para usar en sus ocupaciones como madres o amas de casa. De nuevo se aprecia como en el momento el rol de cuidadora era inseparable de la categoría mujer. Esta misma inquietud se refleja en los textos por Loukas (Citation1992) y Primeau (Citation1992), donde identifican que desempeñar los roles de cuidadora del hogar, madre y profesional supone un solapamiento en las ocupaciones, generando una carga de trabajo que puede comprometer el bienestar de la mujer. Así se afirma como necesario reconocer las tareas del hogar como trabajo de modo que esta ocupación sea valorada de forma igualitaria. Además de identificar esto en primera persona, Loukas (Citation1992) y Primeau (Citation1992) hacen ya una sugerencia: las y los terapeutas ocupacionales deben preparar a sus usuarias para la vuelta a ambos trabajos, pero también emprender acciones para revertir los desequilibrios en las tareas de cuidados, lo cual deja claro como estas autoras son perfectamente conscientes de los roles sociales que se adjudican en función de los géneros además de reconocer las oportunidades y espacios de reconstrucción que el rol de cuidados puede reportar.

En estudios más recientes Morrison (Citation2011, Citation2016), añade a las argumentaciones expuestas tres décadas antes por Loukas (Citation1992) y Primeau (Citation1992) sobre el papel de las primeras mujeres terapeutas ocupacionales en el desarrollo de la profesión. Morrison describe cómo en la vida de las mujeres en aquella época prevalecían los valores y acciones del altruismo y el servicio, rechazando muchas de ellas el matrimonio y dedicando su vida a actividades vinculadas con organizaciones de caridad, en la que destaca como fundamental a la Hull House de Chicago, de vital importancia para la fundación de la profesión. Morrison (Citation2016) hace hincapié en cómo paulatinamente las actividades de voluntariado que estas mujeres realizaban se fueron profesionalizando, siendo el caso de Jane Addams, Julia Lathrop y Eleanor Clarke Slagle en el caso de la terapia ocupacional. Estas últimas establecieron relación con Adolf Meyer a través de las redes de caridad y comenzaron a cambiar las intervenciones con las personas con trastorno mental. Del mismo modo que el autor destaca a estas profesionales como fundamentales en la fundación de la disciplina, hace lo mismo con aquellas fundamentales para la expansión de esta: Susan Tracy, Susan Cox Johnson y de nuevo Eleanor Clarke Slagle. Se reconoce que estas mujeres conocían los impedimentos a los que se enfrentan como mujeres y como disciplina supeditada a la medicina, y lo utilizaron inteligentemente, posicionándose estratégicamente entre los varones de la medicina y las redes femeninas de caridad generando nuevos espacios de participación para ellas para poco a poco consolidarse como una disciplina autónoma, presente en las universidades y validada (Morrison, Citation2011, Citation2016).

Si bien estas autoras analizan el impacto de los géneros sobre la historia de la disciplina en los Estados Unidos existen trabajos que aplican esta misma perspectiva al surgimiento y desarrollo de la disciplina en Latinoamérica (Gómez et al., Citation2016; Monzeli et al., Citation2019; Testa, Citation2012). Estas autoras ilustran cómo la terapia ocupacional, origen de la ciencia de la ocupación, se consolidó con relación a los roles tradicionales en sus respectivos contextos (Colombia, Chile, y Argentina) y abordan las oportunidades que esto aportó a las primeras mujeres en la disciplina. Monzeli y colegas (Citation2019) explican que el desarrollo de la terapia ocupacional en Latinoamérica ha estado vinculado al acceso alrededor de los años 50 de las mujeres al ámbito de la educación superior expandiendo el abanico de oportunidades para estas e incluyendo nuevas ocupaciones a través de las cuales representarse como mujeres dentro de la dinámica de los géneros. Resaltan que gracias a que muchas mujeres accedieron a esta profesión, permitió abrir espacios para reconfigurar la figura de la mujer en la educación superior, aunque considerada una profesión femenina y por tanto menos valorada en la jerarquía profesional.

En el caso de Colombia, las autoras han destacado que se incentivaba la formación en disciplinas asociadas a los roles de género establecidos en la sociedad y de este modo reforzando la idea de que terapia ocupacional pertenecía a las mujeres (Gómez et al., Citation2016). Pero a pesar de estos roles asignados socialmente las autoras destacan que estas mujeres durante la década de los 70 tomaron el liderazgo en el desarrollo de técnicas, recursos y oportunidades de participación para personas con discapacidad. Así es como Gómez y colegas (Citation2016) concluyen que en Latinoamérica “la terapia ocupacional se constituye en una oportunidad que tiene la mujer para declarar su autonomía como ser humano y desarrollar su capacidad de contribuir a la sociedad de una forma distinta a la declarada como don natural” (p. 91).

Además de los trabajos focalizados en analizar cómo los géneros han influido históricamente en la evolución de la terapia ocupacional, se han identificado trabajos preocupados por el peso de esta categoría en el desarrollo contemporáneo de la profesión. Así, se ha identificado un interés por analizar los roles que desempeñan hombres y mujeres dentro de la disciplina. Birioukova y colegas (Citation2012) hicieron un estudio para entender cómo los estereotipos de género afectan a los hombres terapeutas ocupacionales en una región de Canadá. Las autoras detectaron que los profesionales hombres experimentan expectativas por parte de otros, asociadas al control de pacientes agresivos, transferir y levantar personas con sobrepeso u objetos pesados aplicando y reforzado el rol de hombre como valiente, fuerte y con poder. Otro aspecto que algunos terapeutas ocupacionales hombres manifestaban es la falta de sensibilidad cuando viven situaciones de burnout o estrés laboral siendo hombres ya que los roles de género dictan que estas situaciones son más propias de las mujeres. De forma similar, Maxim y Rice (Citation2018) publican un estudio en el cual se analiza la posición de los hombres dentro de la terapia ocupacional. Llama la atención en este caso que las autoras refieren que para algunas personas usuarias de los servicios de terapia ocupacional un profesional masculino podría ser un modelo a seguir. Lo cual pone en duda la capacidad de las profesionales mujeres para representar un espectro amplio de roles. En el mismo texto exponen también que los hombres que participaron en la investigación estaban en mayor grado de acuerdo en que hay roles profesionales que se ajustan mejor a ser desempeñados por profesionales de un género en concreto, reproduciendo roles de género estáticos y discriminatorios. Todo esto nos hace concluir que aún en la actualidad dentro de la disciplina el binarismo de género sigue siendo una corriente predominante a la hora de interpretar los roles asociados a cada género.

Muy en relación con esto último Beagan y Fredericks (Citation2018) reflejan el debate existente en los últimos años acerca de la necesidad de reclutar hombres con el objetivo de hacer la disciplina más equitativa. Estas autoras, aunque entienden la necesidad de incorporar mayor diversidad en la profesión, difieren en su planteamiento ya que por un lado pareciera que se estuviera privilegiando su entrada y por otro el hecho de que no entren en la disciplina se relaciona con los estereotipos impuestos por la hetero-masculinidad que interpretan el dedicarse a una profesión feminizada como un “paso atrás”, aunque una vez dentro escalen en posiciones de poder más fácilmente. Es por ello que estas mismas autoras argumentan que los hombres que desean entrar a la profesión de la terapia ocupacional deben ser conscientes de su posición de privilegio dentro del mundo laboral, responsabilizarse de ello y hacer un esfuerzo activo por no reproducir estereotipos patriarcales en su práctica.

Por último, se ha identificado un interés por entender cómo todas estas ideas sobre los géneros se incluyen también en los currículos formativos de las terapeutas y científicas ocupacionales (Sarmiento et al., Citation2018). Para ello las autoras desarrollan una investigación con alumnado en el que a través de problematizar el constructo de género analizan cómo afecta en su vida personal y desarrollo profesional. Se concluye que estos estereotipos se perpetúan en ambas esferas de la vida y además observan que a lo largo de la formación no se generan espacios de reflexión crítica con respecto a esta categoría y por lo tanto incentivan la creación de estos espacios de debate.

Discusión

Este trabajo ha permitido sintetizar y analizar diferentes formas de entender el constructo de género predominante en los estudios sobre la ocupación humana a lo largo de la historia. Los resultados identifican dos abordajes diferenciados pero que se retroalimentan: Principales aproximaciones al género en la investigación ocupacional: abordaje de las ocupaciones desde el binarismo de género u oportunidades ocupacionales situadas, así como la importancia de los géneros para entender los cimientos y desarrollo de una mirada feminista en los estudios de la de la ocupación.

Las diferencias entre los abordajes identificados en los documentos incluidos en los estudios se relacionan a un entendimiento del género como un continuum en el que los límites no son claros ni estáticos. Asimismo, se observa que la literatura revisada tiende a ser más crítica a medida que evoluciona la disciplina. Esto podría estar muy influido por los esfuerzos que los movimientos feministas han hecho tanto en su vertiente política en las calles como en su vertiente teórica en la academia lo cual tendría un impacto en la incorporación en las últimas décadas de la agenda emancipadora, reclamada tanto por la sociedad como por académicas y profesionales (Gerlach et al., Citation2017). Esta transformación en la comprensión del género como categoría de análisis y su relación con las ocupaciones, resulta positiva, puesto que permite aplicar una perspectiva crítica sobre la práctica profesional e investigadora a lo largo de los años destapando los diversos espacios de opresión, marginalidad, o exclusión basados en las interpretaciones del género, pero también aquellos espacios de resignificación y oportunidad. Esto nos permitirá reevaluar las formas en las que la identidad de hombres y mujeres ha sido tratada y plantear nuevas estrategias para transcender el binarismo hegemónico en favor de representaciones situadas e interseccionales de los géneros.

Tal y como hemos presentado en la introducción, desde posiciones feministas críticas comunes en las investigaciones recogidas en la subcategoría Construcción dinámica, situada e interseccional del género: oportunidades ocupacionales situadas, se reconoce que las personas deben ser libres para crear su propia identidad personal y expresarla a través de las ocupaciones que resulten realmente significativas. Para garantizar esto es necesario romper con la dicotomía hombre/mujer y generar espacios en los que las personas puedan crear múltiples formas de expresar su identidad a través de la ocupación; es decir múltiples masculinidades, múltiples feminidades, ninguna de ellas o ambas (Sakellariou y Pollard, Citation2008). Para cumplir este propósito es importante como profesionales e investigadoras de la ocupación profundizar en la relación entre los géneros y la ocupación de modo que este conocimiento se emplee en la práctica y así no se perpetúen sesgos de género. Así, nuestra práctica podría también propiciar plataformas para la resignificación de los géneros y para trabajar hacia la construcción conjunta de una sociedad más justa. Para ello es necesario que las científicas ocupacionales se posicionen desde un lugar que tenga en cuenta las relaciones de poder y condiciones sociopolíticas que influyen en la generación de conocimiento abriendo espacios para cosmovisiones y epistemologías diversas (Farias et al., Citation2016; Huff et al., Citation2018; Magalhães et al., Citation2019; Rudman, Citation2018).

En este sentido, la segunda categoría El peso del género en el entendimiento de los cimientos y desarrollo del estudio de la ocupación, parece indicar que, el proceso de toma de conciencia colectiva sobre el papel de los géneros en la historia del estudio de la ocupación está presente en la literatura. Si bien este discurso, todavía no es central en la disciplina, cada vez son más las voces que reclaman el reconocimiento del significativo papel de distintas categorías sociales, como el género, la raza o la clase, entre otras, en el desarrollo y avance de las ciencia de la ocupación (Farias y Rudman Citation2016; Gerlach et al., Citation2017; Núñez, Citation2019; Whiteford y Hocking, Citation2012).

En resumen, los resultados han puesto de manifiesto que incluir una mirada crítica respecto a las categorías sociales como el género, permite identificar cómo este constructo puede convertirse en un espacio de opresión y desigualdades sociales, pero a su vez también destapar nuevos espacios de oportunidad. De esta manera se promueve un entendimiento crítico de la ocupación en relación a categorías sociales, no exclusivamente el género, como un medio de capacitación, transformación, empoderamiento a nivel personal como a nivel social (Angell, Citation2014). En este sentido, este trabajo contribuye al avance del entendimiento dinámico e interseccional de los géneros en relación a la ocupación para promover enfoques más sociales, sensitivos y críticos en la investigación y práctica basada en la ocupación.

Fortalezas y limitaciones

La inclusión de textos en español, inglés y portugués representa una fortaleza de este estudio. Incluir y relacionar literatura de localizaciones y culturas diversas, contribuye al avance del desarrollo de la ciencia de la ocupación a nivel mundial a la vez que refuerza las perspectivas y posicionamientos locales. Asimismo, representa desafíos, como, por ejemplo, la necesidad de no utilizar una estrategia de búsqueda homogénea, puesto que la indexación y recuperación del material es diferente en distintos contextos. Consideramos de gran relevancia, estar familiarizadas con estos idiomas y culturas, para poder aproximar el contenido de forma contextualizada. En este caso, las tres autoras, comprenden a nivel académico los idiomas seleccionados y tienen experiencias profesionales en muchos de estos contextos. No obstante, esto mismo es una limitación ya que no permite hacer una panorámica global de todo el conocimiento desarrollados en esta materia, especialmente en espacios fuera de Europa o América.

Si bien la estrategia de búsqueda ha sido lo más comprehensiva posible, textos potencialmente relevantes han podido quedar fuera como podrían haber sido tesis doctorales, trabajos de final de grado, libros, o cartas al editor. Del mismo modo realizar una búsqueda en plataformas en línea puede haber limitado el acceso a material histórico que no está digitalizado y al que es complejo acceder.

Declaración de Intereses

Los autores declaran que no existen conflictos de intereses. La idea en la que se basa este estudio parte de una versión previa, en la que no se incluía la revisión en castellano y portugués, correspondiente con el trabajo de fin de grado de la primera autora denominado “Terapia ocupacional y género: exploración de su relación histórica a través de la literatura científica” el cual fue presentado en la Conferencia de Estudiantes de terapia ocupacional de la Brunel University (2017) en Londres (Reino Unido) y en la Conferencia de Occupational Science Europe 2017 en Hildesheim (Alemania).

ENGLISH

From the beginning, occupational science has focused on understanding and studying human occupation, paying attention to its underlying social, cultural, and historical aspects (Dickie et al., Citation2006). One of the key constructs that has contributed to further the debate about these elements has been the Occupational Justice Framework (Wilcock & Townsend, Citation2000), the development of which helped deepen the study of occupation from a critical perspective, emphasizing the relevance of social, political, historical, cultural, and economic contexts in the (re)production of occupational injustices (Gerlach et al., Citation2017; Rudman, Citation2018). In addition, various researchers have promoted diverse ideological, geographical, and field-related perspectives, and rejected individualism in favor of collective perspectives (Rudman, Citation2018). This theoretical and pluralist development has supported the emergence of a critical and transformative agenda within occupational science, highlighting its social responsibility and the focus on inequality issues at the global and local levels, in support of a more equitable society (Farias & Rudman, Citation2016; Gerlach et al., Citation2017; Whiteford & Hocking, Citation2012).

In the past few years, this critical and transformative agenda has become manifest in studies that stress the relationship among occupation, social categories (race, class, gender, social standing, sexual orientation, and age, among others), and power-related issues resulting from the engagement in meaningful occupations (Angell, Citation2014; Rudman, Citation2013). Specifically, Farias and Rudman (Citation2016) argued that a key issue is to denaturalize the basic foundations of occupational science in order to reveal and transform occupational injustices in line with this critical agenda. An analysis, however, that provides an all-encompassing view of how occupation-related research has addressed these social categories is still not available. To help deepen this line of occupational science knowledge, we explored the role of one of these categories, that is, gender, in occupation-related literature.

The concept of gender and the study of human occupations

During the past few years, multiple feminist critical theorists (Acker, Citation2004; Butler, Citation2007; De Lauretis, Citation1987; Haraway, Citation1984; Preciado, Citation2009; Witting, Citation1992) have problematized the idea of recognizing ‘women’ as a universal subject of feminism since this category is hardly universal and static. This line of thought understands that gender is not an essential attribute of people regarding their sex but rather the result of various material and symbolic meanings that are produced and reproduced continually through social agency, under the influence of a complex set of cultural and historical relationships (Acker, Citation2004; Butler, Citation2007). Based on this strand, the authors understand that the gender construct is a configuration of multiple versions of gender at different moments in time and locations, influenced by the intersection with other categories, such as race, ethnicity, religion, or social class (Acker, Citation2004). As expressed by De Lauretis (Citation1987) “the construction of gender is both the product and the process of its representation” (p. 5) where the product is the gender with which people identify in society, and the process are all those actions that they conduct to represent such gender.

This approach to the construct of gender rejects, therefore, traditional man/woman binarism, considering it to be a social and not a natural fact (Witting, Citation1992). However, we need to be aware that historical reality—and even the current state of things—is still overly influenced by an interpretation whereby the hierarchical order establishes the superiority of male over female, leading to abundant injustices that take place in everyday situations within the population (de Miguel, Citation2003). For this reason, De Lauretis’ (Citation1987) proposition is interesting in terms of the existing situation with the genders whereby even in rejecting the sex-gender association it stresses that the category of “woman” as an historical subject is a reality that has been, and still is, built through social relationships. For that reason, she acknowledged the current coexistence of the hegemonic discourse and the marginal discourses of the genders and that this is the place where resistance and self-representation spaces are established.

Based on this approach, the term ‘gender’ is used in this study to denote the multiple versions of gender influenced by other categories, such as race, ethnicity, religion, or social class, the intersections of which have the potential of creating inequalities and resistance at the global level (Solar & Irwin, Citation2010). Hence, by understanding that genders are built through participation in socially valued actions and spaces, the importance of occupations as mediators is thus made clear. In this sense, occupations are crossed by this social category since they determine each person’s place in society and whatever opportunities he or she can have, leading to numerous gender-based occupational injustices (Angell, Citation2014). Notwithstanding, these gender differences and inequalities are often naturalized in patriarchal societies, so there is a need to be aware of their existence as a first step to their transformation (Cantero-Garlito et al., 2012).

The theoretical development of occupational science and occupational therapy as part of social reality is not devoid of the influence of these gender-related ideas and roles that perpetuate inequalities (Crasnow et al., Citation2018), which can also be extended to the study of human occupation as part of global scientific efforts. While there is a growing number of studies that approach gender as a mediator of occupations in specific collectives or from specific perspectives (Angell, Citation2014; Huff et al., Citation2018; Sakellariou & Pollard, Citation2008), it is crucial to examine how the construct of gender has been used in occupational therapy and occupational science research. For that purpose, we suggest addressing how the concept has been understood by researchers in their studies about occupation throughout history, and the meanings they assigned to it as a mediator of occupations. This study aims to contribute to global dialogue about the different forms of occupational injustice and the alternatives for change by means of identifying and denaturalizing gender in literature.

Methodology

A scoping review of the literature was conducted following the methodology proposed by Arksey and O’Malley (Citation2005). This methodology is particularly suited to areas that are either complex or have not been thoroughly reviewed, as it allows for the identification of relevant material to provide a sampling framework instead of focusing on highly structured relevance searches. In addition, it supports the review of current knowledge creation related to the construct of gender; relevant approaches and vision; how information is organized; and what has yet to be developed. In this case it identifies, in a situated/contextualized manner, the different conceptions used by researchers about the concept.

In our case, we focused on reviewing the uses given to the construct of gender and the perceptions concerning the gender-occupation relationship across occupational science and occupational therapy research, based on selected databases until 2019. This methodology was selected because the relevant articles were expected to have diverse approaches and designs, thus allowing the search to be focused on the centrality of the gender construct itself, and not in terms of the studies’ designs. In order to include the widest diversity of works possible, we looked for publications in English and Spanish. We used a combination of the following descriptors in English and Spanish in the Pubmed, Web of Science, Scopus and CINAHL databases: occupational science or occupational therapy (as descriptors of the study of human occupation), and gender, feminism, or women. Following Arksey and O’Malley’s (Citation2005) goal of keeping a broad approach in the search, and since the aim is to conduct an analysis of how these interpretations have evolved throughout the history of occupation-based research, no time limits were established for the search, collecting all the articles available in the databases up to 2019. This explains the decision to use occupational therapy and occupational science as descriptors, considering occupational therapy as the first discipline that focused its research on occupation, which influenced the further emergence of occupational science.

In the initial search, we identified that literature developed in South America and Spain was not included in the selected databases. For that reason, we used the same descriptors to hand search the four most relevant journals that publish human occupation-related articles in these locations (Cuadernos Brasileños de Terapia Ocupacional, Revista Ocupación Humana, Revista Chilena de Terapia Ocupacional, and Revista Terapia Ocupacional Galicia). The search revealed several publications in Portuguese, a language understood by two of the authors. The decision was made to expand the scope to articles written in Portuguese so as to guarantee wide representation of perspectives.

The selection of articles took place in two stages: 1) Reading the title, abstract, and keywords, and 2) reading the full text. As an inclusion criterion, the articles should address the concept of gender as a relevant aspect for human occupation, bringing to light the links between the construct and occupation under any conceptual perspective and at any level. In other words, all articles that elaborated the interweaving of gender and occupations were selected, including those that theorized the concept of gender as it relates to occupation. Articles that only mentioned gender as a demographic variable, without going into further details, were excluded.

The search () identified a total of 1,525 articles, of which 752 were excluded as they were duplicates. Of the remaining 773 articles included in the first stage of the analysis, 657 were excluded after applying the inclusion and exclusion criteria by collating the title, abstract, and keywords. Of the remaining 116 articles, 55 were selected for analysis in the second stage (Appendix 1).

Figure 1. Article Search and Selection Results

Figure 1. Article Search and Selection Results

The data analysis process took place through the content analysis method (Krippendorff, Citation1990), which involves focusing on the contents of human communication to infer the relationships among them, creating a code and category system based on which several interconnection and hierarchy levels can be established. For this, text fragments denominated ‘analysis units’ were initially located, which included gender-related definitions, roles, and/or occupations, as well as contradictions between theoretical stances and research applications. For example, one article stated that “gender ideology defines what it means to be a man or a woman in any given society”, but the research itself naturalized that women have an inborn readiness to take care of their husbands or that men hand over care-related tasks to other people or services (Corcoran, Citation1992, p. 1007). Once the analysis units were extracted, the contents that established gender-occupation relationships were identified in each article, creating a ranking through codes. After identifying the codes, connections/resonances were looked for among the ways to understand the gender-occupation relationship (or ‘codes’), always considering the context in which these concepts were expressed. The codes were then grouped according to their similarities, establishing the knowledge ‘categories’.

This categorization process resulted in two interrelated categories, namely: Main approaches to the construct of gender in occupation-based research, which included two subcategories: a) addressing occupations from the gender binarism that reflects perspectives of opposing occupations for men and occupations for women from a dichotomous and patriarchal perspective; and b) situated occupational opportunities that involve approaches highlighting the contextual, dynamic, and intersectional nature of the genders and their impacts on occupations. The second category explained the construct of gender in order to understand the foundations and development of a feminist perspective within occupation-related studies. Both categories overlapped and fed one another, leading to a comprehensive perspective of the gender issue in the study of occupation.

The article selection and analysis process took place using the research triangulation method (Patton, Citation2002) to reveal and minimize biases that could emerge when the analysis is conducted by only one researcher. Thus, the goal was to increase the soundness and quality of the qualitative analysis. The selection of the articles and their analysis was led by the first author with ongoing discussion with the rest of the authors, who questioned some decisions and interpretations, until at least two authors reached an agreement.

Findings

The main approaches to the construct of gender in research: Gender binarism and occupational opportunities

The articles reviewed address the construct of gender basically in two different ways. Some studies described the differences among male and female occupations without providing further details about what drives them, while others addressed gender and its relationship with occupation in a situated, dynamic, and intersectional way, delving deeper at varying degrees into the burden of patriarchal societies in the source of these differences.

Addressing occupations from gender binarism: A dichotomous and patriarchal construction of gender

This first category is composed of only three investigations that addressed genders as determinants of occupations, shaping and establishing differences between the existence of two genders—which are taken for granted—without questioning the reasons that explain their emergence. Thus, differences were identified between occupations for men and for women (Agulló-Cantós et al., Citation2019; Corcoran, Citation1992; Leufstadius et al., Citation2013). These studies neither addressed nor questioned the reasons for these differences, nor the structures that underpin such dualities. For example, from the US, Corcoran (Citation1992) analyzed the strategies used by persons whose partners suffer from dementia to perform the caregiving role. The author found differences in the way in which husbands and wives performed this role: men caregivers often addressed the task delegating actions to other people and hiring services, while women’s attitude was focused on direct care. Similarly, in research performed in Spain (Agulló-Cantós et al., Citation2019), the authors discussed the roles and interests of men and women caregivers and identified that women value more caregiving roles while men assign more value to roles linked with work and social relationships. Both papers addressed an extensively discussed role by feminist theory given the implications it has for women, something none of the texts revealed.

Another example of how this conceptualization manifests in research is in the document by Leufstadius et al. (Citation2013), about the interests and occupations of people in a mental health unit. The authors suggested that the occupations found meaningful by men and women match those associated with genders; for example, women chose sewing while men chose carpentry. The authors labelled these occupations as traditional, but failed to question either the reasons why they were chosen or the range of leisure occupations available in comparison.

Situated occupational opportunities: Dynamic, situated, and intersectional gender construction

The second approach found in the reviewed literature matches a broad array in which researchers contextualize and situate occupations, and where genders are a fundamental social category that crosses and shapes them, stressing the influence that occupational engagement has on genders. While these studies (34 articles) are characterized by sharing a critical epistemology or critical-feminist theory, there are differences in the extent to which the texts address these tenets.

On the one hand, a group of authors recognized the structural influence gender has on occupations, even if the idea was not part of the study’s main theme or theoretical articulation. While these analyses do not explicitly elaborate on the epistemological gender stance they use, they do identify the existing links between the gender of the study’s subjects and the occupations being discussed (Dehays et al., Citation2012; Esteban-Gálvez, Citation2016; Ferreira-Marante et al., Citation2017; Fonseca et al., Citation2018; Gutman, Citation1998; Maceira-Dominguez et al., Citation2018; Martínez & Vergara, Citation2016; Pedraza, Citation2014; Pollard & Walsh, Citation2000; Torrico-Mayol et al., Citation2008).

One example of this is found in the article by Fonseca et al. (Citation2018), where the main theme of the research is the meaning assigned to eating in company. After their analysis, the authors made reference to the way in which gender differences influence one of the occupations implied in the process, namely food preparation, which is traditionally associated with women under the patriarchal system. Similarly, in a study focused on female room cleaning staff, the authors discussed how this job impacted the health of the participants and argued that gender is an important driver of the fact that this socially undervalued and care-related task is performed by women (Ferreira-Marante et al., Citation2017). In both cases, the authors failed to explicitly elaborate an argument about why they questioned these situations, but it could follow that they were aware of the traditional gender differentiation existing among occupations.

Another focus of attention related to gender as a structural determinant was understanding how it directly impacts the occupations associated with the female gender, for example household chores, motherhood, or disability (Cortina-Roa, Citation2018; Dos Santos et al., Citation2019; Ferigato et al., Citation2018; Gutierrez et al., Citation2015; Jones et al., Citation2015; Nahmias & Froehlich, Citation1993). The authors of these studies explained that women were exposed to certain occupations and situations just on account of being women within the traditional social order. For example, a study conducted in Brazil (Dos Santos et al., Citation2019) discussed the feminization of caregiving work to understand how the fact of being born a woman with limited resources and no access to education was a crucial driver to end up performing such roles, also highlighting the influence of other social categories. Similarly, Ferigato et al. (Citation2018) discussed the occupational intervention potential in pregnant women through their corporality, understanding that pregnancy entails unique occupations for women that are filled with meanings at different levels (occupational, emotional, social, physical, cultural, economic, and physiological).

On the other hand, there was an important group of investigations that explicitly rendered the way through which genders are structural determinants that have a bearing on people’s occupational choices and act as mediators in such choices based on the gender with which people identify themselves (Angell, Citation2014; Aravena-Arroyo et al., Citation2019; Avillo et al., Citation2015; Avrech et al., Citation2016; Beagan & Saunders, Citation2005; Cortina-Roa, Citation2018; De Melo, Citation2016; Dos Santos et al., Citation2019; Dowers et al., Citation2019; Ferigato et al., Citation2018; Goodman et al., Citation2007; Gutierrez et al., Citation2015; Jones et al., Citation2015; Leite-Junior & Lopes, Citation2017; Nahmias & Froehlich, Citation1993; Phoenix & Ghul, Citation2016; Schneider et al., Citation2019).

This is apparent in an article written by Beagan and Saunders (Citation2005), who discussed how certain occupations build a gender identity among young men. In the paper, the authors suggested that these men identified several occupations connected with masculinity, for example exercising, and rejected others that move away and are more linked with femineity, for example going on a diet. Several other authors shared this approach in works focusing on the community of transgender people, paying special attention to the way by means of which identities are built through occupations (Aravena-Arroyo et al., Citation2019; Avrech et al., Citation2016; Dowers et al., Citation2019; Leite-Junior & Lopes, Citation2017; Phoenix & Ghul, Citation2016; Schneider et al., Citation2019).

These studies reveal the strategies used by transgender people to transition to the felt gender, reflecting that many of the occupations of this collective are related to the social stereotypes associated to the gender with which they identified, but also that they relinquished others in order to fit in with their felt gender, resulting in the reconstruction of their identity (Phoenix & Ghul, Citation2016; Schneider et al., Citation2019). This clearly reveals that occupations allow this collective to build their own identity and become integrated into society through their gender expression, although it also highlights that this process is not an easy one since taking part in certain occupations can lead to discrimination based on transphobia and cisnormativity (Avrech et al., Citation2016; Dowers et al., Citation2019; Leite-Junior & Esquerdo-Lopes, Citation2017). Most texts dealt with cases in which transitions took place within traditional binary categories. However, all of them stressed that these transitions do not always need to match hegemonic categories, but that the participation in a meaningful set of occupations can lead to spaces that build a gender identity that goes beyond traditional norms.

Finally, interest in explaining genders as part of a framework that interacts and intersects with other social categories was identified, thus underscoring its situated, multiple, and dynamic nature (Almeida & Lugli, Citation2018; Angell, Citation2014; Cortina-Roa, 2019; Dos Santos et al., Citation2019; De Melo et al., Citation2014; Dowers, Citation2019; Grandón-Valenzuela, Citation2018; Huff et al., Citation2018; Méndez-Montaño et al., Citation2013; Rivas-Quarneti et al., 2017; Vidal-Sánchez et al., Citation2018; Waring, Citation2017). For example, Angell (Citation2014) detailed that, from that point of view, gender construction cannot be seen as independent from other social categories (class, race, ethnicity, sexuality, and other power relations) where genders are constantly being produced and assigned with new meanings. Vidal et al. (Citation2018) discussed how caregiving occupations performed by women cannot be addressed without understanding the links between the patriarchal and the capitalist system. This idea was also suggested by Waring (Citation2017), who additionally explained that this leads to situations of over-occupation, when women take care of household chores and work outside the house. The former impacts these women’s likelihood of engaging in meaningful occupations that guarantee their right to leisure and self-care.

Cortina-Roa (2019) discussed the particular traits in the experiences of Colombian adolescent mothers, articulating how these women’s experiences were organized within the framework of different social categories, such as for example of female gender; being from a rural origin, migrants, or displaced; and becoming mothers before turning 18 years old. Another example is in the research by Rivas-Quarneti et al. (2017), which focused on everyday occupations within a group of migrant women in Spain, evidencing that the vulnerabilities that they experienced and their engagement opportunities were directly impacted by three social categories: gender, race, and socioeconomic status.

In a final example, Huff et al. (Citation2018) exposed a way of understanding genders that included a critical view of the spaces in which knowledge is generated by linking the Africana WomanismFootnote1 theory with occupation. From this perspective, gendered occupations are a political act as they make situations of oppression, marginalization, and exclusion explicit, but also power and opportunity. To argue for this new way of understanding gender, as opposed to Western approaches, the authors discussed the main ideas of this philosophy applied to occupation, focusing in three basic concepts: situationality, holism, and collectivism. Situationality suggests that gender is a fluid concept dependent on context based on the occupations in which people are engaged, becoming a malleable and dynamic construct. For example, in rural Tanzania, economically powerful older women without children become a ‘husband’ by marrying a younger woman of childbearing age to cohabitate and collectively mother the offspring (Cruz, Citation2015). In terms of holism applied to gender, the authors understood that this category had an impact on the entire life of each person with its particularities, thus revealing the specific forms of being and doing related to women from the interplay with other factors (race, age, class, and/or ethnicity). To illustrate this, the authors suggested how the occupation of maternity becomes a collective and shared occupation and a means to gain status within a community. Finally, collectivity is understood as an idea that values human capacities through their interactions with others, as opposed to individualism (and genders). An example of this is rotating credit associations devised by women, which establish collective spaces for women by means of which they maintain their social, political, and economic worth.

The construct of gender to understand the foundations and development of a feminist view of occupation-related studies

The 18 studies informing this category identified how genders have been a fundamental element to reformulating the origins, power spaces, and the configuration of occupational therapy as a profession, and, subsequently, of occupational science. This social category seemed to be critical to understanding the present moment in the study of occupation, positively assessing the past and present relevance of women in advancing the discipline, for example, by focusing on themselves as a collective to discuss historical situations in which the traditional interpretation of genders has led to limitations but also to opportunities.

There has been wide interest in the training and development of occupational therapists in the United States, starting from a feminist view during the nineties (Frank, Citation1992; Hamlin et al., Citation1992; Loukas, Citation1992; Miller, Citation1992; Reese, Citation1987). Specifically, these authors discussed how the feminist movement impacted other disciplines and the similarities with occupational therapy, as well as its theoretical and practical implications for the studies on occupation. Frank (Citation1992), Hamlin (Citation1992), and Reese (Citation1987) highlighted how the founders of the discipline conceptualized work according to the roles people played in society. For example, manual occupations (carpentry, ceramics, weaving, among others) and working directly with people were traditionally considered women’s work and were associated with their role as family caregivers. According to Hamlin (Citation1992), this was how the perception of occupational therapy as a female discipline came to be. The authors explained that this perception can be understood if framed within the patriarchal social context of the time, when it was expected that women who joined this discipline to be mindful, caring, mothering, enthusiastic, resourceful, versatile, gentle, and willing to be available for their patients (Hamlin, Citation1992; Oliveira-Figueiredo et al., Citation2018). For example, Fuller (Citation1913) wrote: “The personality of the teacher or nurse becomes a relevant factor. Her total enthusiasm and love for what she does has a powerful influence on the patient” (p. 5).

In terms of the sociodemographic profile of the women who joined the profession early on, Hamlin (Citation1992) argued that the founders of the discipline in 1917 at first recruited middle and high-class educated women “willing to give everything for the profession” (p. 1032), since in those times only middle-high class women had access to education and charity networks and could be trained in certain areas (Frank, Citation1992; Morrison, Citation2011; Oliveira-Figueiredo et al., Citation2018). Along these lines, it was explained that this led to the exclusion from the discipline of many underprivileged women or those who belonged to ethnic minorities due to prevailing racial and class segregation (Angell, Citation2014; Frank, Citation1992). Once again, this reveals the multiple connections existing among genders and other social categories that build barriers and opportunities for the participation of different groups of people.

Following this argument, Frank (Citation1992) explained that most women who established occupational therapy at the beginning and began to work as occupational therapists were either single or widows, since according to the prevailing cultural patriarchal model working and being married were inconsistent within society’s middle-high classes. It was not until the 1950s, and thanks to the struggle of the feminist movements, that it became acceptable for women to work outside the household (Loukas, Citation1992; Oliveira-Figueiredo et al., Citation2018). In her work, Loukas (Citation1992) suggested that from that date on occupational therapists were often encouraged to work half-time, since that allowed them to work and take care of their homes at the same time, with the additional benefit that work would provide them with useful skills to be used in their occupations as mothers and housewives. Again, we see how at the time a role as caregiver was inseparable from being a woman.

This same concern appeared in the works by Loukas (Citation1992) and Primeau (Citation1992), who identified that performing the roles of housewife, mother, and professional meant an overlapping of occupations, leading to a workload that could compromise the well-being of women. Thus, there was a need to acknowledge household chores as a job so that this occupational role could be equally valued. In addition to identifying this in the first person, Loukas and Primeau made a further suggestion: occupational therapists should prepare their female clients to return to both jobs, but also to conduct actions to revert imbalances in caregiving tasks. This makes it clear how these authors were perfectly aware of the social roles assigned to genders, in addition to recognizing the opportunities and spaces for reconstruction involved in the caregiving role.

In more recent studies, Morrison (Citation2011, Citation2016) added to the arguments proposed three decades earlier by Loukas (Citation1992) and Primeau (Citation1992) about the role of the first female occupational therapists in the development of the profession. Morrison described the service and altruist values and actions that prevailed in the life of those women, many of whom rejected marriage and devoted their lives to occupations connected with charity organizations. Particularly outstanding was Hull House of Chicago, which was critically important for the development of this profession. Morrison (Citation2016) stressed that, gradually, the volunteer work carried out by these women became professional, with the case of Jane Addams, Julia Lathrop, and Eleanor Clarke Slagle in occupational therapy. The latter established a relationship with Adolf Meyer through charity networks and began to change the interventions with people with mental disorders. The author highlighted these professionals as critical in the establishment of the discipline and did the same with those who were key to its expansion: Susan Tracy, Susan Cox Johnson, and, again, Eleanor Clarke Slagle. They were aware of the obstacles that they faced as women, and as a discipline subordinated to medicine, cleverly using this situation to their benefit by strategically positioning themselves between medical men and female charity networks. This action led to new spaces of participation for them, and to gradually becoming consolidated as an autonomous discipline, validated, and present in the universities (Morrison, Citation2011, Citation2016).

While these authors discussed the impact of genders on the history of the discipline in the United States, there are works that used this same approach concerning the emergence and development of the discipline in Latin America (Gómez et al., Citation2016; Monzeli et al., Citation2019; Testa, 2018). These authors illustrated how occupational therapy, the source of occupational science, was consolidated in terms of the traditional roles in their relevant contexts (Colombia, Chile, and Argentina), and addressed the opportunities that this brought to the first women in the discipline. Monzeli et al. (Citation2019) explained that the development of occupational therapy in Latin America had been connected to the access by women to higher education around the 1950s, expanding the range of opportunities for them and including new occupations through which they could represent themselves as women within the gendered dynamics. They stressed that thanks to the fact that many women chose this profession, spaces opened to reshape the figure of women in higher education, although it was considered a female profession and hence less valued in the professional hierarchy.

In the case of Colombia, the authors stressed that training in disciplines associated with socially established gender roles was encouraged, thus reinforcing the idea that occupational therapy pertained to women (Gómez et al., Citation2016). But in spite of these socially allocated roles, the authors underscored that, during the 1970s, these women took the lead in the development of techniques, resources, and participation opportunities for disabled people. In that same line, Gómez et al. (Citation2016) concluded that, in Latin America, “occupational therapy becomes an opportunity for women to state their autonomy as human beings and to develop their capacity to contribute to society in ways that are different to what has been declared as their natural gift” (p. 91).

In addition to the works focused on discussing how genders historically influenced the evolution of occupational therapy, there are studies that dealt with the relevance of this category in the development of the profession at present. Thus, there has been an interest in analyzing the roles performed by men and women within the discipline. Birioukova et al. (Citation2012) conducted a study to ascertain how gender stereotypes impacted male occupational therapists in a Canadian region. They found that male professionals raised others’ expectations concerning the control of aggressive patients and the movement and lifting of overweight people or heavy loads, applying, and reinforcing the role of men as brave, strong, and powerful. Another aspect revealed by male occupational therapists is others’ lack in sensitivity when they undergo situations of burnout or work-related stress, since gender roles dictated that these events were more typical of women. Similarly, Maxim and Rice (Citation2018) published a study discussing the position of men within occupational therapy. Noteworthy in this case is that authors revealed that, for some users of occupational therapy services, a male professional could be a model to follow, casting doubt on the skills of female professionals to carry out a broad range of roles. The same text also revealed that men who took part in the research mostly agreed that there were professional roles that lent themselves better to being performed by professionals of a specific gender, thus reproducing static and discriminatory gender roles. All of this leads us to conclude that even at present and within occupational therapy, gender binarism continues to be a prevailing trend when it comes to interpreting the roles associated to each gender.

Along the same lines, Beagan and Fredericks (Citation2018) revealed the debate of the past few years about the need to enroll men in order to make the discipline more equitable. While the authors understood the need to introduce greater diversity into the profession, they had a different position, since on the one side they appeared to favor their access and on the other, the fact that men are not enlisting in the discipline was related to the stereotypes imposed by hetero-masculinity that consider joining a feminized discipline as a ‘step backward’, even though once inside they can climb to power positions more easily. Accordingly, these authors argued that men willing to become occupational therapists should be aware of their privileged position within the job world, take responsibility for it, and make active efforts not to reproduce patriarchal stereotypes in their practice.

Finally, an interest was identified in understanding how all these ideas about the gender are included in the educational curricula of occupational therapists and scientists (Sarmiento et al., Citation2018). For that purpose, the authors developed a study with students who, after problematizing the gender construction, analyzed its impacts on their personal lives and professional development. The conclusion was that these stereotypes are perpetuated in both spheres of life and, additionally, they revealed that throughout the training, no critical reflection spaces were put in place concerning this category. For that reason, the authors encouraged the creation of such spaces.

Discussion

This work has been useful to summarize and discuss different ways of understanding the construct of gender prevailing in studies of human occupation throughout history. The results identify two differentiated ways to address the issue but which nonetheless feed into one other. The main approaches to gender in occupational investigation have been addressing occupations from a gender binarism perspective or as situated occupational opportunities, as well as the importance of gender to understand the foundations and development of a feminist vision with occupation-related studies.

The differences within the approaches identified in the documents included in the studies are related to a way of understanding gender as a continuum with blurred and dynamic borders. Similarly, the literature reviewed tends to be increasingly critical as the discipline evolves. This could be greatly influenced by the efforts of the feminist movements—both in their political strands on the streets and in their theoretical stances in the academia—which would impact the introduction of the emancipatory agenda during the past few decades, claimed both by society and by female academics and professionals (Gerlach et al., Citation2017). This shift in understanding gender as an analytic category and its relationship with occupations is positive since it allows for a critical perspective about the professional and research practice throughout the years, exposing different spaces of oppression, marginality, or exclusion based on the interpretations of gender, but also spaces of resignification and opportunities. The former allows reassessment of the ways through which the identity of men and women has been addressed and the introduction of new strategies to go beyond hegemonic binarism in favor of gendered situated and intersectional representations.

As was expressed in the introduction, based on the critical feminist positions shared by the research collected under the subcategory Dynamic, situated, and intersectional construction of gender: Situated occupational opportunities, it is recognized that people should be free to create their personal identity and express it through occupations that are meaningful to them. To guarantee this, it is necessary to break the man/woman dichotomy and create spaces where people can create multiple ways of expressing their identity through occupations; in other words, multiple masculinities, multiple femininities, neither, or both (Sakellariou & Pollard, Citation2008). To meet this purpose, it is important for occupational scientists to delve deeper into the relationship between genders and occupation, so that this knowledge can be used in practice to prevent the perpetuation of gender biases. In that way, practice could also promote venues for the resignification of genders, to work towards the joint construction of a more equitable society. For this, occupational scientists must position themselves in a place that considers the power relations and the sociopolitical conditions that influence the generation of knowledge, opening spaces for diverse world visions and epistemologies (Farias et al., Citation2016; Huff, Citation2018; Magalhães et al., Citation2019; Rudman, Citation2018).

In this sense, the second category: The weight of gender in understanding the foundations and development of occupation-related studies, seems to indicate that the collective awareness process concerning the role of genders in the history of occupation-related studies is present in the literature. Although this discourse is still not a central piece in the discipline, there are increasingly more voices calling for acknowledgment of the considerable role played by different social categories, such as gender, race, or class, among others, in the development and progress of the occupational science (Farias & Rudman, Citation2016; Gerlach et al., Citation2017; Núñez, Citation2019; Whiteford & Hocking, Citation2012).

In sum, the results have revealed that including the critical gaze of social categories such as gender enables identification of how this construct can become a space of oppression and social inequality, but at the same time, uncover new spaces for opportunities. Thus, a critical understanding of occupation is promoted in relation to social categories, not exclusively gender, as a means for training, transformation, and personal and social empowerment (Angell, Citation2014). In this sense, this work contributes to advancing the dynamic and intersectional understanding of gendered occupation to promote more social, sensitive, and critical approaches in occupational-based research and practice.

Strengths and limitations

Including texts in Spanish, English, and Portuguese is a strength of this study. Introducing and connecting literature from diverse locations and cultures contributes to the development of occupational science at the global level, while also reinforcing local perspectives and positions. Likewise, it poses challenges, such as the need to stop using a homogenous search strategy, since the indexation and recovery of material varies in different contexts. Notably, it is very important to be familiar with these languages and cultures so as to address the content in a contextualized manner. In the case of this review, the three authors are fluent in the languages selected at an academic level and have professional experiences in many of these contexts. However, this is a limitation since it prevents a panoramic view of the entire knowledge developed on the matter, particularly in spaces beyond Europe or America.

Although the search strategy was as comprehensive as possible, potentially relevant texts were left out, as well as doctoral dissertations, final degree works, books, or letters to the editor. Similarly, searching solely through online platforms will have limited access to non-digitalized and difficult to access historical material.

Declaration of Interests

The authors declare that there are no conflicts of interest. The idea on which this study is based is based on a previous version, in which the revision in Spanish and Portuguese was not included, corresponding to the final degree project of the first author called “Occupational therapy and gender: Exploration of its historical relationship through scientific literature” which was presented at the Occupational Therapy Students Conference at Brunel University (2017) in London, UK and at the Occupational Science Europe Conference 2017 in Hildesheim, Germany.

Disclosure Statement

No potential conflict of interest was reported by the author(s).

References/Referencias

Notes

1 De aquí en adelante en este texto se utilizará el femenino genérico para hacer referencia a todas las personas que hayan desarrollado labores de investigación.

2 El Africana Womanism es una teoría desarrollada por Hudson-Weems (Citation2001) que cuestiona el pensamiento feminista tradicional a través del análisis de las vivencias, las perspectivas y los diálogos entre mujeres afrodescendientes de modo que se ponen en cuestión las implicaciones patriarcales como base única para entender las experiencias de este colectivo y destacan el lugar de la raza en esta situación.

1 Africana Womanism is a theory developed by Hudson-Weems (Citation2001) that questions traditional feminist thinking through the analysis of Afro-descendant womeńs experiences, perspectives, and dialogues in a way that casts doubt on patriarchal implications as the sole basis to understand the experiences of this collective, highlighting the role of race.