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ALCOHOLISMO, ANARQUISMO Y DEGENERACIÓN EN LA BODEGA DE VICENTE BLASCO IBÁÑEZ

Pages 485-503 | Published online: 17 Dec 2009
 

Notes

1. En relación con la importante presencia del alcoholismo en la mala vida, los autores de La mala vida en Madrid escribían: “La mala vida es alcohólica, y el alcoholismo en ella es a la vez causa, síntoma y consecuencia, todo enredado tan inextricablemente, que sólo procediendo caso por caso sería posible desenredarlo” (Bernaldo de Quirós y Llanas Aguilaniedo 95). En conexión, más específicamente, con los males asociados con la clase trabajadora, Eusebio Gómez, autor de La mala vida en Buenos Aires (1908), criticaba los excesos y la inmoralidad a los que conducían las huelgas y revueltas políticas, a las que asociaba con la criminalidad y la “mala vida”.

2. En conexión con el vínculo entre el alcoholismo y la degeneración racial, véase la Introducción a este número especial. Información más detallada sobre este tema se puede encontrar en CitationHuertas García-Alejo (61–9), Campos Marín y Huertas, “Alcoholismo y degeneración”, y CitationCampos Marín, “La recepción del degeneracionismo” y Alcoholismo, medicina y sociedad (55–81).

3. Sobre la idea de una Naturaleza armónica y providente como contrapunto crítico del orden social existente en el anarquismo español, ver Álvarez Junco 43–64.

4. Con respecto al concepto de “enfermedad social”, véase Campos Marín “La sociedad enferma” 1099 y Campos Marín y Huertas “El alcoholismo como enfermedad social”.

5. “¡Son ricos!” La Lucha de Clases (6-I-1895). Citado en Campos Marín, “Herencia biológica” (83).

6. “El Kurdin club.” La Lucha de Clases (3-III-1895). Citado en Campos Marín, Alcoholismo, medicina y sociedad (225).

7. Ver Girón Sierra (150–5, 213–21) y Álvarez Junco (139–46) en conexión con el anarquismo, y Campos Marín (Alcoholismo, medicina y sociedad 220–7) con respecto a la reacción de los socialistas. El evolucionismo impregnó el discurso de anarquistas y socialistas por igual. Tanto los unos como los otros rechazaron la interpretación burguesa del darwinismo social por las implicaciones sociales que acarreaba. Una manifestación clara de este rechazo fue el uso político que tanto anarquistas como socialistas hicieron de la degeneración para tachar a los burgueses de degenerados e incapaces. Algo que hay que tener en cuenta es que los anarquistas contaban con un número mucho mayor de publicaciones que los socialistas, y por ello el tema aparece constantemente en la prensa anarquista, de donde se han obtenido gran parte de las fuentes sobre este tema para el presente trabajo. Agradezco esta aclaración a Ricardo Campos Marín.

8. En El darwinismo en España, Núñez incluye, entre otros, una antología de textos aparecidos entre 1885 y 1905 en conocidas publicaciones anarquistas en las que sus autores refutan enérgicamente la teoría darwinista de la lucha por la existencia. Entre ellos constan dos artículos de Anselmo Lorenzo de 1886 y 1900 (“Refutación de un sofisma” y “Falsedad de la lucha por la existencia”). El espacio de tiempo que separa estas dos publicaciones y el hecho de que ambas son muy parecidas da una idea de la continuidad de esta línea ideológica a lo largo de los años.

9. Véase también, a este respecto, Lorenzo, “Refutación” (en Núñez 343–8) y “Falsedad” (en Núñez 353–60). En conexión con la concepción de una Naturaleza justa y armónica, ver nota 3.

10. Lorenzo, Generalidades Sociales (22), en Álvarez Junco (144), y “Refutación”, en Núñez (347).

11. La palabra “útil” es usada, en estos escritos, con el sentido de “productivo”, del mismo modo que en los discursos burgueses de este período.

12. “Arte y Ciencias. Carlos Darwin.” La Revista Social 50 (1882): 3. Citado en Girón Sierra (152).

13. La asociación de las clases trabajadoras con la fortaleza y la virtud, así como la descripción de la burguesía como corrupta e inmoral, no es algo específico del discurso anarquista de finales del siglo XIX y principios del XX sino que ya había caracterizado a la ficción popular de mediados del siglo XIX, cuya manifestación más clara fueron los folletines. En este sentido es interesante observar que Blasco Ibáñez comenzó su carrera literaria trabajando como amanuense para el folletinista Manuel Fernández y González.

14. El ficticio Fernando Salvatierra, representante de la “idea”, del anarquismo, en La bodega, está basado en el conocido ideólogo anarquista Fermín Salvochea, quien vivió entre 1842 y 1907. Sobre la vida y pensamiento del personaje real, véase Varios Autores.

15. La ociosidad se contraponía al trabajo productivo y al progreso económico y social. Esta concepción del ocio y el énfasis en la ética del trabajo, el provecho y la utilidad tenían mucho que ver con la nueva ideología de liberalismo económico y racionalismo científico característicos de la nueva era capitalista. Representantes de esta ideología fueron autores británicos como Samuel Smiles y Jeremy Bentham, quienes tuvieron un importante impacto en España a partir de las últimas décadas del siglo XIX (Trinidad Fernández “La reforma de las cárceles” 88).

16. Mercedes, la otra hija del marqués de San Dionisio, sigue igualmente la tradición de promiscuidad y disipación de su padre y su hermana, fugándose con un hombre rico y escandalizando a sus “respetables” parientes con su vida de “cocotte elegante” (280).

17. La Revista Blanca, citado en Girón Sierra (220). Los miasmas—malos olores—y la suciedad habían sido asociados con las clases bajas en los tratados higiénicos burgueses contemporáneos. Véase, por ejemplo, Giné y Partagás (II, 47–59). El hecho de que en esta cita son las clases altas las que son vinculadas a los efluvios contaminantes es significativo.

18. En su libro Lombroso y los anarquistas Mella había refutado los planteamientos fundamentales del criminalista italiano, quien consideraba que la criminalidad era “natural” (teoría del “criminal nato”) y desligaba el crimen de cualquier posible causa social.

19. A diferencia de los anarquistas, los socialistas empezaron a enfatizar el papel de la herencia frente al medio a partir de mediados de la década de 1890, un cambio de énfasis que tuvo bastante que ver con los cambios ideológicos que se produjeron en el seno del partido durante este período (Campos Marín “Herencia biológica” 80).

20. Los anarquistas, de esta manera, usaban las teorías científicas de Lombroso, según las cuales la naturaleza degenerada de un individuo se manifestaba en signos externos de una fisonomía primitiva, y las aplicaban a la burguesía. En La bodega Blasco destaca el “cuerpo desmedrado de vividor alegre” de don Luis, contrastándolo con la fortaleza física de Rafael, el aperador del cortijo del señorito (395).

21. A este respecto conviene apuntar que Anselmo Lorenzo criticó duramente los entretenimientos frívolos (entre los que menciona la cría de caballos) de una burguesía degenerada, abyecta y embrutecida (“Refutación”, en Núñez 347).

22. En lo que respecta a la presentación de la religión en la novela como instrumento de control del proletariado rural, Neuschäfer (300) ha comentado que, a diferencia de la novela de Zola Germinal, en La bodega “[l]a Religión, no el Capital, es … el enemigo principal del pueblo.”

23. Los discursos burgueses condenaban al obrero vicioso e imprevisor, asociado a la “mala vida”, e insistían en la importancia del ahorro tanto para el progreso material de las clases trabajadoras como para su enriquecimiento moral. Véase, por ejemplo, CitationLa Voz de la Caridad (15-XII-1880) y Arenal (I, 274).

24. Con respecto a la disciplina laboral y otros temas relacionados, como la vigilancia en el lugar del trabajo y el control del tiempo por los patronos, se puede ver E.P. CitationThompson.

25. En conexión con el vínculo establecido entre el alcoholismo y la taberna, por un lado, y el socialismo y las protestas obreras, por el otro, ver Campos Marín Alcoholismo, medicina y sociedad (161–7).

26. En relación con la asociación entre anarquismo y criminalidad, véase Lombroso, Los anarquistas (25–32). En su libro Lombroso y los anarquistas, Mella reaccionó fuertemente contra la patologización del anarquismo por parte del criminólogo italiano.

27. “Manada de locos.” El Liberal (8-II-1892). Citado en Campos Marín, “La sociedad enferma” (1107).

28. Ver nota 14.

29. Esta opinión fue expresada por varios representantes obreros ante la Comisión de Reformas Sociales, la primera institución oficial creada en 1883 para investigar y buscar posibles soluciones a la “cuestión social”. Ver, por ejemplo, CitationReformas Sociales I (235–6) y CitationReformas Sociales III (72).

30. A este respecto, varios representantes obreros informaron a la Comisión de Reformas Sociales de que sus patronos a menudo fomentaban el consumo de bebidas alcohólicas entre los trabajadores, y que algunos incluso pagaban los jornales en las tabernas para así incitar a los obreros a beber, ya que, en opinión de uno de los informantes: “lo que desean los especuladores es que las masas estén a menudo ebrias para que no conozcan ni sientan sus inmensos males”: CitationReformas Sociales II (428). Ver también Reformas Sociales I (82, 101, 236).

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