Abstract
Through a self-study methodology, six doctoral students and a professor examine how our semester long doctoral level class became a transformative space for all participants. We investigate how each individual was able to participate in the construction of a powerful and meaningful learning community, which led to a re-visioning of ourselves as women and teacher educators. Feminist pedagogy and positioning theory provide a guiding framework for both the class and our own reflective research. Our findings include, but are not limited to, showing how negotiating the curriculum led to a doctoral class becoming a safe space and how this negotiation led to transferring democratic practices to our teaching and the tensions associated with that. This work contributes to the field of teacher education as it focuses on the importance of fostering classroom and school cultures where knowledge production is facilitated through democratized practices. Our study highlights the value of creating a learning community where all members, both students and teacher, share power, privilege, and voice. It is in these types of positive educational environments that true meaning making and change can occur.
Por medio de una metodología de self-study, seis estudiantes de doctorado y una académica examinaron el modo en que un curso doctoral de un semestre se volvió un espacio transformador para todas sus participantes. Investigamos cómo cada integrante fue capaz de participar en la construcción de una comunidad de aprendizaje potente y significativa, lo que nos llevó a una revisión de nosotras mismas en tanto mujeres y formadoras de docentes. La pedagogía feminista y la teoría del posicionamiento proveen el marco guía tanto para nuestra clase como para nuestra investigación reflexiva. Nuestros hallazgos incluyen, pero no se limitan, a mostrar cómo el negociar el curriculum llevó a hacer de la clase doctoral un espacio más seguro y el modo en que esta negociación nos llevó a la transferencia de prácticas democráticas a nuestra enseñanza, junto a las tensiones asociadas a aquello. Este trabajo contribuye al campo de la formación de profesores puesto que se enfoca en la importancia de promover culturas de escuela y sala de clase donde la producción de conocimiento es facilitada por prácticas democratizadas. Nuestro estudio destaca el valor de crear comunidades de aprendizaje en las que todos los miembros, tanto docentes como estudiantes, comparten poder, privilegios y voz. Es en este tipo de ambientes educativos positivos que una verdadera creación de sentidos y cambio pueden ocurrir.
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