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Bulletin of Spanish Studies
Hispanic Studies and Researches on Spain, Portugal and Latin America
Volume 98, 2021 - Issue 9
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ARTICLES

‘Utile dulci’: modelos didáctico-musicales y género literario en las Investigaciones músicas de Don Lazarillo Vizcardi, de Antonio Eximeno (1729–1809)

Pages 1411-1442 | Published online: 08 Dec 2021
 

Abstract

Enseñar y deleitar fueron los objetivos que se autoimpuso el jesuita expulso Antonio Eximeno al escribir Investigaciones músicas de Don Lazarillo Vizcardi a comienzos del siglo XIX. Asumiendo la naturaleza doble del texto—como tratado de elocuencia musical y como obra de ficción—, en este trabajo se examina su largo proceso de gestación, se analiza su inserción en distintas tradiciones didácticas (en particular, las asociadas al tratado musical y al Arte poética de Horacio), y se discute su género literario en función de las reflexiones trazadas por el autor en paralelo a lo expuesto por los teóricos de la época.

Notes

1 Antonio Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi: sus investigaciones músicas con ocasión del concurso a un magisterio de capilla vacante, prólogo de Francisco Asenjo Barbieri, 2 vols (Madrid: Sociedad de Bibliófilos Españoles, 1872–1873). En lo sucesivo, las referencias a esta primera edición irán incorporadas al cuerpo del ensayo. Antes de su publicación, debió gozar de una limitada difusión, como demuestra el texto que escribió ‘El bailarín retirado’ (tal vez José Antonio de Iza Zamacola) en el Diario de Madrid: ‘[Eximeno] ha escrito un papel muy gracioso y divertido, titulado El Lazarillo, donde pone en ridículo a los músicos contrapuntistas de nuestro siglo, y a todos sus secuaces’ (Diario de Madrid, 10 de octubre de 1807, pp. 439–40). Louis Viardot escribió: ‘L’abbé Ximéno. homme très-versé dans la matière, avait écrit, à la fin du dernier siècle, un roman burlesque, dans le genre de Fray Gerundio de Campazas, pour se moquer du mauvais goût introduit dans les maîtrises […]. Son livre ne fut pas imprimé, et je ne sais ce qu’est devenu le manuscrit. Il aurait été curieux pour l’histoire de l’art, qui n’a nul monument; mais je doute qu’il eût mieux réussi que son modèle à corriger le vice à la mode’ (Louis Viardot, Études sur l’histoire des institutions, de la littérature, du théatre et des Beaux-Arts en Espagne [Paris: Paulin, 1835], 381). Cabe pensar que Viardot conociera el libro de Eximeno a través de José Melchor Gómis, valenciano y discípulo de Josep Pons.

2 Francisco Asenjo Barbieri, ‘Preliminar’, en Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, I, v–lxi (pp. xlviii–xlix & lvii–lix). A la falta de fondos y la inestabilidad política, que Barbieri menciona como causantes de que el texto permaneciera manuscrito hasta sus días, cabría añadir la muerte del impresor, Manuel Monfort, precisamente en febrero de 1806.

3 Así Rafael Mitjana, ‘La Musique en Espagne (art religieux et art profane)’, en Encyclopédie de la musique et Dictionnaire du Conservatoire, fondateur Albert Lavignac, dir. Lionel de la Laurencia, 11 vols (Paris: Delagrave, 1913–1931), IV, 1913–2351 (traducción: Rafael Mitjana, La música en España: arte religioso y arte profano, prólogo de Antonio Martín Moreno, ed. Antonio Álvarez Cañibano, trad. de Lourdes Pérez González [Madrid: Centro de Documentación Musical, Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música, 1993]); Maria Titli, ‘Introduzione a Antonio Eximeno, Dell’origine e delle regole della musica’, en La musica degli antichi e la musica dei moderni: storia della musica e gusto nei trattati di Martini, Eximeno, Brown, Manfredini, ed. Michela Garda, Alberto Jona & Maria Titli (Milano: F. Angeli, 1989), 211–27 (p. 214); y Marcelino Menéndez Pelayo, Historia de las ideas estéticas en España, 5 vols (Madrid: CSIC, 1940), III, 640.

4 Menéndez Pelayo, Historia de las ideas estéticas, III, 640.

5 Mitjana, La música en España, ed. Álvarez Cañibano, trad. Pérez González, 327.

6 Nemesio Otaño, El P. Antonio Eximeno: estudio de su personalidad a la luz de nuevos documentos (Madrid: Archivo-Biblioteca de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1943), 13.

7 Ver Alice M. Pollin, ‘Toward an Understanding of Antonio Eximeno’, Journal of the American Musicological Society, 10:2 (1957), 86–96 y, de la misma autora, ‘Don Quijote en las obras del P. Antonio Eximeno’, PMLA, 74:5 (1959), 568–75.

8 Ver Maurizio Fabbri, ‘Un romanzo dell’Illuminismo spagnuolo: il Lazarillo Vizcardi’, Spicilegio Moderno, 4 (1975), 39–63.

9 Ver Joaquín Álvarez Barrientos, La novela del siglo XVIII (Madrid: Júcar, 1991), 26.

10 La publicación más destacada en este ámbito sigue siendo: Carmen Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi: una propuesta sincrética para una música en busca de su identidad’, Musica e Storia, 3 (1995), 121–56. Igualmente, merecen ser citados: Laura Callegari Hill, ‘Visitando la biblioteca di Padre Diego: ancora sulla controversia Martini-Eximeno, allá luce del Romanzo Don Lazarillo Vizcardi’, Quadrivium, 1 (1990), 85–99 (que ofrece nuevos datos sobre la polémica musical de Eximeno con Giovanni Battista Martini a partir de la lectura de Don Lazarillo), y Helmut C. Jacobs, ‘Antonio Eximeno y Pujades (1729–1808) y su novela “Don Lazarillo Vizcardi” en el contexto de sus teorías musicales’, en Los jesuitas españoles expulsos: su imagen y contribución al saber sobre el mundo hispánico en la Europa del siglo XVIII. Actas del Coloquio Internacional de Berlín (7–10 de abril de 1999), ed. Manfred Tietz, en colaboración con Dietrich Briesemeister (Frankfurt am Main: Vervuert/Madrid: Iberoamericana, 2001), 401–12. Más recientemente se ha defendido una tesis que sintetiza estos trabajos: Julia García-Arévalo Alonso, ‘La impronta musical en la literatura hispana de la Ilustración: Don Lazarillo Vizcardi de Antonio Eximeno’, Tesis doctoral (Universidad de Salamanca, 2015). Y se han publicado un par de artículos que analizan aspectos sociolingüísticos y concretos de la novela: Ricardo Rodrigo Mancho, ‘La visita del convento de la Magdalena de Massamagrell: un lance de Don Lazarillo Vizcardi, novela de Antonio Eximeno’, en El mundo del padre Isla, coord. Natalia Álvarez Méndez & José Enrique Martínez Fernández (León: Univ. de León, Servicio de Publicaciones, 2005), 19–33; y Ricardo Rodrigo Mancho & Pilar Pérez Pacheco, ‘Reflexions sociolingüístiques al voltant de Don Lazarillo Vizcardi d’Antoni Eximeno’, en Actas del XXVI Congreso Internacional de Lingüística y Filología Románicas (6–11 septiembre 2010, Valencia), coord. Emili Casanova, Cesáreo Calvo Rigual, 8 vols (Berlin/Boston: De Gruyter, 2013), II, 699–708.

11 Antonio Eximeno, Apología de Miguel de Cervantes sobre los yerros que se le han notado en el Quixote (Madrid: Imprenta de la Administración del Real Arbitrio, 1806). En adelante todas las citas se harán siguiendo esta edición y estarán señaladas parentéticamente en el cuerpo del texto.

12 Antonio Eximeno, Dell’origine e delle regole della musica, colla storia del suo progresso, decadenza e rinnovazione (Roma: Michel’Angelo Barbiellini, 1774).

13 Destaca la que le enfrentó con el franciscano boloñés Giovanni Battista Martini (1706–1784). Reconocido teórico musical, Martini no fue capaz de manejar con éxito los resortes de la comunicación pública; por el contrario, Eximeno supo beneficiarse de la polémica para construir su imagen pública y dar resonancia a sus propuestas.

14 Juan Andrés, Cartas familiares (Viaje de Italia), ed. Idoia Arbillaga & Carmen Valcárcel, dir. Pedro Aullón de Haro, 2 vols (Madrid: Verbum, 2004), I, 162.

15 Véanse Antonio Eximeno, De studiis philosophicis et mathematicis instituendis (Madrid: Typographia Regia, 1789); Institutiones philosophicae et mathematicae, 2 vols (Madrid: Imprenta Real, 1796); y Lo Spirito del Macchiavelli (Cesena: Eredi Biasini, 1795).

16 Véase Antonio Eximeno, Del origen y reglas de la música, con la historia de su progreso, decadencia y restauración, ed. crítica & estudio preliminar de Alberto Hernández Mateos (Madrid: Verbum, 2016 [1ª ed. Madrid: Imprenta Real, 1796, 3 vols]). Sobre la polémica generada por la traducción del tratado, puede verse: Alberto Hernández Mateos, ‘ “Maestrazos de contrapunto, rutineros maquinales, chabacanos seguidilleros”: la recepción polémica del pensamiento de Antonio Eximeno en el Diario de Madrid (1796–1804)’, Revista de Musicología, 36:1–2 (2013), 189–224.

17 La Real Orden de 10 de marzo de 1798 impedía a los expulsos establecerse en la Corte y en los Reales Sitios.

18 Miguel Ángel Picó Pascual, El P. José Antonio Eximeno Pujades (València: Institució Alfons el Magnànim, 2003), 108. Sobre el viaje de vuelta de Eximeno a España, véase: Barbieri, ‘Preliminar’, en Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, I, xli. Eximeno partió desde el puerto de Génova, pero su viaje se retrasó más de lo esperado a causa de una enfermedad (Archivo General de Simancas [AGS], Gracia y Justicia, Leg. 5065, Carta de Eximeno al Rey. Valencia, 18 de marzo de 1801).

19 Wilhelm von Humboldts gesammelte Schriften, herausgegeben von Albert Leitzmann & Bruno Gebhardt, 17 vols en 18 (Berlin: B. Behr, 1903–1936), XV (1918), Tagebücher, 1799–1835, 47–355 (p. 275).

20 La documentación se encuentra reunida en Archivo Histórico Nacional (AHN), Inquisición, Leg. 4.460, expediente n° 17. Este legajo ha sido reproducido y publicado en Miguel Ángel Picó Pascual, ‘El proceso inquisitorial del Padre Eximeno’, Revista de Musicología, 25:2 (2002), 545–72. Sobre el proceso inquisitorial, véanse Otaño, El P. Antonio Eximeno, 62; Juan Beneyto Pérez, ‘Un “antimaquiavelo” perseguido por la Inquisición’, Revista de Estudios Políticos, 63 (1952), 131–40; y María José Bono Guardiola, ‘El espíritu de Maquiavelo de Antonio Eximeno’, en Expulsión y exilio de los jesuitas españoles, coord. Enrique Giménez López (Alicante: Univ. de Alicante, 1996), 331–46.

21 ‘Sintiendo el autor la necesidad de matizar el serio trabajo de sus instituciones con algún estudio agradable, ha dirigido de nuevo su mirada a la música. […] Viendo entonces el abate Eximeno sus principios de armonía consolidados y adoptados por los músicos más cultos, cree llegado el momento de cumplir las dos promesas formuladas en “Del Origen”: escribir un tratado sobre la elocuencia de la música y componer una novela para destruir mediante el ridículo los prejuicios de la vieja escuela de contrapunto. Ha pensado por lo tanto en reunir estos dos propósitos en una novela, en cuya acción intervienen personajes serios y personajes ridículos […]’ (Antonio Eximeno, Autobiografía inédita, ed., trad. & notas de Daniel Devoto [Buenos Aires: Gulab y Aldabahor, 1949], 34–37).

22 ‘[…] tuve intención de agregar a esta primera parte otro libro sobre la elocuencia de la música, y lo hubiera ejecutado, si la multitud de ideas que me ocurrieron al querer tratar de esta materia no me hubiesen hecho tomar la determinación de tratarle en un escrito separado; y espero ejecutarlo si veo que esta obra encuentra buena acogida en el público, y si las vicisitudes de la vida humana no consiguen cortar el hilo de mi intención’ (Eximeno, Del origen y reglas de la música, ed. Hernández Mateos, 230).

23 Se conservan dos cartas, fechadas el 22 de agosto y el 8 de septiembre de 1776, en las que Metastasio comenta aspectos relativos a Dell’origine y se niega a colaborar en este proyecto de Eximeno, quien también le había propuesto escribir su biografía. Véase Tutte le opere di Pietro Metastasio, ed. Bruno Brunelli, 5 vols (Milano: Arnoldo Mondadori, 1953–1954), V, Lettere, 399–402 & 404–05.

24 Eximeno, Del origen y reglas de la música, ed. Hernández Mateos, 336.

25 Es significativo que el comentarista de los Articoli delle novelle di Firenze reaccionara a estas líneas manifestando: ‘Forse questo Romanzo sarà una buona medicina per la Musica languente, como lo fu quello di D. Chisciotto per certi costumi ridicoli, e quello di Fra Gerundio per l’Oratoria Sacra. Sarà Romanzo, ma Romanzo da Filosofia’ (‘Tal vez esta novela será una buena medicina para la música decadente, como lo fue aquella de Don Quijote para ciertas costumbres ridículas, y aquella de Fray Gerundio para la oratoria sagrada. Será novela, mas novela de filosofía’) (citado en Picó Pascual, El P. José Antonio Eximeno Pujades, 308).

26 AGS, Estado, 5065; AGS, Leg. 5006 (citado en Bono Guardiola, ‘El espíritu de Maquiavelo de Antonio Eximeno’, 339).

27 Antonio Roca Pertusa y Malferit (1749–1823), hermano del marqués de Malferit, estudió filosofía y derecho en la Universidad de Valencia y fue académico de la Real de San Carlos. A lo largo de su vida reunió una extensísima biblioteca. Véase Germán Ramírez Aledón & Fernando Goberna Ortiz, ‘Antonio Roca y Pertusa (1749–1823), canónigo de la catedral valenciana’, en La catedral ilustrada. Iglesia, sociedad y cultura en la Valencia del siglo XVIII, coord. Emilio Callado Estela, 4 vols (València: Institució Alfons el Magnànim, 2013–2017), III, 163–200.

28 AHN, Estado, Leg. 2940 (citado en Otaño, El P. Antonio Eximeno, l). Eximeno solicitó la exención del pago de los correos que debía intercambiar con Roca, apoderado de la obra; con Monfort, responsable de la impresión, y con los correctores de las pruebas, Francisco Bahamonde y Josep Pons.

29 Es de notar que Eximeno califica elogiosamente a De los Ríos, en quien reconoce un ‘autor erudito con juicio, y crítico sobremanera’, en contraste con los adjetivos que dedica a Mayans, a quien llama ‘protomusaraño y censor universal de la literatura española […], erudito sin genio, mal avenido con las musas’ (Eximeno, Apología de Miguel de Cervantes, 14).

30 Para una introducción a esta cuestión, puede verse David Schroeder, ‘Interlude: Listening, Thinking and Writing’, en The Cambridge History of Eighteenth-Century Music, ed. Simon P. Keefe (Cambridge: Cambridge U. P. 2009), 183–200.

31 Entre los ejemplos españoles de estas nuevas tipologías, cabe destacar: Benito Jerónimo Feijoo, ‘Discurso XIV. Música de los templos’, en su Teatro crítico universal, ó Discursos varios en todo género de materias, para desengaño de errores comunes, 8 vols (Madrid: D. Joaquín Ibarra, a costa de la Real Compañía de Impresores y Libreros, 1778–1779 [1ª ed. Madrid: en la Imprenta de Lorenzo Francisco Mojados, 1726–1740]), I, 339–67; y Marqués de Ureña (Gaspar de Molina y Saldívar), Reflexiones sobre la arquitectura, ornato y música del templo, contra los procedimientos arbitrarios sin consulta de la Escritura Santa, de la disciplina rigurosa, y la crítica facultativa (Madrid: por Joaquín Ibarra, 1785). Junto a estos textos de naturaleza ensayística se sitúan el poema didáctico La música (Tomás de Iriarte, La música, poema [Madrid: en la Imprenta Real de la Gaceta, 1779]) y el tratado Del origen y reglas de la música, de Eximeno.

32 Eximeno coincide en este punto con Iriarte, quien, en el ‘Prólogo’ de La música, indica que su lector ideal es también un aficionado (Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi’, 130).

33 El diálogo entre un maestro y su discípulo, asociado a los textos didácticos desde la antigua Grecia y convertido en elemento idiosincrásico de los catecismos, había sido empleado con profusión en el ámbito de la tratadística musical. Entre los ejemplos de tratados musicales de este tipo deben destacarse, por la importancia que adquieren en la novela, El melopeo y maestro de Pietro Cerone (Napoli: Juan Bautista Gargano y Lucrecio Nucci, 1613) y los Fragmentos músicos, de Pablo Nassarre (Zaragoza: Tomás Gaspar Martínez, 1683 [2ª ed. Madrid: Imprenta Real de Música, 1700]). La tradición del diálogo entre un alumno y su maestro ya ha sido señalada en Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi’, 129–30. Sobre el uso del diálogo en los Fragmentos músicos de Nassarre, puede verse Lucía Sanz Gómez, ‘Introducción al estudio filológico de un diálogo musical: Fragmentos músicos de Pablo Nassarre’, Studia Aurea, 11 (2017), 481–509.

34 ‘[T]odos los votos se lleva quien mezcla utilidad con interés’ (Quinto Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. bilingüe de Horacio Silvestre [Madrid: Cátedra, 2002], 568–69).

35 ‘Con más vigor y mejor que / la acritud el humor casi siempre zanja grandes asuntos’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. Silvestre, 190–91).

36 En contra de lo que afirman algunos autores que atribuyen a Barbieri la inclusión de estos versos de Horacio (García-Arévalo Alonso, ‘La impronta musical en la literatura hispana de la Ilustración’, 130), considero más probable que fueran elección del propio Eximeno, quien había acudido ya a los textos horacianos para rotular los grabados que aparecían en Del origen y reglas de la música. Véase Hernández Mateos, ‘Estudio preliminar’, en Eximeno, Del origen y reglas de la música, ed. Hernández Mateos, xix–cxiv (pp. lxxxv–xcv). La portada interior de la Apología de Miguel de Cervantes incluía igualmente los versos ‘Non ego paucis / offendor maculis’, del Arte poética.

37 Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi’, 131.

38 En esta tradición se sitúa Iriarte, quien además fue traductor de Horacio: El Arte poética de Horacio, ó Epístola a los Pisones, trad. Tomás de Iriarte (Madrid: Imprenta Real de la Gaceta, 1777).

39 Así, por ejemplo, en Juan Francisco Masdeu, Arte poética fácil. Diálogos familiares en que se enseña la poesía á cualquiera de mediano talento de cualquiera sexo y edad (Valencia: en la Oficina de Burguete, 1801), 195.

40 Versos 191–92: ‘y que no intervenga un dios, si no ocurre un nudo que / precise valedor’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. Silvestre, 552–53).

41 Verso 192: ‘Ni falta hace que hable el cuarto actor’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. Silvestre, 552–53).

42 Versos 182–84: ‘no saques a escena lo que debería pasar fuera, y apara / de la vista bastante que luego sea narrado vívidamente’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. Silvestre, 550–51).

43 Además del Arte poética de Horacio, Eximeno propone como manuales para el aprendizaje lingüístico la gramática latina del jesuita Manuel Álvares (De institutione grammatica libri tres [1572]) y De oratore de Cicerón.

44 ‘Tú nada dirás ni harás contra la voluntad de Minerva’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. Silvestre, 572–73).

45 La relación establecida por Eximeno entre música y literatura podría ser entendida, además, como una traslación del tópico horaciano ‘Ut pictura poiesis’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, ed. Silvestre, 568–69).

46 ‘¿Hace loable un poema la naturaleza o el arte / He ahí la cuestión. Yo no veo en qué aprovecha el estudio / sin rica vena o ingenio en bruto; ambas cosas / se piden ayuda mutua y se conjuran amistosamente’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte Poética, ed. Silvestre, 574–75). De manera particular, Eximeno quiere que el músico tenga conocimientos literarios y sea capaz de leer en latín y en italiano, además de estar familiarizado con la poesía en castellano. El canon literario propuesto incluye a Cicerón y Virgilio, a Metastasio, y a Garcilaso, Argensola y Meléndez Valdés.

47 Versos 268–69: ‘Vosotros / manejad modelos griegos de noche y manejadlos de día’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, ed. Silvestre, 558–59).

48 La cita se repite en la página 144 del mismo volumen.

49 ‘Sobre todo le encargué que aprendiese casi de memoria el Arte poética de Horacio, y que según le fuese leyendo, aplicase sus preceptos a la música’ (Don Lazarillo Vizcardi, II, 144).

50 Verso 23: ‘En fin, sea lo que quieras, con tal que sea uno y simple’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, ed. Silvestre, 534–35).

51 Versos 25–31: ‘Me esfuerzo por / ser breve: me hago obscuro. Al seguidor de lo ligero le / faltan músculos y vigor; prometer lo grande es hincharse. / Serpea el demasiado cauto y temeroso de la tempestad. / Quien desea variar un mismo asunto pródigamente, / bosqueja delfín en bosques, en mares jabalí. / Al vicio lleva la huida del defecto, si se carece de este’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, ed. Silvestre, 534–35).

52 Versos 102–03: ‘Si quieres que llore / tú mismo tienes que dolerte primero’ (Horacio, Sátiras. Epístolas. Arte poética, ed. Silvestre, 542–43).

53 Antes de acceder al magisterio de capilla, Raponso cambia su apellido por el de Ramírez (Don Lazarillo Vizcardi, II, 268–69).

54 Como ya señalara Pollin (‘Toward an Understanding of Antonio Eximeno’ y ‘Don Quijote en las obras del P. Antonio Eximeno’), el nombre de Agapito Quitoles recuerda en su sonoridad al de Alonso Quijano. Ambos tienen aproximadamente la misma edad, se expresan de forma grandilocuente y comparten una afición enfermiza por los libros. Como Don Quijote, Quitoles se apoya en otro personaje (su sobrino, Juanito) y sufre una ‘manía persecutoria’ que le lleva a sentirse hostigado por el fantasma del difunto maestro de capilla.

55 Rodríguez Suso considera que los núcleos argumentales de la novela son el proceso de aprendizaje de Lazarillo y el desarrollo de las oposiciones a maestro de capilla (‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi’, 132). Desde mi punto de vista, esta lectura relativiza en exceso la importancia de Agapito Quitoles, quien centra la vertiente cómica de la novela y ocupa una posición importante en la formación de Lazarillo, al posicionarse como un antimodelo.

56 Fabbri, ‘Un romanzo dell’Illuminismo spagnuolo’, 51; Pollin, ‘Toward an Understanding of Antonio Eximeno’, 570.

57 Véase Russell P. Sebold, ‘Introducción’, en José Francisco de Isla, Fray Gerundio de Campazas, 2 vols (Madrid: Espasa-Calpe, 1992), I, ix–xcviii.

58 Esta cuestión ha sido estudiada en Ruth E. Müller, Erzählte Töne: Studien zur Musikästhetik im späten 18. Jahrhundert (Stuttgart: Steiner, 1989).

59 Existe edición moderna: Wilhelm Heinse, Hildegard von Hohenthal und Musikalische Dialogen, unter der Mitarbeit von Bettina Petersen, herausgeegben & kommentiert von Werner Keil (Hildesheim: Olms, 2002). E. T. A. Hoffmann fue quien abordó la ficción musical con más éxito; sin embargo, sus textos fueron escritos entrado el siglo XIX: Kreisleriana (1813), Johannes Kreisler, des Kapellmeisters Musikalische Leiden (1815) y Lebensansichten des Katers Murr nebst Fragmentarischer Biographie des Kapellmeisters Johannes Kreisler in Zufälligen Makulaturblättern (1822).

60 Thomas Irvine, ‘Reading, Listening, and Performing in Wilhelm Heinse’s Hildegard von Hohenthal (1796)’, The Journal of Musicology, 30:4 (2013), 505–29 (pp. 505–06).

61 Juan Ignacio Ferreras, La novela en España. Historia, estudios y ensayos, 6 vols (Madrid: Ediciones del Laberinto, 2009–2012), II, Siglos XVI, XVII y XVII, 528; Enrique Rodríguez Cepeda, ‘Sobre El Quijote en la novela del siglo XVIII español’, Ínsula. Revista de Letras y Ciencias Humanas, 546 (1992), 19–20 (p. 20).

62 A pesar de lo apuntado por Álvarez Barrientos (La novela del siglo XVIII, 352), considero que Don Lazarillo Vizcardi no es una mera reproducción del modelo isliano.

63 Véase Pollin, ‘Toward an Understanding of Antonio Eximeno’. A nivel formal, Pollin enfatiza los paralelismos existentes entre el ‘Discurso sobre el teatro’ que inserta Cervantes en su novela y la ‘Breve digresión sobre las unidades de tiempo y de lugar de la comedia’ que Eximeno sitúa al comienzo de la cuarta parte de Don Lazarillo Vizcardi.

64 El modelo es, evidentemente, el episodio del Retablo de Maese Pedro. En este caso, la obra interpretada por los títeres es El cerco de Viena, de Lope de Vega.

65 Este último episodio contiene varias referencias cervantinas: el romance de Don Gayferós, que se representaba en el Retablo de Maese Pedro, aparece ahora como señal de aviso, mientras que la maquinaria con la que el ermitaño y su mujer engañan a Agapito para que crea escuchar la música de las esferas remite el episodio del Clavileño.

66 Ignacio de Luzán, La poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies, 2ª ed., 2 vols (Madrid: Antonio Sancha, 1789 [1ª ed. Zaragoza: Francisco Revilla, 1737]), II, 79.

67 Luzán, La poética o reglas de la poesía en general, II, 81.

68 Masdeu, Arte poética fácil, 158.

69 Francisco Sánchez Barbero, Principios de retórica y poética (Madrid: Administración del Real Arbitrio de Beneficencia, 1805), 188.

70 Sánchez Barbero, Principios de retórica y poética, 128 & 132.

71 Álvarez Barrientos, La novela del siglo XVIII, 80.

72 Joaquín Álvarez Barrientos, ‘Algunas ideas sobre la teoría de la novela en el siglo XVIII en Inglaterra y España’, Anales de Literatura Española, 2 (1983), 5–23 (p. 9).

73 Véase Tim C. W. Blanning, The Culture of Power and the Power of Culture: Old Regime Europe, 1660–1789 (Oxford: Oxford U. P., 2002), 146–47.

74 ‘Lo que en una fábula no se sufre es lo imposible; lo posible, aunque en la común vida civil no sea del todo verosímil, se sufre, y se debe sufrir, con tal que de ello se saquen ventajas para la bella trama, conducta y resolución de la acción’ (Eximeno, Apología de Miguel de Cervantes, 29). Eximeno llegará a sostener que el verdadero éxito del autor consiste en ‘embelesar y sorprender’ al público, afirmando además: ‘la sorpresa del inopinado encuentro de los amantes es tal que no da lugar al espectador de reflexionar en aquella inverosimilitud’ (Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, II, 6; el énfasis es mío). Véase también: Antonio Rey Hazas, ‘Estudio preliminar’, en El nacimiento del cervantismo: Cervantes y el Quijote en el siglo XVIII, ed. Antonio Rey Hazas & Juan Ramón Muñoz Sánchez (Madrid: Verbum, 2006), 13–87 (p. 80).

75 Ferreras, La novela en España, II, 549–54.

76 Véase Mancho, ‘La visita del convento de la Magdalena de Massamagrell’.

77 En un artículo ya clásico, José Artero (‘Oposiciones al magisterio de capilla en España durante el siglo XVIII, Anuario Musical, 2 [1947], 191–202) desveló la procedencia del villancico salmantino. Con posterioridad a sus trabajos, otros autores han planteado distintas hipótesis sobre los personajes reales que se esconderían tras los personajes creados por Eximeno. Así: Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi’; Callegari Hill, ‘Visitando la biblioteca di Padre Diego’; y Josefa Montero, ‘La figura de Manuel José Doyagüe (1755–1842) en la música española’, Tesis doctoral, 3 vols (Universidad Complutense, 2011), I, 175.

78 En una carta dirigida por el clérigo Francisco Moreno Sánchez a Lorenzo Hervás (1735–1809), y fechada en Valencia el 18 de enero de 1800, se dice que ‘Colomés ha estado muy ocupado estas navidades con el canónigo Roca, haciendo y estampando villancicos para las funciones que, dentro de casa por la noche, se han representado al nacimiento, con grandísimo concurso e igual decoro’ (Lorenzo Hervás, Biblioteca jesuítico-española, estudio introductorio, ed. crítica & notas de Antonio Astorgano Abajo, 2 vols [Madrid: Libris, 2007–2009], I, 193). Se trataría de: Juan Bautista Colomés, Adoración de los Reyes: drama sagrado con un intermedio (Valencia: Viuda de Martín Peris, 1800). Eximeno alude explícitamente a la pieza en su novela (Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, I, 277).

79 Otros ‘ajustes de cuentas’ con la realidad incluyen las críticas a Agustín Iranzo (1748–1802), autor de una impugnación del tratado de Eximeno (Defensa del arte de la música, de sus verdaderas reglas, y de los maestros de capilla. Impugnación al Origen y reglas de la música, obra escrita por el abate español don Antonio Eximeno [Murcia: Oficina de Juan Vicente Teruel, 1802]), a quien se acusa de censurar este texto sin haberlo leído.

80 En la dedicatoria de la edición italiana de Dell’origine a la princesa María Antonia Walburga de Baviera, Eximeno había realizado un encomio de las capacidades artísticas de las mujeres. Los ejemplos musicales de obras compuestas por la princesa bávara, presentes en la edición italiana (1774), desaparecieron en la traducción al castellano (1796). Sobre esta cuestión, véanse Pilar Ramos, ‘María Antonia Walpurgis’, Goldberg. Early Music Magazine/Revista de Música Antigua, 10 (2000), 98–103, y Hernández Mateos, ‘Estudio preliminar’, en Eximeno, Del origen y reglas de la música, ed. Hernández Mateos, xxx–xxxiii.

81 Véanse Blanning, The Culture of Power, 152–53; y Elisabel Larriba, El público de la prensa en España a finales del siglo XVIII, trad. Daniel Gascón (Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2013 [1ª ed en francés 1998]).

82 Este modelo de mujer-presidente se inspira en la Academia de la Arcadia y en la Academia de las Ciencias de San Petersburgo, citada por Eximeno (Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, II, 151).

83 A manera de ejemplo, la princesa María Antonia Walburga había sido reconocida por su labor compositiva en Italia y en Alemania, mientras que Rufina Batoni recibió clases de canto de Giuseppe Santarelli (1710–1790) y de composición de Eximeno.

84 Álvarez Barrientos, La novela del siglo XVIII, 364.

85 Artes poéticas, ed. bilingüe de Aníbal González (Madrid: Taurus, 1992), 55.

86 Luzán, La poética o reglas de la poesía en general, II, 225. En el ámbito inglés, Henry Fielding había afirmado: ‘a comic romance is a comic poem in prose’ (Henry Fielding, The History of the Adventures of Joseph Andrews and of his Friend Mr Abraham Adams. Written in Imitation of the Manner of Cervantes, Author of Don Quixote [London, 1742]; citado en Álvarez Barrientos, ‘Algunas ideas sobre la teoría de la novela’, 14).

87 Sánchez Barbero, Principios de retórica y poética, 237.

88 La influencia del teatro sobre Don Lazarillo Vizcardi ya ha sido advertida por Fabbri (‘Un romanzo dell’Illuminismo spagnuolo’, 55), a quien sigue Álvarez Barrientos (La novela del siglo XVIII, 352).

89 Eximeno, Autobiografía inédita, ed. Devoto, 34–37.

90 Sánchez Barbero, Principios de retórica y poética, 237.

91 Andrés ya había advertido sobre la utilidad que podían tener los textos satíricos: ‘un romance burlesco y jocoso puede ser sumamente útil e importante si sabe presentar su personaje ridículo en un aspecto verdaderamente instructivo’ (Juan Andrés, Origen, progresos y estado actual de toda la literatura, trad. Carlos Andrés, ed. Jesús García Gabaldón, Santiago Navarro Pastor & Carmen Valcárcel Rivera, dirigida por Pedro Aullón de Haro, 6 vols [Madrid: Verbum, 1997–2002 (1ª ed. en italiano 1782–1799)], II, 387).

92 Pollin, ‘Don Quijote en las obras del P. Antonio Eximeno’, 574.

93 Escrita entre 1786 y 1788, se enfrentó a un proceso inquisitorial y tuvo que ser reescrita; la versión enmendada vio la luz entre 1807 y 1808. Eusebio fue todo un éxito editorial: en las dos últimas décadas del XVIII y las primeras del XIX se despacharon más de 70.000 ejemplares de la obra (Jean Sarrailh, La España ilustrada de la segunda mitad del siglo XVIII [México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1957], 214). Sobre Eusebio pueden verse, entre otros trabajos: Pedro Montegón, Eusebio, ed., con intro., de Fernando García Lara (Madrid: Cátedra, 1998); y Maurizio Fabbri, Un aspetto dell’Illuminismo spagnolo: l’opera letteraria di Pedro Montegón (Pisa: Goliardica, 1972).

94 En opinión de Rey Hazas, Eximeno se equivoca al insertar al Quijote en esta categoría, dado que la sucesión de aventuras que configuran la novela de Cervantes se integran ‘en un proceso de evolución vital’ (Rey Hazas, ‘Estudio preliminar’, en El nacimiento del cervantismo, ed. Rey Hazas & Muñoz Sánchez, 81).

95 ‘En la Apología … , se le dan al tiempo imaginario de una fábula ensanches, de que el autor de esta no se ha podido valer, porque la acción del concurso a un magisterio de capilla vacante es un hecho tan común, que el no reducirla, con los antecedentes y consecuentes, a poco más o menos de un mes, chocaría a la común experiencia’ (Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, II, 7).

96 Sánchez Barbero, Principios de retórica y poética, 135.

97 Álvarez Barrientos apunta que la verosimilitud, lo moral y la imaginación son ‘los tres elementos que centrarán las discusiones de los novelistas durante el siglo XVIII’ (‘Algunas ideas sobre la teoría de la novela’, 7).

98 Y no solo en España: ni siquiera Jean-Jacques Rousseau denomina ‘novela’ a su Émile (1762) (Álvarez Barrientos, La novela del siglo XVIII, 240).

99 José Checa Beltrán, ‘Novela y teoría española dieciochista’, Ínsula. Revista de Letras y Ciencias Humanas, 546 (1992), 15. Andrés señalará: ‘Pequeños romances son las novelas, en las cuales, sin tanto enredo de aventuras y variedad de accidentes, se expone un solo hecho, y pueden considerarse respecto de los romances lo que los dramas de solo un acto en comparación de una comedia completa’ (Andrés, Origen, progresos y estado actual de toda la literatura, trad. Andrés, ed. García Gabaldón, Navarro Pastor & Valcárcel Rivera, II, 398).

100 Véase Álvarez Barrientos, La novela del siglo XVIII, 26.

101 Joaquín Álvarez Barrientos, ‘¿Por qué se dijo que en el siglo XVIII no hubo novela?’, Ínsula. Revista de Letras y Ciencias Humanas, 546 (1992), 12.

102 Ferreras, La novela en España, II, 518.

103 Álvarez Barrientos, La novela del siglo XVIII, 216–17.

* Cláusula de divulgación: el autor ha declarado que no existe ningún posible conflicto de intereses.

104 Disponible en <Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico > Valentia edetanorum, vulgo del Cid (mcu.es)> (fecha de acceso 19 de octubre de 2021). Los ejemplares conservados en la actualidad fueron impresos en Valencia: Benito Monfort, 1769. Grabado, 95×141,5 cm. Ejemplar conservado en la Real Academia de la Historia, Colección: Departamento de Cartografía y Artes Gráficas, Signatura: C-Atlas E, II, 29.

105 Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi,139.

106 Montero, ‘La figura de Manuel José Doyagüe’, I, 175.

107 Por si cabía alguna duda, Eximeno titula el capítulo XIV de la cuarta parte: ‘Prosigue la antecedente conferencia, en la cual responde Ribelles al Ensayo de contrapunto del Padre Martini, cuya persona representa el Padre Diego’ (Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, II, 91).

108 Callegari Hill, ‘Visitando la biblioteca di Padre Diego’.

109 Rodríguez Suso, ‘Las Investigaciones músicas de D. Lazarillo Vizcardi,140.

110 Montero, ‘La figura de Manuel José Doyagüe’, I, 173.

111 Así se confirma en la carta de Luigi Antonio Sabbatini a Giovanni Battista Martini (Roma, 16 de mayo de 1778), Biblioteca e Museo Internazionale della Musica de Bolonia, I-BC I.016.120 (Elisabetta Pasquini, L’esemplare, o sia saggio fondamentale pratico di contrappunto: Padre Martini teorico e didatta della musica [Florencia: Olschki, 2004], 243).

112 Charles Burney, The Present State of Music in France and Italy (London: T. Becket & Co. 1773), 221 (disponible en español: Viaje musical por Francia e Italia … , ed. & trad. Ramón Andrés [Barcelona: Acantilado, 2014], 335). Sobre ella afirma Eximeno: ‘me dolía de que mis circunstancias me hubieran privado de la proporción de oír cantar a una señorita romana […]; mas habiendo oído cantar a vuestra merced he salido de esta pena […]. Fue, respondió Ribelles, doña Ruffina Battoni [sic], hija del célebre pintor D. Pompeyo Battoni [sic], aficionadísimo a la música, el cual, habiendo reconocido en su hija Ruffina [sic] disposición para el canto, le dio los mejores maestros que había entonces en aquella capital de las bellas artes’ (Eximeno, Don Lazarillo Vizcardi, I, 329). Estas palabras ponen de manifiesto tanto la gran consideración que Eximeno tenía por Rufina, como la alta estima en que se tenía a sí mismo.

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