Abstract
This review explores the association between GJB2 gene mutations, encoding connexin 26 (Cx26), and nonsyndromic hearing loss. Connexins are proteins that form intracellular membrane channels and regulate ion movement between contiguous fluid spaces. A family of autosomal gene mutations has been identified that lead to abnormal connexin expression within the inner ear that are associated with hearing loss. The exact mechanism by which this link is elicited remains unclear. We aim to highlight the clinically underestimated prevalence of GJB2 gene mutations, to explore the influential role of ethnic diversity in mutation frequency, and to provide a framework for hearing specialists in considering the differential diagnosis of nonsyndromic hearing loss. By linking an observed phenotype associated with abnormal Cx26 expression to the current understanding of the biological and genetic basis underlying it will allow a more accurate clinical description of associated hearing loss, and therefore enable more effective patient management and genetic counselling.
Sumario
Esta revisión explora la asociación entre las mutaciones del gen GJB2, la codificación de conexina 26 (Cx26) y los trastornos auditivos no sindrómicas. Las conexinas son proteínas que forman canales membranosos intracelulares y regulan el movimiento de los iones entre espacios líquidos contiguos. Se ha identificado una familia de mutaciones en genes autosómicos que conducen a una expresión anormal de la conexina, que afectan el oído interno y se asocian a hipoacusia. El mecanismo exacto por el que se produce este efecto aún no es claro. Nuestro propósito es destacar la prevalencia clínicamente subestimada de las mutaciones del gen GJB2, explorar el papel que la diversidad étnica tiene sobre la frecuencia de tales mutaciones, y aportar un marco con el que los especialistas en audición puedan establecer el diagnóstico diferencial de la hipoacusia no sindrómica. Relacionando un fenotipo observado que se asocie a la expresión anormal de la Cx26, de acuerdo a las bases biológicas y genéticas actualmente conocidas, permitirá una descripción clínica más exacta del trastorno auditivo asociado, y por lo tanto, facilitará un más efectivo manejo del paciente y un mejor consejo genético.